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Verificado por Psychology Today

Resiliencia

5 Patrones de pensamiento que alimentan el miedo al fracaso

Herramientas prácticas para superar estos patrones y reducir la ansiedad.

Steve Halama/Unsplash
Source: Steve Halama/Unsplash

La necesidad de lograr está en nuestro ADN.

Pasa unos minutos hablando con alguien y sus ambiciones más profundas saldrán a la luz. Puede ser perseguir una promoción laboral, obtener un título, encontrar un compañero de vida o comenzar un negocio. Como psiquiatra, tengo el privilegio de sentarme en primera fila mientras la gente comparte conmigo sus aspiraciones más profundas.

Desafortunadamente, he sido testigo de innumerables que se convierten en cenizas no debido a intentos fallidos, sino debido a la falta de intención. Hay una ansiedad que nos mantiene anclados y nos impide avanzar hacia nuestros objetivos. Nuestro miedo al fracaso nos mantiene congelados en nuestro lugar a medida que el tren de la vida pasa.

Nuestra mente genera pensamientos inexactos, conocidos como distorsiones cognitivas, que alimentan nuestro miedo al fracaso. Al corregir estos pensamientos, podemos reducir esta ansiedad y volver al camino para alcanzar nuestras metas.

Aquí hay cinco distorsiones cognitivas y cómo superarlas.

1. El fracaso es personal. Tomamos el fracaso como algo personal y olvidamos que es una experiencia humana universal. Todo el mundo fracasa.

Nos comparamos con personas exitosas y olvidamos que también han experimentado muchas decepciones en su viaje a la cima.

Como ejemplo, consideremos las palabras de Michael Jordan, el legendario jugador de baloncesto. Dijo: "He fallado más de 9,000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 partidos. Veintiséis veces, me han elegido para dar el tiro ganador del juego y he fallado. He fallado una y otra y otra vez en mi vida. Y por eso tengo éxito".

Consideremos también a Thomas Edison, que fue la fuerza impulsora detrás de innovaciones como la bombilla y las cámaras de cine. Él dijo: "No he fallado. Acabo de encontrar 10,000 maneras que no funcionarán".

Si leyendas como Jordan y Edison han experimentado fracasos, ¿cómo podríamos tú o yo estar exentos de esta experiencia universal? La clave no es tomar el fracaso como algo personal, sino reconocerlo como una valiosa experiencia de aprendizaje por la que todos pasamos.

2. El costo del fracaso es grande. Magnificamos nuestro miedo al fracaso saltando a la conclusión de que habrá grandes consecuencias si fallamos. Como resultado, evitamos solicitar un ascenso laboral, la escuela de nuestro interés o incluso pedirle a alguien una taza de café.

Sacamos conclusiones sin cuestionar su validez. Por ejemplo, ¿cuánto puedes perder si te rechazan para ese ascenso en el trabajo, solicitud escolar o cita?

Conceptualizo la oportunidad como que se me ofrece una llave que puede abrir una puerta. Tu vida puede mejorar al atravesarla. Cada vez que te arriesgas, simplemente estás tomando una llave para abrir la puerta. ¿Qué es lo peor que puede suceder si la llave no funciona? Estás atrapado en la misma realidad sosteniendo una llave aparentemente inútil.

Recuerda que no tomar ninguna acción hacia tus objetivos es el equivalente a rechazar una llave. Al caer en el miedo al fracaso, estás garantizando el resultado. Hay un cero por ciento de posibilidades de que la puerta se abra. ¿Por qué no tomas una llave y te das una oportunidad?

3. El fracaso no tiene ningún beneficio. Tenemos una tendencia a fijarnos en los aspectos negativos del fracaso y filtrar sus beneficios potenciales. Evitamos perseguir nuestros objetivos porque tememos la decepción y la vergüenza que puede resultar de fracasar. Sin embargo, olvidamos que el fracaso es una experiencia de vida valiosa porque nos proporciona una oportunidad de oro para aprender y crecer. Incluso diría que crecemos más a partir de nuestros fracasos que de nuestros éxitos.

Como ejemplo personal, apliqué a una serie de programas de residencia en psiquiatría durante mi último año de la escuela de medicina. Como parte del proceso, clasifiqué los programas de residencia en mi orden de preferencia. Cuando los resultados llegaron el día de la decisión, descubrí que fui aceptado en mi segunda opción. Como un individuo orientado a los logros, al principio me decepcionó no haber logrado entrar a mi mejor opción. Mirando hacia atrás, estoy agradecido por la forma en que resultaron las cosas. Al llegar a Cleveland, conocí a mi esposa y el resto es historia.

4. Si fallo, entonces soy un fracaso. El fracaso es emocionalmente doloroso porque lo interpretamos como una acusación personal. Cuando fallamos, experimentamos vergüenza y una reducción en la autoestima.

El fracaso no refleja tu autoestima. Puede ser una indicación de que tienes espacio para el crecimiento personal y la necesidad de volver a la mesa de dibujo para perfeccionar tus habilidades.

Puede que incluso hayas fallado porque simplemente tuviste mala suerte. Por ejemplo, es posible que hayas sido un candidato fuerte para una oferta de trabajo, pero estabas compitiendo contra cientos de otros candidatos fuertes.

Sin embargo, tu autoestima no está determinada por tu nivel de logro. Ninguna cantidad de éxito te hace más digno. Ninguna cantidad de fracaso te hace menos digno. Tu autoestima es una parte esencial e innegable de tu humanidad. Eres digno porque eres humano.

5. No tengo nada que perder si me quedo. Evitamos tomar medidas porque nos fijamos exclusivamente en lo que podría salir mal. Sin embargo, no consideramos que toda moneda tiene dos caras. Mantener el status quo puede tener un gran costo.

Como ejemplo, imagina que estás trabajando para una empresa que está perdiendo dinero. Estás oyendo rumores de que los despidos son inminentes. Es posible que temas por tu seguridad laboral, pero decides no explorar tus opciones por temor a que nadie te contrate. Por lo tanto, bajas la cabeza y esperas lo mejor.

¿Puedes ver cómo quedarte en un escenario así puede tener un gran costo? Estás poniendo todos tus huevos en una cesta quebradiza con la esperanza de que tu empresa le de la vuelta o que te salves durante los despidos. ¿Por qué no responder a las señales de advertencia tomando medidas? Puedes actualizar tu currículum, explorar ofertas de trabajo en tu mercado o incluso hablar con un reclutador.

Renuncias a tu agencia al permitir que el miedo al fracaso se haga cargo. Me parece que esto provoca más ansiedad que el miedo al fracaso. Prefiero tomar el asunto en mis propias manos y fallar en un esfuerzo que permitir que otros dicten mi destino. Al menos aprenderé una o dos cosas en el proceso de fallar.

Recuerda que no vives en una burbuja. El costo de permanecer en el lugar no solo te afecta a ti. También afecta a los que te rodean. Al caer en el miedo al fracaso, estás privando a tus seres queridos de los beneficios que provienen de perseguir tu máximo potencial.

Imágenes de Facebook / LinkedIn: fizkes / Shutterstock

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Dimitrios Tsatiris M.D.

Dimitrios Tsatiris, Médico, es psiquiatra certificado especializado en el campo del manejo de la ansiedad. Es Profesor Clínico Asistente de psiquiatría en Northeast Ohio Medical University.

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