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Los puntos clave
- La envidia es una emoción incómoda que la gente tiende a querer reprimir.
- Cuando envidiamos a alguien, es posible que por reflejo nos disguste o lo critiquemos, en lugar de examinarnos
- La envidia puede ser una indicación útil de nuestros propios sueños y deseos de vida.
¿Hay personas cuyas redes sociales te dan envidia? No hay nada como las redes sociales para secuestrar tu mente y tu corazón en un día perfectamente bueno, recordándote todo lo que falta en tu vida.
He escrito antes sobre cómo manejar esos factores detonadores y dejar de compararte con los demás. Recientemente, sin embargo, obtuve otra capa de perspectiva sobre la envidia, mientras escuchaba un episodio del podcast Hello Monday de Jessi Hempel, con la podcaster y autora Elise Loehnen.
Discuten el libro recientemente publicado de Loehnen, On Our Best Behavior: The Seven Deadly Sins and the Price Women Pay to be Good. Loehnen describe la envidia como ese sentimiento que tenemos “cuando queremos algo que otra persona tiene para sí”. Es una emoción “oscura” que muchas mujeres experimentan y tienden a suprimir, porque se siente muy incómoda e incorrecta. Hempel admite que no le gusta reconocer la envidia en sí misma, y probablemente incluso lo negaría rotundamente si le preguntaran sobre sus verdaderos sentimientos hacia alguien.
Loehnen describe una conversación fundamental con la terapeuta y autora Lori Gottlieb, que se convirtió en la semilla de su libro. En su trabajo clínico, Gottlieb les dice a sus pacientes y clientes que presten atención a su envidia, porque les muestra lo que quieren. Es posible que las mujeres en particular no presten atención a esto, porque a menudo nos sentimos incómodas con las emociones que sentimos que son inaceptables.
He estado enseñando sobre esto durante años, desde una perspectiva ligeramente diferente, cuando escribo y hablo sobre estrategias para cultivar la pasión y el propósito. Le digo a la gente que preste atención a las personas o situaciones que les hacen sentir envidia, ya que pueden contener pistas sobre cosas que les apasionan. Si ves a alguien haciendo algo que te molesta o te hace sentir resentimiento y envidia, pregúntate si es algo que debes comenzar a buscar y hacer.
La nueva capa que me dejó sin aliento fue la visión de Loehnen sobre cómo las mujeres tienden a tratar a otras mujeres en nuestra cultura. Según los datos, las mujeres son sorprendentemente duras entre sí. Se nos dificulta votar por otras mujeres y somos duras con otras mujeres en el lugar de trabajo, posiblemente incluso más duras entre nosotros que con nuestros colegas masculinos.
Loehnen comparte su experiencia de ver a otra mujer hacer algo que ella quería para sí misma, como escribir libros o tener éxito en el liderazgo intelectual. De inmediato se encontraría buscando razones para criticarla. ¿Te identificas?
Esto me golpeó duro. Me doy cuenta de esto en las redes sociales, donde estoy conectada con colegas que están haciendo cosas que anhelo hacer y experimentar. A veces, mis reacciones son tan intensas que silenciaré las publicaciones de alguien. Si llega a un punto particularmente doloroso, reacciono como lo describe Loehnen: critico en mi mente (o en voz alta, si alguien está cerca para escuchar) para sentirme mejor.
Ahora, curar tus feeds de redes sociales para minimizar las entradas detonantes puede ser una forma proactiva de proteger tu salud mental. Todavía recomiendo hacerlo. Pero, puede haber una mejor manera de avanzar.
Loehnen se dio cuenta de que cuando tenía uno de esos momentos de “ella no me agrada”, en realidad era “envidia no diagnosticada”. Esa mujer estaba “impulsando un sueño” que tenía para sí misma.
¿Qué hacemos, si nos permitimos ver esto?
Hempel tiene una respuesta: “¿Dónde están las herramientas que me permiten… estar a la altura del desafío de respaldarlas por completo? Porque en realidad, apoyarlas por completo es la forma en que me apoyo para querer esa cosa”.
Este. Este es el avance. Aquellos a quienes envidiamos pueden ser indicadores de lo que anhelamos, e incluso necesitamos, lograr con nuestras vidas. Representan lo que es posible. Han llegado antes que nosotros. Han hecho las cosas difíciles y han encontrado o creado las oportunidades. Y tenemos que brindarles apoyo, con todo nuestro corazón.
Para las mujeres que tienden a envidiar y sentirse competitivas con otras mujeres, esto representa un giro hacia la celebración, en lugar de la oposición. Necesitamos apoyar y celebrar a otros que están haciendo grandes cosas. Incluso si, y quizás especialmente si, las envidiamos.
Este concepto resuena en cada célula de mi cuerpo. Es la respuesta correcta.
Ahora he dejado de silenciar mi feed cuando alguien presiona mis botones “Ojalá pudiera hacer eso” o “¿Por qué ella puede hacer eso pero yo no?”. En cambio, tomo un momento para celebrar en mi mente y corazón. Toco el botón del corazón. Dejo un comentario de ánimo o de celebración. Me encuentro escribiendo en un diario más a menudo, de nuevo, sobre mis propias esperanzas y sueños.
Se siente tan bien. Y se siente como la respuesta más verdadera y saludable a los logros de los demás, especialmente a los de otras mujeres.
A version of this article originally appeared in English.
