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Verificado por Psychology Today

Trastornos de la alimentación

¿Alimentación trastorrnada o trastorno alimenticio? Cuál es la diferencia

Las formas más sutiles de trastornos alimenticios también pueden ser peligrosas.

Es bastante fácil diagnosticar un trastorno alimenticio en toda regla como la anorexia o la bulimia nerviosa. Pero las formas más sutiles de trastornos alimenticios son difíciles de identificar.

En nuestra cultura, existe una obsesión por el tamaño y el peso, la dieta y el ejercicio. La omnipresencia de los trastornos alimenticios es asombrosa. Las investigaciones sugieren que hasta el 50 por ciento de la población muestra relaciones problemáticas o desordenadas con la comida, el cuerpo y el ejercicio. Las tasas de trastornos clínicos de la alimentación son mucho más bajas, se estima entre el 1 y el 3 por ciento de la población general.

Hay cuatro diagnósticos de trastornos alimenticios en el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales-V (DSM-V): anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, trastorno por atracón y trastorno de la alimentación no especificado.

Se enumeran criterios de diagnóstico específicos para cada uno de los cuatro diagnósticos. Sin embargo, no cumplir con estos criterios no significa que una persona mantenga una relación saludable con la comida y el peso. Las personas que demuestran trastornos alimenticios pueden seguir estando en riesgo tanto física como emocionalmente.

Definir y reconocer los trastornos alimenticios es un tema complicado. ¿Cuáles son los indicadores y síntomas de los trastornos alimenticios? ¿Cómo se distingue la alimentación trastornada de un trastorno alimenticio real o incluso de conductas dietéticas más normativas? ¿Y qué se puede hacer para tratar estos comportamientos una vez que se convierten en un problema?

Indicadores y síntomas de una alimentación trastornada

Los síntomas de una alimentación desordenada pueden incluir comportamientos comúnmente asociados con trastornos alimenticios , como restricción de alimentos, atracones, purgas (a través de vómitos autoinducidos o ejercicio excesivo, y uso de pastillas para adelgazar y/o laxantes).

Sin embargo, la alimentación trastornada también puede incluir:

  • Autoestima basada en gran medida, o incluso exclusivamente, en la forma y el peso del cuerpo.
  • Una alteración en la forma en que uno experimenta su cuerpo, es decir, una persona que cae en un rango de peso saludable pero sigue sintiendo que tiene sobrepeso.
  • Rutina de ejercicio excesiva o rígida
  • Conteo obsesivo de calorías
  • Ansiedad por ciertos alimentos o grupos de alimentos.
  • Un enfoque rígido de la alimentación, como comer solo ciertos alimentos, horarios de comida inflexibles, negarse a comer en restaurantes o fuera de la propia casa.

Alimentación trastornada vs. trastornos alimenticios

¿Qué distingue la alimentación trastornada de un trastorno alimenticio en toda regla? Se trata de un título. Un individuo con alimentación trastornada a menudo tiene el mismo comportamiento que aquellos con trastornos alimenticios, pero con menor frecuencia o menor gravedad.

Sin embargo, la alimentación trastornada es problemática y debe tomarse en serio, aunque los síntomas pueden no ser tan extremos como los de un trastorno alimenticio diagnosticable. Las personas con alimentación trastornada pueden estar en riesgo de desarrollar un trastorno alimenticio en toda regla y es más probable que tengan antecedentes de depresión y/o ansiedad, o que estén en riesgo de padecer ansiedad y depresión en algún momento en el futuro.

Entender y evaluar el riesgo de la alimentación trastornada

Al igual que con otros problemas de salud mental, es importante explorar cómo y en qué medida la alimentación trastornada afecta el funcionamiento diario de un individuo. Los temas a considerar incluyen los siguientes:

  • Concentración y capacidad para concentrarse: ¿los pensamientos sobre la comida, el cuerpo y el ejercicio impiden la concentración o impiden el desempeño en el trabajo o la escuela?
  • Vida social: ¿la socialización está restringida porque podría requerir comer en un restaurante, consumir alimentos que dan miedo o son incómodos, o interrumpir la rutina de ejercicios?
  • Habilidades de afrontamiento: ¿se utiliza el consumo de alimentos o la restricción como una forma de gestionar los problemas de la vida o hacer frente a los factores estresantes?
  • Malestar o ansiedad: ¿cuántas molestias causan los pensamientos sobre la comida y el cuerpo? ¿Estos pensamientos son difíciles de sacudir y provocan ansiedad?

Un profesional de la salud mental puede ayudar a distinguir entre los trastornos alimenticios, la alimentación trastornada y los patrones de dieta y ejercicio más normativos y determinar si podrías estar en riesgo.

Evitar y manejar la alimentación trastornada

Aquí hay algunas cosas que puedes hacer para prevenir o controlar la alimentación trastornada:

  • Evita las dietas de moda o de choque. Muchas dietas son demasiado restrictivas tanto en cantidad como en variedad. Esto puede causar una sensación de privación y posiblemente conducir a atracones. Es más saludable adoptar un plan de alimentación más inclusivo en el que todos los alimentos se incorporan con moderación.
  • Establece límites saludables para el ejercicio y concéntrate en actividades físicas que sean agradables. Por ejemplo, es preferible tomar una clase de yoga en lugar de permanecer en la máquina elíptica hasta quemar una cierta cantidad de calorías.
  • Deja de hablar negativamente sobre tu cuerpo. Ten en cuenta las conversaciones demasiado críticas sobre ti o tu cuerpo.
  • Tira la báscula. Las personas con alimentación trastornada a menudo se pesan a diario o varias veces al día.

Cómo tratar la alimentación trastornada

La relación que tenemos con nuestros cuerpos, así como la forma en que experimentamos nuestro tamaño y forma, es compleja emocional y físicamente. Las dificultades con la autoestima y la imagen corporal son comunes entre las personas con y sin trastornos alimenticios.

La psicoterapia puede ayudar a las personas a comprender estas relaciones complejas, lograr la aceptación del cuerpo y explorar los patrones de relación y otros problemas psicológicos que contribuyen a los trastornos alimenticios. Además, un nutricionista que se especialice en trastornos alimenticios y adopte un enfoque no dietético para la alimentación y el ejercicio también puede ser un buen recurso, particularmente con respecto a aumentar la atención a las señales naturales de hambre/saciedad del cuerpo.
Puedes encontrar a un terapeuta especializado en trastornos alimenticios cerca de ti en el directorio de Psychology Today.

A version of this article originally appeared in English.

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Contemporary Psychoanalysis in Action está bajo el auspicio de Contemporary Psychoanalysis, la publicación del Instituto William Alanson.

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