Estado de fuga (fuga disociativa)
Antiguamente llamada fuga psicógena, el estado de fuga o fuga disociativa, es un estado psicológico en el que una persona pierde la conciencia de su identidad u otra información autobiográfica importante. Este subtipo de amnesia disociativa suele incluir algún tipo de viaje inesperado. Las personas que experimentan una fuga disociativa pueden encontrarse repentinamente en un lugar, como en la playa o en el trabajo, sin recordar haber viajado allí. De manera similar, pueden encontrarse en algún lugar de su casa, como un armario o en un rincón de una habitación, sin recordar haber llegado allí. El DSM-5 se refiere a la fuga disociativa como un estado de “deambulación desconcertada”.
Además de la confusión sobre su identidad, las personas que experimentan un estado de fuga disociativa también pueden desarrollar una nueva identidad. La fuga disociativa es una afección poco común, con estimaciones de prevalencia de tan solo el 0.2 por ciento en la población general. Los estados de fuga disociativos son más comunes en adultos que en niños; los síntomas suelen aparecer entre los 20 y los 30 años de una persona, pero a veces pueden aparecer en niños de tan solo 8 años de edad.
Contenido
La fuga disociativa se encuentra más comúnmente en personas que experimentan un trastorno de identidad disociativo. Generalmente se piensa que la disociación es una defensa contra el trauma que ayuda a las personas a desconectarse de un malestar psicológico extremo. Un estado de fuga disociativa es una condición en la que una persona puede estar escapando mental y físicamente de un entorno amenazante o intolerable.
El viaje que puede ocurrir en un estado de fuga disociativa puede durar tan sólo unas pocas horas o unas pocas semanas, o a veces incluso meses. En algunos casos, la fuga disociativa puede resultar muy difícil de distinguir del sonambulismo. Cuando termina el estado de fuga, la gente normalmente no puede recordar lo que sucedió durante el estado de fuga. El estado de fuga puede terminar repentinamente o de manera más gradual. Los síntomas incluyen:
- Confusión persistente sobre la identidad
- Confusión persistente sobre el pasado
- Se niegan a responder preguntas sobre sus creencias, especialmente quiénes son.
La fuga disociativa es un subtipo de amnesia disociativa. En estos dos tipos de disociación, una persona puede perder la conciencia de su identidad o historia personal u otra información autobiográfica. La persona con fuga disociativa puede encontrarse deambulando físicamente hacia otros lugares, a menudo en destinos lejanos. La fuga puede durar más que la amnesia disociativa, a veces hasta meses.
El trastorno de identidad disociativo se conocía anteriormente como trastorno de personalidad múltiple, donde la identidad se fragmenta en dos o más estados de personalidad. Se ha descrito como un estado de posesión. La pérdida de memoria también puede ser grave. Este trastorno suele presentarse en personas que han sufrido abusos.
No son lo mismo, aunque la experiencia extracorporal es un estado disociativo. En la experiencia extracorporal, la persona está despierta pero ve su cuerpo desde fuera de él. Los investigadores creen que este estado involucra la corteza temporoparietal derecha del cerebro.
La aparición de un estado de fuga disociativa suele ser repentina y sigue a un evento traumático o muy estresante. Las fugas disociativas se asocian con acontecimientos difíciles, como desastres naturales y guerras, así como con graves dificultades conyugales o financieras, abuso de alcohol, depresión y antecedentes de abuso infantil. También puede haber un vínculo genético porque las personas con trastornos disociativos a veces tienen familiares con la misma afección.
No existe un tratamiento específico para la fuga disociativa, en parte debido a la rareza de la afección. El proceso de recuperación puede comenzar cuando las personas que experimentan una fuga disociativa se vuelven conscientes espontáneamente de la situación o cuando no pueden responder adecuadamente a preguntas sobre sus antecedentes durante un episodio de fuga disociativa.
Las prácticas de tratamiento efectivas incluyen alejar a la persona de las amenazas o situaciones estresantes que pueden haber contribuido al desarrollo de un estado de fuga disociativa. Un enfoque empático y de apoyo de la psicoterapia ayudará a las personas que han experimentado una fuga disociativa a sentirse seguras y abiertas al tratamiento. El proceso de tratamiento puede incluir el desarrollo de habilidades de afrontamiento saludables que ayuden a las personas a gestionar el estrés y el dolor psicológico de forma más eficaz. También se pueden emplear otras formas de terapia, como la terapia cognitivo-conductual y la terapia dialéctica conductual.