8 Señales sutiles de que estás ignorando tus verdaderos deseos

¿Estás enfermo todo el tiempo sin que tus médicos sepan por qué? ¿Tienes poca energía mientras todos tus análisis de sangre, radiología y exámenes físicos son normales?

Existen numerosas explicaciones para la mala salud, la mayoría de ellas fisiológicas. Pero un factor que a menudo se pasa por alto es la incapacidad de perseguir metas preciadas, de seguir el proverbial "deseo de tu corazón". La angustia emocional de esta falta de acción puede causar síntomas físicos en algunas personas.

Un buen ejemplo es el mío:

Cuando tenía 30 años, mis padres querían que me casara y continuara trabajando en mi práctica médica privada en Fresnes, un suburbio de París, Francia. Mi sueño personal era viajar y trabajar por todo el mundo. Cuando mi novio, que era contador, me propuso matrimonio mientras buscaba un nuevo trabajo en el extranjero, estaba extasiada. Comenzamos a soñar juntos sobre cómo sería nuestra vida en un país diferente y la casa que alquilaríamos.

Nos casamos y mi nuevo marido se mudó a mi pequeño apartamento conmigo y poco después, ¡aceptó un nuevo trabajo en París, Francia! Mis sueños se hicieron añicos. No ayudó que poco después, mi esposo intentara arreglar el radiador y, al hacerlo, inundara mi apartamento.

En una semana, pasé de ser una mujer soltera y feliz con muchos sueños, de pasar encantadores fines de semana románticos en el pequeño estudio de mi novio y pasar el resto de la semana en mi propio estudio espacioso y seco, a ser una mujer casada miserable en un estudio empapado, con demasiados muebles y los sueños destruidos.

¿Podría quedarme en mi pequeño apartamento, seguir trabajando en Fresnes y disfrutar de mi nueva vida como mujer casada? La respuesta era sí, por supuesto. Solo necesitaba ser paciente durante unos años (mi esposo quería quedarse en su nuevo trabajo "ideal" durante unos años para su carrera), que es lo que me dijeron mis padres.

Decidí escuchar a mis padres, ser una buena esposa, apoyar a mi esposo, cocinar y hornear para él, lavar su ropa, planchar sus camisas y continuar trabajando en mi práctica privada en el suburbio de París. Pero a las pocas semanas, me cansaba mucho durante el día y tenía pesadillas todas las noches. Tres semanas después de la boda comenzó una fiebre alta que duró un mes entero. Ningún médico pudo encontrar el origen de mi fiebre. ¿Era una verdadera fiebre? Probamos varios termómetros nuevos. Todos los termómetros indicaban 38 grados C de fiebre, día tras día. Estaba exhausta, pero mis análisis de sangre y radiografías eran normales.

¿Qué estaba pasando conmigo?

La realidad era que me había estado diciendo a mí misma que debía y podía ser la esposa amorosa que mi esposo merecía en París cuando mis sueños eran viajar y tener una vida llena de aventuras en el extranjero.

La verdad es que mi cuerpo ya no podía ni quería funcionar bien y me sentía tan enferma que tuve que volver a la casa de mis padres. Poco después, mi esposo y yo nos divorciamos.

Continué trabajando en mi práctica médica privada en el suburbio de París durante unos meses, pero todavía estaba extremadamente cansada, deprimida y me enfermaba de vez en cuando. Decidí vender mi práctica privada, vender mi apartamento y ser voluntaria en Médicos Sin Fronteras. Me enviaron en misiones a África y Asia durante los siguientes cinco años y mi salud y estado de ánimo mejoraron rápidamente. No sentí más depresión, fatiga ni infecciones recurrentes. De hecho, fue todo lo contrario. Me volví feliz, emocionada de estar viva y más saludable que nunca.

Como resultado de mi experiencia personal, cuando finalmente me establecí en los Estados Unidos y abrí mi práctica médica privada en Los Ángeles, me volví extremadamente atenta a las personas con infecciones recurrentes del tracto respiratorio, personas con poca energía, personas con tensión muscular, dolores y molestias, personas con ansiedad y depresión. ¿Había una lucha emocional detrás de los síntomas de esos pacientes?

En algunas personas, de hecho, consideré que este era el caso. Para otras, la lucha emocional y el estrés no eran la causa de los síntomas físicos, pero agravaban los síntomas físicos, especialmente si las personas intentaban reprimir sus emociones.

El papel del estrés en la salud mental y física

Una investigación extensa sobre los efectos del estado mental en la salud, descrita en artículos sobre somatización (síntomas físicos sin ninguna causa observable), y psiconeuroinmunología (que estudia la relación entre la inmunidad, el sistema endocrino y el sistema nervioso central y periférico) demuestran que los desequilibrios emocionales y el estrés (que pueden ser conscientes o inconscientes) afectan nuestra salud física en un continuo que va desde causas médicas no observables hasta causas físicas muy obvias (como infecciones frecuentes).

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O'Connor y sus colegas describen en el Annual Review of Psychology (2021) los diferentes mecanismos a través de los cuales el estrés puede afectar la salud directamente a través de respuestas autonómicas y neuroendócrinas, pero también indirectamente a través de cambios en los comportamientos (como trastornos alimentarios, adicción a las drogas y/o al alcohol).

Otro estudio, de Johannes Alfons Karl y sus colegas publicado en el Journal of Happiness Studies(Agosto de 2022) muestra que existe una asociación negativa entre la ideología estoica (especialmente las personas que intentan no sentir y no expresar sus emociones) y el bienestar.

Después de 40 años de práctica de la medicina, he visto trastornos en todo este continuo, donde a menudo la causa raíz y emocional de las dolencias era el fracaso en perseguir esperanzas y sueños preciados. Aquí hay 8 ejemplos.

8 Pistas sutiles (o no tan sutiles)

1. Infecciones frecuentes: Estás contrayendo infecciones virales o bacterianas con mucha frecuencia, como resfriados, gripe, infecciones de oído, dolor de garganta y bronquitis, a pesar de que tus análisis de sangre están dentro de lo normal. Estudios muestran que el estrés crónico debilita el sistema inmunológico a través del aumento de la secreción de cortisol.

2. Espasmos musculares, dolores y molestias: Tienes dolores y molestias repetitivas en las articulaciones y los músculos sin haberte esforzado y sin ninguna otra explicación obvia. La razón podría ser el aumento de la secreción de adrenalina causada por el estrés. Un estudio publicado en el Journal of Physiology muestra que la adrenalina aumenta las contracciones de los músculos humanos. Una vez más, esas contracciones pueden ser inconscientes y, como resultado, también pueden causar dolor en las articulaciones.

3. Baja energía: Te sientes cansado todo el tiempo mientras el examen físico, las radiografías y los análisis de sangre son normales. Por supuesto, podrías tener una enfermedad que aún no se ha diagnosticado. Pero la baja energía podría ser una pista de que estás experimentando estrés; se necesita una gran cantidad de energía para reprimir quién eres realmente.

4. Depresión y ansiedad: Te sientes deprimido y ansioso y no estás entusiasmado con tu vida. La tristeza y el enojo inconscientes por no poder perseguir nuestras metas o ser quien realmente quieres. Esto puede provocar depresión y ansiedad.

5. Atracones de comida y/o bebida: Estás comiendo demasiado con demasiada frecuencia, comiendo comida chatarra y dulces, bebiendo demasiado alcohol o consumiendo drogas. Todos eso te hace sentir mejor por un corto tiempo, mientras te adormece, pero es posible que necesites más y más para seguir sintiéndote mejor por más tiempo.

6. No escuchas tus instintos: A veces, tus instintos te dirán que estás haciendo algo mal al causarte malestar estomacal y tensión. Por otro lado, si piensas en lo que realmente quieres hacer, obtendrás muchas mariposas en tu vientre, sentirás burbujas de emoción. Vale la pena escuchar esos instintos.

7. Problemas en el trabajo y con tus relaciones: Tal vez culpes a otros por tus problemas. Por el contrario, puedes confiar demasiado en los demás para sentirte amado y validado. En este escenario, una persona puede cambiar de trabajo, relaciones e incluso de ciudad, pensando que los factores externos son la causa de sus problemas, solo para descubrir que el problema es interno.

8. Te sientes vacío o inauténtico: Si te mientes a ti mismo y crees que puedes manejar ignorar tus verdaderos deseos, es posible que te sientas vacío porque los aspectos clave de ti mismo no son accesibles o están reprimidos. En este caso, puedes pasar demasiado tiempo preocupándote por lo que otros piensan de ti. Estás siendo la persona que otras personas quieren que seas (tus padres, tu pareja, tu jefe) pero te olvidas de ser la persona que siempre quisiste ser.

Conclusión

Ignorar tus verdaderos deseos puede crear estrés consciente o inconsciente que a tu vez podría ser la fuente de dolencias físicas.

La conciencia de lo que está sucediendo dentro de ti es un primer paso importante. De hecho, a veces es suficiente en sí mismo. Si deseas profundizar más, debes sopesar los pros y los contras de permanecer en una situación estresante conocida e ignorar tus verdaderos deseos o cambiar a una situación desconocida diferente alineada con tus sueños más preciados (que también podría ser estresante al principio pero más satisfactorio al final).

La decisión en última instancia es tuya.

En cuanto a mí, he puesto mucho trabajo personal en encontrar quién soy realmente. Como resultado, he hecho cambios drásticos en mi vida. A medida que paso por diferentes fases de mi vida, reevalúo lo que mi mente y mi cuerpo necesitan de forma regular. Mi comprensión temprana del grado en que el cuerpo puede "rebelarse", más una vida de trabajo como médico, me convencen de que tomarme el tiempo para sintonizar con nuestros deseos más preciados, incluso en ausencia de cualquier dolencia física, siempre vale la pena.

Derechos de autor 2022 @ Chris Gilbert, MD, PhD