Verificado por 
Los puntos clave
- La estabilidad de los amigos de tus hijos a menudo refleja la estabilidad de su propia autoestima.
- Cada niño se beneficia de tres amistades importantes en su círculo.
- Tu hijo normalmente reflejará social y emocionalmente la mediana de sus cinco amigos más cercanos.
Elisa es una vieja amiga a quien conozco desde la escuela primaria. En la superficie, Elisa parecía como cualquier otra chica, sacaba calificaciones promedio y se mezclaba con el resto de su clase. Sin embargo, tras un examen más detenido, quedó claro que ella necesitaba más afirmación que cualquier otra persona que yo conociera.
Atraía amigos que también estaban necesitados y a menudo en problemas. Eran socialmente incómodos y no estaban seguros de cómo hablar de nada más que de ellos mismos.
También atraía novios que necesitaban ser rescatados. Al observar a estos amigos varones a lo largo de los años, fue evidente que Elisa se sentía mejor consigo misma mientras los rescataba de sus problemas.
Pasó de una actividad y un compromiso a otros, sin apegarse a nada por mucho tiempo. Es como si tuviera miedo de que la descubrieran como un fraude o una impostora.
Tus relaciones rara vez son más saludables que tu autoestima
Aquí reside una verdad aleccionadora sobre todos nosotros. Nuestras relaciones reflejan lo que pensamos de nosotros mismos. Rara vez son más saludables que nuestra autoestima. Esto significa que nuestras relaciones reflejan cómo nos sentimos acerca de nosotros mismos: lo similar atrae lo similar. También significa que la estabilidad de esas relaciones tiende a ser tan estable como nuestra autoestima: lo inestable atrae a lo inestable. Migramos hacia las personas con las que nos sentimos más cómodos, lo que puede ser una buena o una mala noticia.
Cuando la mamá y el papá de Laura la convencieron para que saliera y se casara con un joven sólido y exitoso, las cosas parecían geniales al principio. Con el tiempo, tuvieron tres hijos, una bonita casa y dos coches nuevos en el garaje. Luego, unos ocho años después de casarse, Laura comenzó a exhibir comportamientos de autosabotaje, a desarrollar un hábito de drogas y a ocultar relaciones extramatrimoniales. Su crianza se volvió volátil, pasando de indiferente a estricta. Era como si Laura estuviera transmitiendo: “No merezco esta vida”. Al cabo de un año, Laura se divorció de su marido, sólo para rebotar en una relación inestable con un hombre en prisión, encarcelado por vender drogas. Quedó embarazada y el resto es historia. Laura empezó a vivir por debajo de su potencial, sin fuerzas y estancada.
¿Cómo pudo hacer esto? Nuestras relaciones rara vez serán más saludables que nuestra autoestima.
Preguntas que hacerle a tus hijos
Si te preocupa que tus hijos puedan reflejar este dilema, intenta hacerte estas preguntas sobre sus amigos:
- ¿Sus amigos son inseguros o temerosos?
- ¿Mienten, engañan o roban?
- ¿Buscan ser un salvador que anda con otras personas que necesitan ayuda?
- ¿Atraen amigos necesitados que los hagan sentir mejor consigo mismos?
El orador motivacional Jim Rohn dice que somos el promedio de las cinco personas con las que pasamos más tiempo. Esto se basa en la ley de los promedios, una teoría que sugiere que el resultado de cualquier situación dada será el promedio de todos los resultados. Considera esto a la luz de los amigos de tus hijos.
3 Ingredientes que impulsan la autoestima de tus hijos
Nuestra generación de padres está consumida por la autoestima de nuestros hijos. Si bien admiro esto, con demasiada frecuencia creamos una autoimagen sintética para nuestros hijos, basada en elogios y trofeos exagerados. Con frecuencia resulta contraproducente, creando adultos jóvenes con mucha arrogancia y baja autoestima. A medida que nuestros dos hijos crecieron, llegué a la conclusión de que su sentido de identidad se alimentaba de tres elementos:
- Sus logros: cuando lograban algo, eso alimentaba su autoimagen.
- Su afirmación: cuando nosotros u otros afirmábamos su conducta, alimentaba su autoimagen.
- Sus asociaciones: pasar tiempo con quienes los hacían mejorar alimentó su autoimagen.
Si bien no podemos forzar nada de esto, los padres, maestros, entrenadores y trabajadores juveniles pueden preparar a sus hijos para que disfruten de estos elementos y crear entornos donde sucedan de forma natural. Debe haber un equilibrio entre lo orgánico y lo organizado. Debemos ser intencionales y laissez-faire. Cada uno de estos elementos debe parecer real, no artificial o fabricado.
Cómo alentarlos
Mi esposa y yo vimos estas realidades de primera mano cuando nuestros hijos crecieron. Descubrimos mucho sobre cómo se veían a sí mismos nuestros hijos al observar a sus amigos. Intentamos desempeñar un papel natural y positivo en la profundización de su propio sentido de identidad. Permítanme sugerir una regla general que intenté practicar a medida que crecían: anima a tus hijos a encontrar al menos uno:
- Amigo que los hace superarse: Estos son amigos inteligentes, confiados y positivos que los hacen superarse.
- Amigo seguro: estos son amigos fáciles, compañeros cuya influencia es igual y cómoda.
- Amigo de apoyo: estos son amigos en quienes tus hijos influyen, asesoran e inspiran para crecer.
Por lo general, vivimos una vida mejor y continuamos creciendo cuando pasamos tiempo con aquellos que están por delante de nosotros en su crecimiento, aquellos que están a nuestro lado en nuestro crecimiento y aquellos que están detrás de nosotros y a quienes podemos ayudar a crecer.
Al final, nuestro círculo de amigos nos empuja a rebajarnos o a aprovechar nuestro potencial, lo que eventualmente crea nuestra reputación. Y esto crea un molde para nuestras vidas. James Clear dijo: “Tu reputación es tu activo más importante. Te precede antes de que entres en la habitación y persiste mucho después de que tu presencia desaparece”.
Guiemos este proceso para la próxima generación.
A version of this article originally appeared in English.
