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Verificado por Psychology Today

Relaciones

La investigación muestra que puedes ser auténtico y deshonesto a la vez

La relación entre honestidad y autenticidad es compleja.

Los puntos clave

  • Honestidad significa veracidad, y autenticidad se refiere a expresar con precisión los valores fundamentales y nuestras cualidades internas.
  • La investigación muestra que la autenticidad a veces requiere engaño.
  • Lo que determina si el engaño se considera auténtico es si está impulsado internamente y motivado por razones prosociales.
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Source: TuzemkaShutterstock

¿Ser auténtico significa ser honesto todo el tiempo: compartir tus verdaderos sentimientos y opiniones, pase lo que pase?

Por ejemplo, ¿deberías decirle a tu jefe que su colonia huele a gasolina? O ¿decirle a tu cónyuge que las ideas de negocios de su hermano son más que terribles? ¿Deberías decirle a la niña pequeña de un amigo que su dibujo del perro de la familia se parece más a una mesa extraña con ojos?

En caso afirmativo, responde a estas dos preguntas: ¿Hablar de esta manera te hace en primer lugar, sentirte más auténtico, y en segundo, parecer más auténtico para los demás?

Un artículo reciente de Bailey e Iyengar, de la Universidad de Columbia, intenta responder estas y otras preguntas relacionadas con la compleja relación entre la honestidad y la autenticidad.

Honestidad y autenticidad

Comenzamos con algunas definiciones. Una persona honesta es aquella que es sincera y veraz. Una persona auténtica es aquella cuyo comportamiento refleja sus sentimientos profundos, valores fundamentales y cualidades internas.

Por lo tanto, la autenticidad incluye más que la expresión franca de lo que viene a la mente. Después de todo, el verdadero yo de un individuo consiste en muchos pensamientos, sentimientos e identidades cambiantes algunos de los cuales pueden no ser conscientes o no alcanzamos a comprender.

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Source: 1871454/Pixabay

De hecho, incluso ¿es posible ser auténticamente deshonesto, intentando decir mentiras de una manera que se siente fiel con uno mismo? Si es así, ¿cómo? Hay cuatro posibilidades. Estas ocurren cuando (ejemplos entre paréntesis):

  • La honestidad amenaza las necesidades del individuo (un empleado que admite un error menor en el trabajo puede ser despedido).
  • El autoengaño hace imposible la honestidad (un viudo que se miente a sí mismo que la muerte de su esposa no lo ha afectado no puede evitar repetir la misma mentira a los demás).
  • La honestidad pone en peligro las relaciones (una mujer puede preocuparse de que ser honesta con su esposo sobre sus fantasías eróticas pueda dañar la relación).
  • La honestidad representa una amenaza para el bienestar de otra persona (una persona puede temer que decirle a la pareja de una víctima de abuso su paradero pueda poner en peligro la vida de la víctima).

Las dificultades de ser auténtico y honesto consigo mismo y con los demás

En general, la autenticidad requiere:

  1. Conciencia de nuestros estados internos.
  2. Expresión y comunicación veraces de estos estados.

Pero, como se señaló anteriormente, no siempre somos honestos con nosotros mismos. De hecho, el autoengaño es un obstáculo importante para tomar conciencia de los estados internos y comunicarlos a los demás.

Por ejemplo, a menudo tratamos de aferrarnos a creencias propias poco realistas y positivas, lo que requiere interpretar la nueva información de manera sesgada a favor de hacernos sentir bien.

Algunos ejemplos de visiones de sí mismo irrealmente positivas son: "Soy mucho mejor que la persona promedio" y "Mi yo verdadero es mejor y más moral que el verdadero yo de otras personas".

¿Las personas pueden identificar que estamos siendo auténticos?

Dado que los demás no tienen acceso a nuestros estados internos, solo nosotros, y de manera limitada—no pueden decir con certeza si estamos siendo auténticos. Por lo tanto, se basan en atajos mentales y reglas generales llamadas heurística.

La heurística, a su vez, está influenciada por factores como el contexto. Específicamente, el contexto determina si la autoexpresión puede percibirse como genuina o falsa. Veamos algunos ejemplos.

  • Contexto cultural: En China, describir solo nuestros gustos se asocia con ser genuino, mientras que en Alemania esto es cierto al describir tanto los gustos como los disgustos.
  • Contexto político: Es más probable que un votante considere auténtico a un líder político deshonesto si los dos comparten un distrito electoral y si el votante siente que el sistema político es ilegal.
  • Ideología personal: El lenguaje políticamente incorrecto se considera más auténtico cuando se alinea con la propia ideología y los prejuicios de un observador.
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Coherencia, moralidad y autenticidad

Para dar sentido a la compleja relación entre ser veraz y genuino, necesitamos entender algunos términos adicionales:

  • El otro y autoconcepto: Estos términos se refieren a la imagen mental de otra persona o de uno mismo.
  • Coherencia: Coherencia significa que el comportamiento de un individuo tiene sentido, es predecible y parece coherente con lo que sabemos sobre él.

Es más probable que nos sintamos auténticos cuando nuestro autoconcepto es coherente. De manera similar, el comportamiento de un extraño parece genuino si nuestra imagen mental de ellos es coherente.

Por lo tanto, es solo cuando la honestidad aumenta la coherencia que predice la autenticidad. Específicamente, la alta autenticidad es el resultado de una combinación de alta honestidad y alta coherencia.

La moralidad también importa. Cuando la deshonestidad se percibe como moral (por ejemplo, mentiras prosociales en lugar de hipocresía), el comportamiento resultante parece más genuino.

En general, para ser interpretado como auténtico, el engaño debe estar motivado por la benevolencia, la lealtad u otros valores personales prosociales (por ejemplo, proteger a alguien de un daño). Cuando este es el caso, el engaño se ve como motivado internamente y coherente con el autoconcepto de la persona.

Reflexiones finales sobre la honestidad y la autenticidad

El famoso filósofo Jean-Jacques Rousseau aparentemente creía que para ser auténtico, uno debe ser honesto en todo momento, incluso brutalmente honesto, y resistir las restricciones y demandas de la sociedad.

Sin embargo, hay más en la autoexpresión auténtica que desafiar las normas sociales a través de la sinceridad compulsiva y la comunicación sin filtros de cada pensamiento, sentimiento, impulso, etc. que pasa.

La sociedad y sus reglas no son enemigas de la autenticidad. De hecho, la autenticidad no es solo una construcción individual, sino también social.

En otras palabras, el contexto sociocultural juega un papel importante en la creación y configuración del autoconcepto (por ejemplo, a través de la comparación social y la validación social).

El engaño tampoco es enemigo de la autoexpresión genuina. El engaño puede ser auténtico cuando es impulsado internamente y motivado por valores personales (por ejemplo, lealtad, compasión, amabilidad) y objetivos prosociales (por ejemplo, proteger la salud y el bienestar de otra persona).

En resumen, tanto la honestidad como la deshonestidad pueden ser necesarias para la búsqueda de un yo genuino y coherente.

Lo que más importa es ser más conscientes de nuestros estados internos y de nuestro ser fieles a nosotros mismos.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Arash Emamzadeh

Arash Emamzadeh asistió a la Universidad de Columbia Británica en Canadá, donde estudió genética y psicología. También ha realizado estudios de posgrado en psicología clínica y neuropsicología en Estados Unidos.

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