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Verificado por Psychology Today

Karyl McBride Ph.D.
Karyl McBride Ph.D.
Carrera

¿Por qué nos sentimos insuficientes?

¿Estamos llevando la carga emocional de una familia disfuncional?

Quienes hemos internalizado el mensaje de "No soy lo suficientemente bueno" con frecuencia nos preguntamos de dónde viene. O tal vez ni siquiera estamos seguros de que tenemos ese malestar pero sentimos que hacemos lo mejor que podemos con nuestras vidas, nos esforzamos y aún así no podemos darnos crédito por ello. Con frecuencia estamos auto flagelándonos y pensando que deberíamos hacer más, ser más, ser mejores y no llegamos al nivel al que deberíamos aspirar según nosotros.

Después de más de tres décadas de trabajar como terapeuta con dinámicas de familias disfuncionales, particularmente aquellas de familias narcisistas y abusivas, he visto de primera mano de dónde viene este mensaje de "no soy lo suficientemente bueno". Aunque parece fácil de entender intelectualmente, también he encontrado que entenderlo emocionalmente y liberarse uno mismo de esos viejos mensajes negativos es un viaje de recuperación que requiere de mucho esfuerzo. Cuando hacemos cambios, usualmente primero damos un salto cognitivo y luego le toma algo de tiempo a nuestro ser emocional ponerse al corriente hasta que la mente y el instinto sean congruentes y nos digan las mismas cosas.

Pero ¿cómo internalizamos el mensaje de "no soy lo suficientemente bueno?" ¿De dónde viene este mensaje? Para empezar, quiero que piensen en los niños pequeños y lo fácilmente impresionables que son, cómo están absorbiendo todo en la vida e intentando aprender y comprender al mundo alrededor de ellos. Y lo más importante para ellos es obtener el amor y el afecto de sus cuidadores. Todavía no tienen una comprensión experimentada y conocedora del comportamiento humano y de por qué la gente se comporta de cierta manera. Su meta principal es ser amados y eso es algo que, por supuesto, todo niño merece.

Ahora veamos algunos ejemplos de familias disfuncionales, empezando por una familia alcohólica. Un niño no entiende por qué el padre o madre alcohólico a veces está ahí para ellos y a veces no, dependiendo del uso de la sustancia. En una familia narcisista, el niño no entiende que el padre narcisista no es capaz de empatizar o de sentir amor de verdad. En familias abusivas o familias con violencia doméstica, el niño no entiende por qué los adultos están actuando de maneras horribles y no parecen entender cómo su actitud afecta a los niños. Así que, dado que la meta del niño es ser amado y cuidado, el niño empieza a intentar "arreglar" los problemas de los adultos para obtener sus metas. Por supuesto, no hacen esto conscientemente, pero muchos empiezan a hacerlo desde una edad muy temprana: "Si tan solo pudiera ser un mejor niño, esto no estaría pasando". "Si me fuera mejor en la escuela, mis papás no pelearían". "Si escucho los problemas de mis padres, tal vez estén menos estresados". "Si hago más labores o tareas en la casa, tal vez mi mamá no estará tan triste." "Si me vuelvo un gran jugador de futbol, tal vez mi papá deje de tomar tanto porque está en mis partidos."

Los niños son como esponjas y absorben su ambiente a niveles emocionales así como a niveles intelectuales y físicos. Aprenden desde una edad muy temprana que si mamá y papá están contentos, entonces ellos mismos estarán más felices también y podrán obtener más de ese amor que necesitan: "Cuando mami está feliz juega conmigo y pasamos tiempo juntos". "Cuando papi no está enojado, es mucho más amable con nosotros." Los niños quieren paz, amor y armonía y lo necesitan para desarrollarse emocionalmente. Así que, si no lo consiguen, ¿qué hacen? Intentan arreglarlo tratando de ser cada vez mejores niños, o puede que hagan lo contrario y actúen de maneras negativas para lograr que sus padres se enfoquen en ellos. Pero están aprendiendo e internalizando que sin importar lo que hagan, no pueden solucionar los problemas de sus padres. Son niños, y por supuesto, estos no son problemas que ellos puedan o deban arreglar, pero eso no lo saben todavía. Así que siguen intentándolo. Muchas veces en las familias disfuncionales los padres culpan a sus hijos o proyectan en ellos los malos sentimientos que tienen en ese momento.

Los narcisistas lo hacen todo el tiempo. Puede que estén sintiendo odio hacia sí mismos por dentro, pero proyectan esto hacia sus niños en lugar de aceptar y resolver sus propios sentimientos. Siempre es culpa de alguien más. Un niño no entiende la diferencia. Así que, por supuesto, entiende esto como "Debo ser yo." "Debe ser mi culpa que mis padres sean malos conmigo o no puedan amarme." "Debo ser imposible de amar." Así que el niño termina llevando la carga emocional de la familia y se impone la necesidad. "Si tan solo pudiera hacer más."

Solo porque un niño creció y empezó a ver la disfunción en su familia u orígenes no significa que el mensaje internalizado se desvanezca. Solemos cuidar de nosotros de la misma manera en la que nos cuidaron de niños. Así que el mensaje negativo de "no pude arreglarlo, así que no soy lo suficientemente bueno", permanece con mucha fuerza. Los padres no necesitan decir las palabras exactas directamente al niño, el niño las internaliza por su cuenta conforme se desarrolla. "Limpiaré toda la casa hoy en la noche para que mis padres no peleen." Pero sí se pelean y ni se dan cuenta: "No funcionó." "No soy lo suficientemente bueno, o poderoso, o digno."

En terapia, trabajamos sobre esto revelando el lugar más profundo en el que se esconde este mensaje de falta de valor. Usualmente llegamos hasta la familia u orígenes. ¿Quién dice que ser padres no es una responsabilidad enorme? Los mensajes no pueden "deshacerse" con técnicas simples o afirmaciones en las que nos decimos que estamos bien, en su lugar, este trabajo nos lleva a descubrir el trauma más profundo incrustado en el cerebro y cuerpo del niño o el adulto y luego liberándolo. Es necesaria una resolución del trauma.

Para algunas personas, hacer esto es difícil, porque todos queremos creer que venimos de familias amorosas y cálidas. Es normal intentar negarlo y racionalizarlo, creer que todo está en nuestras mentes. De hecho es mucho más fácil responsabilizarse a uno mismo que reunir el valor para enfrentarnos a la realidad, a nuestra verdadera experiencia, y resolver nuestros propios traumas. Pero, estoy escribiendo esto para testificar sobre la experiencia de mucha gente que ha tenido el valor en terapia de hacer este duro trabajo y se han recuperado y han sido capaces de soltar el peso de cargar con el bagaje emocional de sus familias u orígenes. Cuando hacen esto, se dan cuenta que el mensaje estaba equivocado. Es una realidad distorsionada que se vieron obligados a aceptar para sobrevivir en un ambiente disfuncional. Es solamente entonces cuando el mensaje negativo firmemente arraigado de "No soy lo suficientemente bueno," empieza a despegarse y logramos alivio. Esto no significa que yo aliente la culpa, el enojo, la ira o el cargar con resentimiento hacia la familia y origen. Pero sí es necesario entender esas emociones antes de poder sanar. También así se vuelve más posible ser responsable y darse cuenta de que es posible cambiarse a uno mismo de adulto y ser quien queremos ser y no seguir siendo definidos por nuestra familia, origen o algo más.

Es útil imaginarnos cargando una bolsa de red sobre nuestros hombros llena de pelotas que ni siquiera nos pertenecen. Conforme nos recuperamos, tomamos una pelota a la vez y la lanzamos lejos de la bolsa y lejos de nuestra propia espalda porque nos damos cuenta de que le pertenecen a alguien más. "Estas cosas no son mías, estoy cargando con la tristeza de mi madre y las inseguridades de mi padre." Deshagámonos de esas viejas pelotas para que podamos ver nuestra propia realidad y definir quienes somos realmente. Muy dentro, sabemos que aunque cometamos errores en nuestras vidas, como todos, somos buenas personas. "Somos lo suficientemente buenos." Y nos merecemos algo mejor. Puedo decir que en todos mis años de llevar a cabo psicoterapia, el mayor avance que he visto en mis clientes es cuando se dan cuenta de que están cargando el peso de alguien más a sus espaldas. Cuando esto sucede, les abre la puerta hacia la libertad. Les da un camino hacia la esperanza, el entendimiento y la sanación. Abre más y más ventanas de oportunidad para crear la vida que queremos y deseamos. Si están leyendo esto y se sintieron identificados ¡les deseo que logren eso también! La bola de pelotas en la espalda es pesada. Podemos empezar a librarnos del trauma liberándonos de la carga y peso, una pelota a la vez. Se darán cuenta de que son lo suficientemente buenos.

A version of this article originally appeared in English.

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