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Verificado por Psychology Today

Estrés

Primeros auxilios psicológicos: todos los necesitamos en este momento

Estos cinco elementos pueden ayudar a la recuperación psicológica después de una crisis.

Marcos Mesa Sam Wordley/Shutterstock
Source: Marcos Mesa Sam Wordley/Shutterstock

Después de un desastre importante, solemos apresurarnos para satisfacer las necesidades de las personas en comida, refugio y cuidado de la salud, pero no logramos atender sus necesidades psicológicas. Esto es desafortunado porque el estrés abrumador puede bloquear la capacidad de una persona para hacer uso efectivo de la ayuda que está recibiendo. Pensemos en un buzo cuyo tanque de oxígeno falla. Incluso si tiene un plan de respaldo, debe permanecer lo suficientemente tranquilo para ejecutarlo. Las probabilidades de ser capaz de hacerlo también incrementan si tiene a un compañero buzo que le ayude.

Como psicólogo clínico, soy voluntario como personal de respuesta de salud mental ante desastres en un grupo sin fines de lucro que envía grupos, (todos conformados por voluntarios) a atender la salud mental de sobrevivientes y personal de emergencia en una crisis. Mientras que las especificaciones de los desastres varían, sabemos que cuando las personas ya no temen por sus vidas, se encuentran lidiando con emociones negativas como enojo, ansiedad y desesperanza. También podrían experimentar dificultades relacionadas con el estrés en cuanto a la memoria y toma de decisiones.

Ayudar a las personas a entender y lidiar con su angustia facilita que empiecen el proceso de recuperación. Pero, ¿qué pasa cuando el desastre no está limitado a un momento o lugar específicos, se esparce de manera invisible y no tiene ningún final a la vista? La pandemia de coronavirus marca todas estas casillas y también ha enfocado toda nuestra atención en la discriminación sistemática e inequidades sociales en nuestro sistema social.

Afortunadamente, muchas de las estrategias flexibles y de tiempo limitado que usamos ayudan a que los sobrevivientes de un desastre naveguen sus desafíos y pueden adaptarse para su uso en la pandemia. En las secuelas inmediatas de un desastre tradicional, la vida no sigue como siempre. El personal de respuesta para la salud mental no tiene acceso a oficinas silenciosas en las que pueden hablar con la gente con regularidad acerca de sus experiencias de vida y la situación actual. En su lugar, hablamos con las personas en sillas plegables en rincones de refugios enormes, detrás de centros de distribución de alimentos o delante de sus casas destruidas. Rara vez trabajamos con la misma persona más de una vez y el enfoque está en ayudarles a identificar y lidiar con sus necesidades más grandes.

Este tipo de intervención, a veces conocida como Primeros Auxilios Psicológicos, puede ser aprendida por profesionales y civiles a la vez. Mientras que los primeros auxilios están diseñados como una estrategia para estabilizar a personas angustiadas. Están diseñados para ayudar a quienes están en crisis, no para reemplazar tratamientos más tradicionales. En la era del distanciamiento social no nos estamos reuniendo en persona, pero, sin duda, todavía podemos acercarnos a los demás en línea.

Las definiciones de primeros auxilios psicológicos varían, pero al menos parece haber cinco componentes clave. El primero es: ayudar a las personas a sentirse seguras. Esto es difícil de hacer durante una pandemia, pero, además de alentar a las personas a tomar precauciones por seguridad, también necesitamos brindar apoyo tangible. Cuando las personas tienen hambre y están preocupadas por sus necesidades básicas, no lidian bien, así que ya sea que estemos sirviendo alimentos desde un camión de la Cruz Roja después de un huracán o un centro de distribución de un banco de alimentos durante la crisis actual, estamos ayudando a los demás a sentirse menos vulnerables. Tanto ofrecer apoyo a otros como recibir ayuda nosotros mismos puede incrementar nuestro sentido de control.

El segundo principio de los primeros auxilios psicológicos es crear un sentido de calma ayudándole a las personas a manejar sus propias emociones. Esto no significa decirle a la gente lo que debería sentir o devaluar sus respuestas. Literalmente significa escucharlos cuando hablan (o lloran o se quejan) y luego ayudarlos a replantear la situación para que puedan empezar a pensar cómo seguir adelante. A veces, solo expresar los sentimientos reduce su intensidad para que podamos pensar con mayor claridad. Otras veces, tomarse un descanso para socializar, ejercitarse, practicar una técnica de relajación o simplemente respirar puede ayudarnos a reiniciar nuestras respuestas. Los sentimientos no siempre son precisos, pero, como el dolor, son un sistema de alarma que no se va con solo ignorarlo.

Otro aspecto de estos primeros auxilios psicológicos es ayudarle a las personas a recuperar un sentido de autocontrol y autoeficacia. Durante y después de una crisis, las personas suelen batallar con sentimientos de impotencia. Así que, involucrarlas en la resolución de problemas y permitirles determinar qué necesitan para lidiar con las cosas puede ser empoderante. He visto a víctimas de desastres recuperar su solidez después de ayudar a alguien más a limpiar su patio, compartir sus alimentos con otros o incluso con solo ser capaces de ayudar a otros a encontrar recursos. Como humanos, no nos gusta sentirnos vulnerables o fuera de control, así que ayudar a otros a entender que todavía tienen agencia puede hacer una gran diferencia.

La cuarta clave es la necesidad de conexión social. Después de los desastres físicos, las personas suelen sentirse aisladas y solas. Movilizar el apoyo social en una época de distanciamiento social puede ser difícil. Pero encontrar maneras creativas de acercarse puede ser útil. Usar plataformas virtuales para clubes de lectura, colaborar en proyectos o simplemente platicar puede permitirnos una conexión. La clave es encontrar una manera de participar en una interacción con otras personas, no simplemente observar sus acciones en redes sociales.

A pesar de que parece un concepto intangible, la esperanza también es clave para la recuperación psicológica. Todos reconocemos el poder destructivo de su opuesto, la desesperación. Sin embargo, un poco de perspectiva puede ser muy útil. Mientras que nuestra situación actual parece dura, durante la guerra civil nos levantamos en armas contra nuestros conciudadanos, la gripe española mató a 50 millones de personas en todo el mundo y las guerras muy largas han resultado en la muerte de personas lejos de sus familias. Si el pasado nos ha enseñado algo es que los humanos somos resilientes y que podemos resistir a través de los tiempos. Los primeros auxilios psicológicos no curarán la pandemia, pero pueden ayudarnos a generar y mantener la esperanza que, como el oxígeno, es esencial para nuestro bienestar.

Imagen de LinkedIn: Tomoharu photography/Shutterstock. Imagen de Facebook: Gorodenkoff/Shutterstock

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Mary McNaughton-Cassill Ph.D.

La Dra. Mary McNaughton-Cassill, es Profesora de Psicología Clínica y galardonada en la Universidad de Texas en San Antonio.

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