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La relación más desafiante que jamás tendremos es con nosotros mismos. El objetivo de cada una de nuestras vidas es estar presente para cualquier cosa que nos suceda, sin importar cómo se vea. Nuestra vida, sin duda, estará llena de altibajos, transiciones, obstáculos, desafíos, logros y triunfos. Idealmente, aprenderemos de nuestras experiencias para que, en el futuro, nuestras vidas sean mejores, más saludables y más significativas. El adagio "conócete a ti mismo" lo dice mejor: El primer y más esencial trabajo de nuestra vida es saber quiénes somos lo mejor que podamos, en la forma más completa posible.
Una vez que tenemos una idea bastante buena sobre quiénes somos y lo que representamos, estamos listos para comenzar el viaje de ser nosotros mismos en una relación. Tener una relación íntima con otra persona es quizás la segunda relación más desafiante que cualquiera de nosotros tendrá. No solo se nos pide que mantengamos el trabajo de asegurarnos de vivir nuestra propia vida al máximo de su capacidad y potencial, sino que ahora se nos pide y desafía a incorporar la plena capacidad y el potencial de otro ser humano en una relación. Puedes imaginar lo complejo y difícil que es crear una experiencia que sea saludable, honesta, respetuosa, inclusiva, alegre y amorosa, y que valore y promueva la expresión individual y el crecimiento personal de ambos en una pareja.
Aunque la intimidad, la amistad, la familiaridad, la conexión y la seguridad son características distintivas de una relación exitosa, hay siete principios esenciales que definen una relación amorosa (y saludable).
1. Participan en el aprendizaje y crecimiento del otro.
Somos un espejo para el otro. Aprendemos de los sentimientos y comportamientos de nuestra pareja. Obtener nuevas perspectivas a través de la vida de nuestra pareja mejora la calidad de la nuestra; la relación es una situación de ganar-ganar. Además, los intereses de nuestras parejas pueden servir como terreno fértil para nuestro nuevo aprendizaje y crecimiento. A medida que nuestra pareja crece, nosotros también crecemos.
2. Valoran y respetan la individualidad y los límites del otro.
Todos somos diferentes. Nuestras diferencias individuales nunca deben ser vistas como "menos que" las de otra persona, sino como oportunidades para obtener una nueva perspectiva. Una relación sana nutre y abraza cada una de nuestras cualidades especiales.
Ten cuidado con las relaciones que intentan controlarte; que tratan de aplastar tu individualidad porque amenaza a una pareja cuando no ves las cosas a su manera; o que te menosprecian porque eres demasiado independiente. Ten cuidado con una pareja que trata de hacer que seas como ella porque esa es la única manera en que se sienten cómodos en una relación.
En una relación sana y amorosa, respetas los límites de tu pareja. Se dan el espacio que necesitan lejos de la relación para estar solos, estar con amigos y perseguir sus propios intereses.
3. Fomentan la comunicación y el diálogo saludables.
Te sientes libre y cómodo para decir lo que está en tu mente. No debes esperar que tú y tu pareja estén de acuerdo en todo, por lo que es esencial mantener su comunicación directa y honesta, no crítica o llena de juicios, y no avergonzar o culpar. Realmente "escuchas" lo que tu pareja está diciendo, no solo las palabras, sino la forma en que expresan sus emociones y sentimientos, y sus comportamientos y acciones.
4. Comparten valores similares o parecidos.
Idealmente, están en la misma página sobre temas clave de la vida: valores familiares, crianza de hijos, vida religiosa y espiritual, incluso política. Tener una forma similar de ver la vida crea una forma fácil de relacionarse entre sí en temas importantes. Eso no quiere decir que personas de diferentes orígenes, culturas, religiones e ideologías no puedan ser tu pareja ideal. Estas diferencias pueden tomar más tiempo para comprenderse y resolverse, pero eso es totalmente posible cuando las parejas se valoran lo suficiente como para que la relación funcione.
5. Confían el uno en el otro sin cuestionarlo.
Confianza significa que tú crees que tu pareja tiene lo que se necesita para capear las tormentas de la vida y salir de ellas de pie a tu lado. La confianza implica la creencia inquebrantable de que no importa lo que suceda, tu pareja permanecerá leal a ti y a la relación, honrará sus compromisos, no mentirá y permanecerá abierta a resolver cualquier dificultad que surja.
6. Comparten decisiones y elecciones importantes de la vida.
Los problemas surgirán inevitablemente durante una relación, pero una sola persona no debe tomar todas o la mayoría de las decisiones. En lugar de sentirse frustrados y enojados cuando surgen problemas, es importante tener en cuenta que parte del compromiso con una relación amorosa es superar sus sentimientos y expectativas personales para encontrar una solución que sea en el mejor interés de ambos. De hecho, a menudo se necesitan dos para llegar al compromiso correcto, al equilibrio correcto, aprovechando el conocimiento previo, la experiencia y la sabiduría de cada persona. Aprender a dar y recibir es un proceso importante en la resolución de problemas. Pero, sobre todo, cada uno debe contribuir por igual a la toma de decisiones y opciones importantes.
7. Son capaces de dejar las cosas ir y seguir adelante.
La vida tiene que ver con el cambio y la transición. Nada se queda quieto o igual, por mucho que a veces queramos porque nos hace sentir más seguros. Inevitablemente, los giros y vueltas de la vida encontrarán su camino en todas y cada una de las relaciones, y como pareja, necesitamos encontrar un camino a través de la siguiente parte del viaje. Aunque podemos estar decepcionados, frustrados o incluso traumatizados por lo que la vida nos ha arrojado, una relación amorosa y saludable nos enseña que al permanecer juntos y avanzar juntos alcanzaremos con éxito lo que nos espera en el otro lado. La unidad proporciona fuerza y equilibrio.
Nuestras relaciones más amorosas son sagradas y preciosas para nosotros y merecen nuestra atención plena, incondicional y continua, respeto, cuidado, amabilidad y ternura.
A version of this article originally appeared in English.
