Cómo funciona la memoria
La memoria es un proceso que se desarrolla continuamente. Los detalles iniciales de una experiencia toman forma en la memoria; la representación del cerebro de esa información cambia con el tiempo. Con las reactivaciones posteriores, la memoria se fortalece o se debilita y adquiere diferentes características. Los recuerdos reflejan la experiencia del mundo real, pero con distintos niveles de fidelidad a esa experiencia original.
El grado en que los recuerdos que formamos son precisos o fáciles de recordar depende de una variedad de factores, desde las condiciones psicológicas en las que la información se traduce por primera vez en la memoria hasta la manera en que buscamos, o somos inducidos involuntariamente, para evocar detalles del pasado.
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La creación de una memoria requiere la conversión de una cantidad selecta de la información que uno percibe en una forma más permanente. Un subconjunto de esa memoria estará protegido en almacenamiento a largo plazo, accesible para uso futuro. Muchos factores durante y después de la creación de un recuerdo influyen en qué (y cuánto) se conserva.
La memoria sirve para muchos propósitos, desde permitirnos volver a visitar y aprender de experiencias pasadas hasta almacenar conocimientos sobre el mundo y cómo funcionan las cosas. En términos más generales, una función importante de la memoria en humanos y otros animales es ayudar a asegurar que nuestro comportamiento se ajuste a la situación actual y que podamos ajustarlo basándonos en la experiencia.
La codificación es la primera etapa de la memoria. Es el proceso mediante el cual los detalles de la experiencia de una persona se convierten en una forma que se puede almacenar en el cerebro. Es más probable que las personas codifiquen detalles de aquello a lo que están prestando atención y detalles que son personalmente importantes.
La retención, o almacenamiento, es la etapa en la que la información se conserva en la memoria después de su codificación inicial. Estos recuerdos almacenados están incompletos: parte de la información que se codifica durante una experiencia se desvanece durante la retención, a veces rápidamente, mientras que otros detalles permanecen. Un término relacionado, la consolidación de la memoria, se refiere al proceso neurobiológico de formación de la memoria a largo plazo.
El sueño facilita la retención de recuerdos, aunque no se comprende completamente por qué exactamente esto es así. Las investigaciones han descubierto que las personas tienden a mostrar un mejor rendimiento de la memoria si duermen después de una fase de estudio en lugar de permanecer despiertas. Los investigadores han propuesto que el sueño apoya la consolidación de la memoria en el cerebro, aunque otras explicaciones incluyen que el sueño ayuda a la retención al eliminar la interferencia de los recuerdos que se formarían estando despiertos.
Si bien los recuerdos generalmente se describen en términos de conceptos mentales, como paquetes únicos de experiencia personal o hechos específicos, en última instancia se pueden reducir al funcionamiento y las características de las células cerebrales en constante activación. Los científicos han reducido las regiones del cerebro que son clave para la memoria y han desarrollado una comprensión cada vez más detallada de la forma material de estos fenómenos mentales.
El hipocampo y otras partes del lóbulo temporal medial son fundamentales para muchas formas de memoria, aunque también influyen otras partes del cerebro. Estos incluyen áreas de la corteza cerebral de evolución más reciente, la capa más externa del cerebro, así como estructuras profundas como los ganglios basales. La amígdala también es importante para la memoria, incluida la integración de las respuestas emocionales en la memoria. La medida en que las diferentes regiones del cerebro están involucradas en la memoria depende del tipo de memoria.
La memoria implica cambios en las redes neuronales del cerebro. Las neuronas del cerebro están conectadas por sinapsis, que están unidas por mensajeros químicos (neurotransmisores) para formar redes más grandes. Se cree que el almacenamiento de la memoria implica cambios en la fuerza de estas conexiones en las áreas del cerebro que se han relacionado con la memoria.
Un engrama de memoria, o rastro de memoria, es un término para el conjunto de cambios en el cerebro en los que se basa una memoria. Se cree que estos incluyen cambios a nivel de las sinapsis que conectan las células cerebrales. La investigación sugiere que un engrama no está ubicado en una ubicación específica en el cerebro, sino en múltiples ubicaciones interconectadas. Las células de engrama son grupos de células que sostienen una memoria: se activan y alteran durante el aprendizaje y se reactivan durante el recuerdo.
Una vez que los recuerdos se almacenan en el cerebro, deben recuperarse para que sean útiles. Si bien podemos o no ser conscientes de que la información se está extrayendo del almacenamiento en un momento dado, esta etapa de la memoria se desarrolla constantemente, y el mismo acto de recordar cambia la forma en que los recuerdos se archivan posteriormente.
La recuperación es la etapa de la memoria en la que se recuerda la información guardada en la memoria, ya sea consciente o inconscientemente. Siguen las etapas de codificación y almacenamiento. La recuperación incluye tanto el recuerdo intencional, como cuando uno piensa en una experiencia anterior o intenta poner un nombre a una cara, como un recuerdo más pasivo, como cuando el significado de palabras conocidas o las notas de una canción vienen a la mente sin esfuerzo.
Una señal de recuperación es un estímulo que inicia el recuerdo. Las señales de recuperación pueden ser externas, como una imagen, un texto, un aroma o algún otro estímulo relacionado con la memoria. También pueden ser internos, como un pensamiento o una sensación que sea relevante para la memoria. Las señales pueden encontrarse inadvertidamente o buscarse deliberadamente en el proceso de tratar de recordar algo.
Múltiples factores influyen en por qué recordamos lo que hacemos. Los recuerdos cargados de emociones tienden a ser relativamente fáciles de recordar. También lo es la información que se ha recuperado de la memoria muchas veces, mediante el estudio, la realización de una rutina o alguna otra forma de repetición. Y el "principio de especificidad de codificación" sostiene que es más probable que uno recuerde un evento cuando hay una mayor similitud entre una señal de recuperación (como una imagen o sonido en el presente) y las condiciones en las que se formó inicialmente el recuerdo.
Después de que se recupera un recuerdo, se cree que se somete a un proceso llamado reconsolidación, durante el cual su representación en el cerebro puede cambiar según la información recibida en el momento del recuerdo. Esta capacidad de darles nueva forma a los recuerdos después de la recuperación se ha explorado como un elemento potencial de las intervenciones psicoterapéuticas (para atenuar la intensidad de los recuerdos amenazantes, por ejemplo).
Los "recuerdos relámpago" son lo que los psicólogos han llamado recuerdos de la experiencia personal de eventos importantes y emocionalmente intensos, como los ataques del 11 de septiembre y otros sucesos muy distintivos. Estos recuerdos pueden parecer especialmente vívidos y confiables incluso si la precisión de los detalles recordados disminuye con el tiempo.
El primado es lo que sucede cuando la exposición a un estímulo (como una palabra) afecta la forma en que una persona responde a otro impulso relacionado. Por ejemplo, si a alguien se le muestra una lista de palabras que incluye enfermera, es más probable que luego complete la raíz en__ con esa palabra. Las medidas de primado se pueden utilizar para demostrar la memoria implícita o la memoria que no implica un recuerdo consciente.
Los recuerdos tienen que ser reconstruidos para poder ser usados, y la unión de detalles deja mucho espacio para inexactitudes, e incluso falsedades descaradas, que contaminen el registro. Estos errores reflejan un sistema de memoria que está construido para elaborar un relato útil de la experiencia pasada, no uno perfecto.
Los recuerdos pueden volverse menos precisos en función de las condiciones cuando se forman por primera vez, como la atención que se presta durante la experiencia. Y la maleabilidad de los recuerdos a lo largo del tiempo significa que factores internos y externos pueden introducir errores. Estos pueden incluir el conocimiento y las expectativas de una persona sobre el mundo (usado para llenar los espacios en blanco de un recuerdo) y sugerencias engañosas de otras personas sobre lo que ocurrió.
Los recuerdos falsos pueden ser tan simples como concluir que se vió una palabra que en realidad no fue mostrada, pero también pueden incluir creer que se experimentó un evento dramático que no se experimentó. Las personas pueden producir tales recuerdos falsos al recurrir involuntariamente a los detalles de experiencias reales relacionadas o, en algunos casos, como respuesta a las sugerencias detalladas de otra persona (tal vez con algunos detalles verdaderos) sobre un evento imaginario que se supone que es real.
Probablemente depende del tipo de memoria. Manipulaciones menores, como convencer a las personas de que vieron una palabra que no vieron, parecen ser bastante fáciles de hacer. Hacer que las personas concluyan que tuvieron una experiencia (como derramar ponche en una boda) que de hecho fue inventada parece requerir más trabajo, incluido, en un estudio, un par de conversaciones y estímulo para pensar más en la "memoria", y puede tener pleno éxito solo para una minoría de personas. Aún así, los investigadores que han investigado la implantación de recuerdos falsos argumentan que, en algunos casos, una cantidad suficiente de sugerencias externas podría resultar en la creación de recuerdos falsos o distorsionados que tienen graves consecuencias legales.
Déjà vu, es una frase francesa que se traduce como “ya visto”, es la sensación de haber visto o experimentado algo antes, aunque uno lo esté encontrando por primera vez. Si bien la causa no se comprende completamente, una explicación de por qué ocurre el déjà vu es que existe cierta semejanza entre una experiencia actual y una anterior, pero la experiencia previa no se identifica fácilmente en el momento. Otros han sugerido que el déjà vu puede resultar de la nueva información que de alguna manera se transmite directamente a la memoria a largo plazo, o de la activación espontánea de una parte del cerebro llamada corteza rinal, involucrada en el sentido de familiaridad.