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Verificado por Psychology Today

Francis P Cholle
Francis P Cholle
Intuición

¿Qué es la intuición y cómo se usa?

No tenemos que rechazar la lógica científica para beneficiarnos del instinto.

¿Alguna vez has tenido un momento en el que sentiste que algo no estaba bien? ¿Quizás al entrar en un estacionamiento a altas horas de la noche o un sentimiento negativo con alguien sin saber por qué? Y si has experimentado esto antes, ¿te has encogido de hombros y lo has descartado como una tontería ilógica?

Como cultura, hemos aprendido a creer que la racionalidad es lo que debe prevalecer al tomar decisiones sobre cualquier cosa, desde fusiones comerciales cruciales hasta qué comer para el almuerzo. Pero, ¿qué hay de esa "voz interior", ese presentimiento, ese pequeño algo instintivo desde adentro que nos dice cómo nos sentimos debajo de esas capas de lógica?

Así es como defino instinto e intuición:

• El instinto es nuestra inclinación innata hacia un comportamiento particular (en oposición a una respuesta aprendida).

• Un presentimiento, o una corazonada, es una sensación que aparece rápidamente en la conciencia (lo suficientemente perceptible como para actuar si uno lo desea) sin que seamos plenamente conscientes de las razones subyacentes de su aparición.

• La intuición es un proceso que nos da la capacidad de conocer algo directamente sin razonamiento analítico, reduciendo la brecha entre las partes conscientes y no conscientes de nuestra mente, y también entre el instinto y la razón.

En esencia, necesitamos tanto el instinto como la razón para tomar las mejores decisiones posibles para nosotros, nuestros negocios y nuestras familias. Desafortunadamente, muchos de nosotros, incluso cuando experimentamos el éxito usando esta parte menos reconocida de nosotros, nos sentimos incómodos con la idea de usar nuestros instintos como una herramienta de guía. Nos avergüenza decir que seguimos corazonadas, desconfiamos de los mensajes a veces crípticos que nos envían nuestros instintos y, en consecuencia, disminuimos nuestra capacidad de aprovechar el poder de nuestros propios instintos cuando más los necesitamos. Nuestro malestar con la idea de confiar en nuestros instintos se basa en milenios de prejuicios culturales.

Piensa en la frase común: "No somos como los animales". Nos dice que la supuesta diferencia entre los humanos y los animales es la capacidad de los humanos para razonar con nuestros impulsos instintivos, y el mensaje tácito es que la razón es un factor más elevado y una mejor cualidad que poseer. El caso es que no solo somos como los animales, somos animales. Sin embargo, somos animales con la clara ventaja de tener tanto el instinto como la razón a nuestra disposición. Entonces, en realidad, no tenemos que rechazar ni la moralidad ni el instinto; más bien, tenemos la capacidad de honrar y apelar a ambos.

No tenemos que rechazar la lógica científica para beneficiarnos del instinto. Podemos honrar y hacer uso de todas estas herramientas, y podemos buscar el equilibrio.

¿Cómo incluimos la intuición en nuestra vida diaria? Dado que hemos pasado tanto tiempo ignorando o descartando este aspecto del yo, ¿cómo podemos ahora reintegrarlo con éxito en nuestras decisiones prácticas? La respuesta es simple: dialoga.

El consciente es un experto en lógica y la utilizará sin descanso. Por el contrario, la mente inconsciente busca en el pasado, presente y futuro y se conecta con corazonadas y sentimientos de una manera no lineal. Su proceso es críptico para la mente lógica, ya que desafía las leyes convencionales del tiempo y el espacio. Por ejemplo:

Tú: ¿Qué debo ponerme hoy?

Tu inconsciente: Rojo.

Tú: ¿Como qué?

Tu inconsciente: No lo sé, solo algo rojo.

Tú: ¿Por qué?

Tu inconsciente: Se siente bien.

Tú: Pero hoy tengo una entrevista; ¿No es demasiado agresivo el rojo?

Tu inconsciente: No estás entendiendo el punto.

Tú: ¿Cuál es el punto?

Tu inconsciente: Te gusta el rojo. Te hace sentir feliz.

Tú: ¿Qué tiene que ver la felicidad con esto?

Tu inconsciente: Todo.

Tú: ¿Cómo?

Tu inconsciente: Verás; slo confía en mí en esto.

Y tal vez al hacer esto, simplemente porque te sientes bien, exudas más confianza en tu entrevista y recibes el trabajo por esto. Quizás a tu entrevistador le encanta el rojo y disfruta que fueras lo suficientemente audaz como para no vestirte de negro. Quizás el color es lo que te distingue de tantos otros. ¿Quién sabe? El caso es que escuchaste tus instintos y tomaste una decisión, incluida la intuición y beneficiándote de ella, sin preocuparte por las razones lógicas del por qué.

Pero no nos detengamos ahí. Aquí hay tres formas de escuchar esa voz interna y permitir su guía en su vida cotidiana:

1 - Lleva un diario. Escribir tus pensamientos y sentimientos en un papel, incluso si crees que tienes poco que decir, ayuda a que la mente no consciente se abra. Puedes descubrir que estás escribiendo palabras y frases que no tienen sentido para ti, o que provocan respuestas emocionales en lugar de respuestas intelectuales. Cuando esto pasa...

2 - Apaga a tu crítico interior. A menudo racionalizamos esas voces internas. Esta vez, escucha sin juzgar. Permite que los diálogos internos sucedan sin miedo ni ridículo.

3 - Encuentra un lugar solitario. Un lugar donde puedas permitir que las emociones fluyan libremente es una parte imperativa para encontrar y retener los componentes básicos de la intuición. Aquí también puedes querer crear una conexión emocional con un objeto, un color, una pieza de música o literatura, cualquier cosa que permita que se agiten sentimientos que son exclusivamente internos.

Estos tres ejercicios te ayudarán a crear una relación nueva y más profunda contigo mismo, te ayudarán a aclarar esa voz interior y te permitirán devolver tu verdadera conciencia instintiva a tu vida cotidiana racional.

A version of this article originally appeared in English.

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