La psicopatía y la violación de los derechos humanos

Source: Foto por K. Ramsland

En noticias recientes sobre la invasión de Rusia a Ucrania, hemos escuchado numerosas denuncias de violaciones de derechos humanos. El senador estadounidense Steve Daines visitó los suburbios de Kiev y observó que hay “evidencia indiscutible de los crímenes de guerra de Putin en todas partes. Las imágenes de fosas comunes poco profundas llenas de civiles, mujeres y niños son desgarradoras. Estados Unidos y el mundo necesitan saber ahora sobre las atrocidades de Putin contra el pueblo inocente de Ucrania”.
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) ha iniciado una investigación. Su informe del 15 de marzo al 5 de abril describe incidentes de violación, tortura, ejecuciones extrajudiciales y ataques contra hospitales y refugios públicos. El posible uso de armas químicas plantea más preocupaciones.
Podríamos preguntarnos qué porcentaje de los que dan las órdenes no tienen preocupación por el bienestar humano o un sentido de responsabilidad. Resulta que hay un estudio reciente que aborda esto: “el primer estudio que utiliza una medida clínica/forense validada de psicopatía entre oficiales del ejército y la policía condenados por una forma particular de terrorismo de Estado, crímenes de lesa humanidad” (CLH).

Hare et al (2022) tuvieron acceso a una muestra de tales delincuentes del régimen despótico de Pinochet en Chile. En 1995, el gobierno chileno había construido una prisión específicamente para hombres condenados por CLH bajo Pinochet. De los 120 presos, 101 (84.2 por ciento) aceptaron participar. Su edad promedio en 2016, el año del estudio, era de 71 años. Alrededor de dos tercios habían estado en el ejército y el resto en la fuerza policial. Alrededor del 65 por ciento habían sido oficiales de alto rango, 12 de los cuales habían sido generales. Todos tenían reputación de ser despiadados en sus deberes. Alrededor del 45 por ciento tenía condenas por asesinato.
Los médicos expertos calificaron a cada individuo con la Lista de verificación de psicopatía revisada (PCL-R), el instrumento que mide el constructo clínico compuesto por rasgos y comportamientos clave como el engaño, la manipulación, el afecto embotado y la falta de remordimiento. En algunos casos, utilizaron una evaluación derivada, el Autoinforme de psicopatía, en su forma abreviada. (SRP-SF). También tenían calificaciones PCL-R para muestras de delincuentes generales (209) en el área y de participantes de la comunidad (101).

Hare ha señalado que entre las características más devastadoras de la psicopatía se encuentran un desprecio insensible por los derechos de los demás y una propensión a comportamientos depredadores y violentos. Sin vergüenza, los psicópatas encantan y explotan a los demás para su propio beneficio. Carecen de empatía y sentido de la responsabilidad, y manipulan, mienten y estafan libremente a los demás. Probablemente no sorprendería a nadie que los psicópatas inteligentes puedan ascender rápidamente de rango dentro de los regímenes totalitarios.

Los resultados muestran más que una puntuación total. El PCL-R se organiza en torno a dos factores principales, cada uno de los cuales tiene dos facetas. El factor 1, componentes interpersonales y afectivos, incluye rasgos como grandioso, insensible, manipulador y sin remordimiento. El factor 2 se refiere al estilo de vida y las conductas antisociales, como ser agresivo, impulsivo, irresponsable y buscador de sensaciones. La estructura factorial ofrece una mirada más matizada a las tendencias y comportamientos.

Los resultados de la puntuación total de psicopatía para los candidatos a CLH en el estudio coincidieron con los de los delincuentes generales, siendo ambos grupos más psicópatas que los individuos comunes en la muestra de la comunidad. “Sin embargo, el grupo CLH obtuvo puntajes extraordinariamente altos en las facetas Interpersonal/Afectiva, pero puntajes relativamente bajos en las facetas Estilo de vida/Antisocial”.

La mayoría de los hombres culpables de CLH estaban en la categoría Callous-Conning. Los puntajes PCL-R de aquellos que parecían cómodos violando los derechos humanos eran “consistentes con una disposición extrema para el trato egoísta, insensible y despiadado de los demás, sin culpa ni remordimiento, y en ausencia de un historial documentado previo de comportamiento antisocial severo”. Entonces, no habían sido criminales de antemano. Eran grandiosos, manipuladores, insensibles y despiadados sin antecedentes de conducta delictiva o antisocial. Habían sido elegidos para su puesto porque parecían muy adecuados para "reprimir y eliminar a los enemigos del estado".

El Factor Psicópata 1 muestra distintos déficits neurológicos y embotamiento emocional. Carecen de miedo, culpa y ansiedad. Esto podría ser congénito, en contraste con el Factor 2, que parece desarrollarse en reacción a las influencias ambientales como la privación y el abuso. Este último tipo muestra un inicio temprano de mala conducta, mayor uso de sustancias, más problemas de salud mental, más ansiedad y una mayor impulsividad.

El estudio encontró que un porcentaje significativo de líderes de alto rango en el grupo de investigación tenían poca preocupación por proteger los derechos humanos. “Cuanto más alto es el rango militar, más psicópata es el miembro”. Sus objetivos egoístas son lo primero. Ofrecieron justificaciones para su CLH y no expresaron remordimiento ni preocupación por las víctimas.

Aunque los investigadores reconocieron que una limitación clave era la falta de una comparación controlada de un grupo contemporáneo de actores de CLH, es muy posible que estemos viendo a esas personas en acción en este momento. Hasta el momento, ningún líder militar en Rusia ha reconocido ni se ha disculpado por las atrocidades de CLH documentadas en las últimas semanas.