La hipomanía es un estado de ánimo elevado o irritable y un aumento inusual de la energía o actividad que es similar pero menos intenso que la manía. Un episodio hipomaníaco es un período de tiempo distinto en el que estos cambios marcados del estado de ánimo y la energía de una persona son evidentes.
Un episodio hipomaníaco es definido por el DSM-5 como algo que dura cuatro o más días seguidos, durante la mayor parte del día, y que involucra varios otros síntomas además de cambios en el estado de ánimo y la actividad. Entre esos síntomas se encuentran un aumento en la autoestima o la grandiosidad, una disminución de la inclinación al sueño, una mayor capacidad de hablar y una mayor participación en actividades potencialmente peligrosas, como el gasto excesivo o el comportamiento sexual de riesgo.
A diferencia de un episodio maníaco, sin embargo, un episodio hipomaníaco no necesariamente interrumpe significativamente el trabajo o la vida social de una persona y no implica delirios psicóticos o alucinaciones.
La hipomanía es una característica de algunos trastornos del estado de ánimo, a saber, el trastorno bipolar y el trastorno ciclotímico, y aquellos que experimentan síntomas de hipomanía a menudo también pasan por períodos separados de depresión.
Las señales de hipomanía incluyen:
* Confianza repentina y asertividad
* Aumento de la energía
* Más tiempo dedicado a actividades poco realistas
* Reducción de la necesidad de dormir
* Pensamientos acelerados
* Distracción e irritabilidad
* Hablar mucho
Hay varias causas y factores de riesgo de hipomanía. Las personas pueden estar genéticamente predispuestas a la afección. Las drogas y el alcohol pueden poner a las personas en riesgo, al igual que el estrés, las transiciones de la vida, los cambios en los patrones de sueño, los cambios en la estación, ciertos medicamentos recetados (antidepresivos, esteroides) y ciertas afecciones médicas (enfermedad tiroidea, convulsiones, esclerosis múltiple).
Hay tres principales formas de Trastorno Bipolar:
* Bipolar I: Para ser diagnosticado con este trastorno, un niño o adulto debe tener un solo episodio de manía, que puede estar precedido o seguido de un episodio de depresión. Esta es la forma más grave de trastorno bipolar y a veces requiere hospitalización.
* Bipolar II: A veces llamado "bipolar suave", bipolar II implica hipomanía. Para ser diagnosticado con este trastorno, una persona tiene que haber tenido un episodio de hipomanía y un episodio de depresión.
* Ciclotimia: Las personas con ciclotimia experimentan síntomas de hipomanía y síntomas de depresión leve. Los episodios de ciclotimia tienden a ser más cortos, pero están presentes durante al menos dos años.
La hipomanía destaca la línea difusa entre las experiencias positivas normales y patrones de variación que requieren tratamiento. La gente a menudo describe la hipomanía como un estado donde se sienten, y a veces objetivamente son, más productivas y creativas de lo habitual. La hipomanía, por lo tanto, es similar a los estados que la gente podría caracterizar como "hiper": amor apasionado, alivio después de los exámenes finales o euforia de unas vacaciones en la playa.
El DSM maneja esta distinción al afirmar que, por un lado, la hipomanía debe estar fuera de carácter para la persona, con cambios observables por otros, pero por otro lado, la hipomanía no debe afectar el funcionamiento; los seres queridos pueden notar el cambio, pero no está metiendo a la persona en problemas.
Para alguien que experimenta un tramo de hipomanía, una ráfaga de energía, una avalancha de ideas o un interés en lograr objetivos pueden sumar una experiencia generalmente positiva. Puede haber una línea borrosa entre un período funcional de productividad hipománica y un estado más severo que indica que el cuidado profesional está justificado.
La hipomanía puede, sin embargo, involucrar aspectos negativos (incluyendo irritabilidad) y puede aumentar la posibilidad de daño resultante de la conducta de tomar riesgos. También puede coincidir con síntomas depresivos.
Si bien no todas las personas que experimentan síntomas hipomaníacos tienen un trastorno del estado de ánimo, su presencia es importante para cualquier consideración más amplia de los antecedentes de salud mental de una persona. Un episodio hipomaníaco es clave para la definición psiquiátrica del trastorno bipolar tipo II, que también implica depresión mayor, y se asocia con un alto riesgo de suicidio.
La hipomanía puede ser positiva cuando los síntomas se unen para producir un individuo extremadamente orientado a objetivos y enfocado. Las personas funcionales en un estado hipomaníaco son capaces de mantener sus metas racionales y concisas, y pueden planificar a su alrededor en consecuencia. Freud creía, por ejemplo, que las personas son completamente funcionales cuando conservan la capacidad de hacer tres cosas: trabajar, jugar y amar. La hipomanía se convierte en un problema, sin embargo, si surgen comportamientos de riesgo o si el episodio progresa en manía o depresión.
Algunas personas con trastorno bipolar desarrollan la capacidad de comprender y controlar la hipomanía, evitando que se convierta en un episodio maníaco. Aquellos que controlan la hipomanía explican que se basan en algunas estrategias clave: aprender a evaluar su estado a través de la intensidad, la conciencia, la funcionalidad y la comodidad, reconocer su estado y separar sus sentimientos de sus reacciones, y hacer un inventario de los comportamientos que afectan negativamente a los demás.
Incluso aquellos que pueden controlar la hipomanía creen que hay un nivel de intensidad que es imposible de controlar; los episodios maníacos en toda regla pueden aumentar el nivel de intensidad a pensamientos perturbados, delirios o alucinaciones, días sin dormir y tomar riesgos dañinos, como gastar grandes sumas de dinero o tener una aventura o sexo sin protección. Una distinción clave a la hora de identificar si la hipomanía se ha salido de control es si los que rodean a la persona se sienten cómodos y seguros.
El tratamiento de la hipomanía depende del individuo y debe adaptarse a su experiencia. Los medicamentos pueden incluir estabilizadores del estado de ánimo y antipsicóticos. A menudo se utiliza la terapia en conjunto con ellos, lo que puede ayudar a los pacientes a comprender la afección, desarrollar habilidades de afrontamiento, adherirse a sus medicamentos y hacer cambios útiles en el estilo de vida.