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Hace un tiempo, al grabar un podcast, mi equipo y yo le preguntamos a un grupo aleatorio de personas si se consideraban el perseguidor o el distanciador en su relación. En otras palabras, ¿se ven a sí mismos como el que suele querer más cercanía e intimidad o el que normalmente necesita más tiempo y espacio a solas? Casi todas las personas con las que hablamos tenían una respuesta inmediata a la pregunta, tanto sobre ellos mismos como sobre su pareja.
La mayoría de nosotros tenemos cierta conciencia de nuestro patrón en una relación. Podemos pensar en nosotros mismos como dispuestos a ir “con todo” cuando se trata de amor, o podemos vivir con el temor de ser “atados”. Sin embargo, es posible que no seamos conscientes de cuánto estas tendencias se remontan a nuestras primeras relaciones y los patrones de apego que formamos con nuestros cuidadores.
Conocer nuestros patrones de apego puede ser un regalo inagotable en términos de una mejor comprensión de cómo pensamos, sentimos y actuamos en nuestras relaciones. En este blog, me centraré en el apego evitativo en la infancia, que a menudo se manifiesta como un apego desdeñoso y evitativo en la edad adulta. Este patrón de apego se desarrolla cuando un niño no se siente constantemente seguro, visto o calmado por sus padres y, por lo tanto, se vuelve pseudo independiente.
Un niño con un apego evitativo intenta satisfacer sus propias necesidades, porque es demasiado doloroso depender de otros que constantemente no les responden. Desarrollan una sensación de vergüenza, pensando: "no valgo la pena que me presten atención”. Luego se desconectan de sus necesidades en un esfuerzo por evitar sentir esta vergüenza.
Como adultos, esta misma pseudoindependencia puede llevar a la persona a ser autónoma y desdeñosa de los demás cuando expresan necesidades o un deseo de cercanía emocional. Según la investigación de apego, alrededor del 30 por ciento de las personas tienen un patrón de apego evitativo. Entonces, echemos un vistazo más de cerca a lo que eso significa.
Apego evitativo en niños
Con el fin de formar un apego seguro, un niño debe sentirse seguro, visto y calmado por su cuidador. Los comportamientos de crianza que conducen a la formación de un apego evitativo entre padre e hijo incluyen a un padre distante, que lo rechaza, retirado emocionalmente o mal adaptado a las necesidades emocionales del niño a pesar de satisfacer las necesidades básicas del niño, como proporcionar alimento y refugio. Este tipo de crianza puede describirse como un "desierto emocional", ya que generalmente no son muy receptivos. Por ejemplo, es posible que el padre ni siquiera escuche a su bebé cuando comienza a llorar o aprenda las señales de su bebé. A menudo pueden estar distraídos o deprimidos dentro de sí mismos. Pueden estar desconectados de sus propias necesidades y, como extensión, no son sensibles a las necesidades de sus hijos.
El bebé en esta situación está experimentando una forma de abandono emocional. Le falta lo que mi padre, el psicólogo Robert Firestone, ha llamado "alimento de amor", una forma de nutrición emocional sintonizada y calidez de los padres que necesita para prosperar, particularmente en su primer año. En su ausencia, el niño puede aprender que la mejor manera de lidiar con su frustración al no tener sus necesidades satisfechas es actuar como si no tuviera ninguna. Como dijo el Dr. Daniel Siegel, el niño aprende a desconectarse de sus deseos, porque siente vergüenza de que no son satisfechos por sus padres. Ellos internalizan la creencia de que son “basura”.
En "The Strange Situation", un experimento ahora famoso desarrollado por la investigadora del apego Mary Ainsworth, el patrón de apego de un niño y sus padres se evalúa en función de su comportamiento al reunirse. En el experimento, el niño juega en una habitación con sus padres presentes. Entra un extraño (investigador) y el padre se va. El padre luego regresa, consuela al niño y luego se va nuevamente con el investigador. El investigador luego regresa, seguido por el padre.
Un niño con apego seguro se sentirá molesto cuando el padre se vaya, pero acudirá al padre para que lo conforte cuando regrese. Luego se siente calmado y puede volver a jugar. Con un niño evitativo, no hay una reacción visible cuando el padre sale de la habitación. Sin embargo, un monitor cardíaco en el niño revela que su ritmo cardíaco está arriba todo el tiempo que su padre está fuera de la habitación, pero vuelve a la normalidad cuando el padre regresa. En otras palabras, se siente ansioso por la separación, pero se ha adaptado y ha aprendido a no expresarlo para evitar sentirse avergonzado por la falta de respuesta predicha de sus padres.
Un niño evitativo se adaptará a sus circunstancias convirtiéndose en pseudo independiente, encontrando maneras de suprimir sus necesidades o satisfacerlas él mismo. Puede formar tendencias a ser más autosuficiente o reservado. Además, es mucho más fácil para los niños creer que hay algo mal con ellos que aceptar la grave realidad de que puede haber algo mal con sus padres. Si el niño percibiera a sus padres como carentes, perdería una sensación de seguridad, lo cual es primordial para su supervivencia. Por esta razón, puede cambiarle la vida resolver las experiencias de apego en la edad adulta. Como un adulto que ya no depende de un cuidador para la supervivencia, una persona puede enfrentar con seguridad el dolor de haber tenido padres imperfectos y dejar de incorporar los déficits de sus padres en el tejido de su identidad.
Apego evitativo en adultos
Habiendo crecido experimentando un patrón de apego evitativo, es más probable que una persona continúe formando un patrón de apego desdeñoso en sus relaciones con su pareja y/o sus hijos. En una relación romántica, una persona con un patrón de apego desdeñoso-evitativo puede ser más distante o, como su nombre indica, desdeñosa. Quieren estar en una relación, pero al mismo tiempo se resisten a experimentar o mostrar cualquier necesidad de cercanía emocional. Pueden tener una tendencia a buscar el aislamiento, distanciándose emocionalmente de su pareja. Pueden parecer estar más enfocados en sí mismos y valorar sus prioridades por encima de las de su pareja. Pueden parecer fríos y alejados, a menudo mostrando molestia o incluso desdén cuando su pareja está expresando sentimientos o necesidades, creyendo que su pareja está siendo “infantil” o “dramática". Estas reacciones imitan el desierto emocional en el que crecieron.
A menudo es difícil para una persona identificar que tiene un patrón de apego evitativo, porque al igual que pueden ver los deseos y necesidades de su pareja como "demasiado" o abrumadoras, ven sus propios deseos y necesidades de la misma manera. Por lo tanto, pueden pensar en sí mismos como que tienen signos de un patrón de apego ansioso, como ser "necesitados" simplemente por tener cualquier deseo en absoluto. A pesar de que pueden negar la importancia de un ser querido o parecen casi no preocuparse por la relación si se enfrentan a la amenaza de que su pareja los deje, su sistema de apego puede ser activado, y pueden sentirse muy molestos ante la perspectiva de la pérdida real. Por lo tanto, puede ser que sea aún más difícil para ellos reconocer que son evitativos.
Formar un patrón de apego más seguro
La investigación de apego muestra que si no comprendemos y sentimos todo el dolor de nuestro pasado, es mucho más probable que lo repitamos. Estamos inclinados a formar el mismo patrón de apego con nuestros propios hijos que experimentamos nosotros mismos, perpetuando así el patrón por generaciones. Sin embargo, al crear una narrativa coherente de nuestra historia y permitirnos sentir la tristeza de cómo nos lastimaron, podemos romper patrones de relación destructivos y formar apegos más seguros. Podemos entender por qué tenemos dificultades en nuestras relaciones y desafiar activamente los patrones que nos fueron prescritos por nuestro pasado.
Si nos identificamos con un patrón de apego desdeñoso, debemos tratar de tener compasión por nosotros mismos. Después de todo, hicimos esta adaptación para nuestra supervivencia psicológica. Debemos empezar a desafiar esa “voz crítica interior ” que nos puede decir que “no tenemos valor ni somos importantes” o que nuestros sentimientos y deseos son “demasiado”. En PsychAlive.org, estoy impartiendo un seminario web de dos partes sobre "Desarrollar un apego seguro" que introducirá herramientas de empoderamiento para dar sentido a nuestros patrones de apego y comenzar a desarrollar más seguridad interna. De cualquier manera que elijamos hacerlo, hay un valor increíble en explorar nuestros patrones de apego, para que podamos vivir una vida más libre, mantenernos en contacto con todas nuestras emociones y formar las relaciones satisfactorias que deseamos.
A version of this article originally appeared in English.
