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Verificado por Psychology Today

Sexo

Una introducción amorosa al BDSM

El mito: Es abusivo. En realidad se trata de confianza y comunicación.

En la dinámica de “confiar en el otro” una persona se para delante de la otra dándole la espalda. El que está al frente se deja caer, confiando en que el otro lo atrapará antes de chocar contra el suelo. Este juego contiene un elemento de peligro, el riesgo de no ser atrapado y salir lastimado. La persona que cae pone una gran confianza en la persona que lo atrapa. Cuando el jugador que cae confía en el receptor lo suficiente como para dejarse ir por completo, y la captura sucede según lo planeado, ambos jugadores experimentan un momento de euforia que es difícil de duplicar de otra manera.

Se trata de confianza

El BDSM es similar. El mito dice que es abusivo y extraño: ¡látigos y cadenas! En realidad, se trata de confianza. Cuando la confianza supera la posibilidad de daño, el resultado puede sentirse increíblemente íntimo y erótico.

Hay varios términos para el BSDM: juego de poder o dominación-sumisión (DS) porque un amante tiene control sobre el otro, al menos nominalmente; sadomasoquismo (SM), que implica azotes, latigazos u otros tipos de sensación intensa; y esclavitud y disciplina (BD), que implica restricción. Pero el término actual es BDSM.

Muchas personas consideran al BDSM pervertido, deshumanizante, o peor. Pero los aficionados lo llaman la forma más amorosa, cuidadosa e íntima de contacto y juego humano. La gente puede tener sexo sin conversación, negociación, o cualquier conexión emocional. Pero en el BDSM, los participantes siempre organizan las cosas con anticipación con una comunicación clara e íntima, lo que crea un vínculo erótico especial.

De Sade y Sacher-Masoch

En el arte griego antiguo hay representaciones del BDSM. El Kama Sutra (300 DC,) promociona azotes eróticos, y las referencias europeas al respecto datan del siglo XV. Pero el BDSM floreció durante el siglo XVIII, cuando algunos burdeles europeos comenzaron a especializarse en la restricción, flagelación y otros “castigos” que las mujeres “dominantes” ejercían sobre hombres voluntariamente “sumisos”.

En 1791, el Marqués de Sade (1740-1814) publicó la primera novela de sadomasoquismo, Justine, que incluía azotes, flagelación, sujeción de pezones y restricciones. De su nombre derivó el “sadismo.” De Sade fue encarcelado por locura criminal, una de las razones por las que muchas personas consideran como locura las prácticas sexuales que popularizó.

En 1870, Leopold von Sacher-Masoch (1836-1895), publicó la novela La Venus de las Pieles, sobre la sumisión sexual masculina. Su nombre inspiró el “masoquismo.”

En 1905, Freud acuñó la palabra "sadomasoquismo", llamando neurótico a su disfrute. El Manual Diagnóstico y Estadístico original de los Trastornos Mentales (DSM-I, 1952) clasificó el sadismo sexual como una "desviación". El DSM-II (1968) hizo lo mismo con el masoquismo. El DSM-IV (1994) enumera al sadomasoquismo como un trastorno psiquiátrico.

Solo otra forma de jugar

Pero toda la evidencia disponible muestra que la gran mayoría de los entusiastas del BDSM son mentalmente sanos y típicos en todos los aspectos, excepto que encuentran el sexo convencional ("vainilla") insatisfactorio y quieren algo más intenso e íntimo. Antes de condenar al BDSM, recordemos que no hace mucho tiempo, el sexo oral y la homosexualidad se consideraban “perversos”.

Del 2 al 3 por ciento de los adultos estadounidenses juegan con BDSM, la mayoría lo hace ocasionalmente, algunos a menudo, y unos pocos las 24 horas del día. Eso es alrededor de 5 millones de personas. Mientras tanto, alrededor del 20 por ciento de los adultos informan cierta excitación con imágenes o historias BDSM.

Hay clubes de BDSM públicos y grupos privados en cada área metropolitana importante y en toda área rural en los Estados Unidos. Muchas ciudades tienen varios.

Nunca es abusivo

Si sientes repulsión al BDSM, no juegues de esa manera. Pero las imágenes de BDSM impregnan la sociedad. Henry Kissinger una vez llamó al poder “el último afrodisíaco”. Los reyes y las naciones han luchado para dominar a los demás. El capitalismo asume un mundo de perro-come-perro donde tener éxito significa ejercer control. Y en los deportes, los jugadores se esfuerzan por "humillar" a los oponentes.

Pero, ¿qué tipo de persona se siente excitada sexualmente por el dolor? Muchas personas que son perfectamente normales en todos los demás aspectos. Nuevamente, consideremos los deportes: cuando los jugadores de fútbol hacen jugadas brillantes, los compañeros de equipo a menudo les dan nalgadas, los golpean o chocan sus cascos. Los receptores aceptan este “abuso” con gratitud como un signo de aprecio y afecto. O consideremos una caminata por una montaña. Te quema el sol. Las espinas rasgan las piernas. Y para cuando llegas a la cumbre, estás dolorido y agotado. Sin embargo, te sientes emocionado.

Lamentablemente, los medios de comunicación han distorsionado ampliamente el dolor que experimentan los sumisos. Es más teatral que real. Cuando se realiza por dominantes éticos y cuidadosos ("doms" o "amos") el BDSM nunca es abusivo.

"Siempre es consensual", dice Jay Wiseman, autor de SM 101. “El abuso no lo es”. No necesitas ataduras, mordazas o látigos para abusar de alguien. En manos amorosas, estos aditamentos aumentan la emoción sensual, permitiendo que ambos participantes disfruten de su interacción, o "escenificación", como una “diversión buena, limpia y erótica”. Cuando el BDSM inflige dolor real, siempre se controla cuidadosamente con el sumiso ("sub" o "esclavo") especificando límites claramente de antemano.

Los subs son muy particulares sobre los tipos de dolor, muchos prefieren llamarlo sensación intensa, que les trae placer. "Experimentan el dolor de las picaduras de abeja o un puñetazo en la cara exactamente como cualquier otra persona", dice Wiseman, "y no les gusta tanto”.

Palabras “de seguridad

El BDSM es más teatral que real. Los participantes coreografían cuidadosamente sus movimientos por adelantado.

Primero, los participantes acuerdan una palabra "de seguridad", una señal para parar que el sub puede invocar en cualquier momento. La palabra de seguridad detiene inmediatamente la acción, al menos hasta que los jugadores hayan discutido la razón por la que el esclavo la invocó y hayan acordado mutuamente reanudarla. Una palabra de seguridad muy popular es “luz roja”.

Algunos términos no deben usarse como palabras de seguridad: "para", "no" o "basta", porque tanto el amo como el esclavo a menudo disfrutan de que el esclavo "suplique" al amo que se "detenga", en el entendido de que no lo hará.

Cualquier amo que no cumpla con las palabras de seguridad preestablecidas viola la confianza del esclavo y destruye la relación. Los amos que no cumplen con las palabras de seguridad son condenados al ostracismo en la comunidad BDSM.

Los esclavos están a cargo

Aunque los esclavos fingen subordinación, la ironía del BDSM es que ellos están a cargo. Los esclavos pueden invocar la señal para parar y los amos deben obedecer de inmediato. Mientras tanto, los amos actúan dominantes, pero también deben ser cariñosos y cuidadosos, llevando a los esclavos a su límite acordado, pero nunca más allá. De esta manera, el BDSM ofrece una oportunidad para que todos experimenten tanto tomar como renunciar al poder, mientras se sienten siempre seguros y cuidados. Las personas que disfrutan del BDSM dicen que resulta en una increíble intensidad erótica.

Aprendiendo lo básico

Antes de experimentar con BDSM, busca algo de instrucción. Lee un libro, toma una clase, visita sitios web o clubes.

Se necesita una amplia negociación para llegar a un juego de BDSM mutuamente aceptable. Wiseman dice que antes de cada escena, los jugadores deben negociar todos los aspectos de la misma, desde los jugadores a las palabras de seguridad, a los límites de todos.

Cómo empezar

Primero, decide si estás más interesado en el sadomasoquismo, o en el bondage y dominación. Si es el primero, entonces las nalgadas es la forma en la que muchas personas comienzan. Si es lo segundo, vendar los ojos al sub puede ser divertido.

¿Qué es la intimidad?

Las autoridades en relaciones definen la intimidad como una comunicación emocional clara, franca y autorreveladora. Pero muchas personas equiparan “intimidad” y “sexo”. Ser íntimo es ser sexual y viceversa. Solo que no lo es. Es muy posible ser sexual con una persona que apenas conoces, el “perfecto desconocido”.

La mayoría de las parejas no discuten mucho cómo hacer el amor, lo que disminuye la intimidad. Pero el BDSM absolutamente requiere una discusión continua y detallada. Los jugadores deben planificar todos los aspectos de sus escenificaciones de antemano y evaluarlos después. Muchos aficionados al BDSM dicen que las discusiones previas a la escena son tan íntimas, eróticas y que mejoran las relaciones como las escenas mismas. Y las parejas que disfrutan de juegos de poder ocasionales, pero que no practican exclusivamente el BDSM a menudo comentan que mejora su sexo "vainilla" porque la práctica que obtienen negociando escenas hace que sea más fácil discutir otros aspectos de su sexualidad. Las habilidades requeridas para el BDSM incluyen confianza, comunicación clara, autoaceptación y aceptación de la otra persona. Las mismas habilidades que mejoran las relaciones y el sexo, sin importar cómo juegues.

Imagen de Facebook: AlessandroBiascioli / Shutterstock

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Michael Castleman M.A.

Michael Castleman, M.A., es un periodista residente en San Francisco. Ha escrito sobre sexualidad durante 36 años.

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