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Verificado por Psychology Today

Enojo

Qué hacer cuando el enojo no te lleva a ningún lado

Cuatro claves esenciales para usar la ira sabiamente y bien.

Los puntos clave

  • Muchos de nuestros problemas con la ira ocurren cuando elegimos entre tener una relación y tener un yo.
  • Si aprendemos nuevas formas de manejar la ira, obtenemos un "yo" más claro y fuerte y la capacidad de un "nosotros" más íntimo y gratificante.
  • Las estrategias para manejar la ira incluyen sintonizar con las fuentes de nuestra ira y aprender habilidades de comunicación efectiva.

Para usar la ira como una herramienta para el cambio en las relaciones, y obtener un poco de felicidad y dignidad en el camino, debemos prestar mucha atención a estas cuatro cosas.

1. Podemos aprender a estar en sintonía con las verdaderas fuentes de nuestra ira y aclarar cuál es nuestra posición.

“¿Cuál es el verdadero problema aquí?”, “¿quién es responsable de qué?”, “¿qué, específicamente, quiero lograr?”, “¿cuáles son las cosas que haré y no haré?” Estas pueden parecer preguntas simples, pero es sorprendente la frecuencia con la que marchamos a la batalla sin saber de qué se trata la guerra.

Es posible que estemos invirtiendo nuestra energía de ira en tratar de cambiar o controlar a una persona que no quiere cambiar, en lugar de aclarar nuestra posición y opciones.

Manejar la ira de manera efectiva va de la mano con desarrollar un "yo" más claro y convertirse en un mejor experto en uno mismo.

2. Podemos aprender habilidades de comunicación.

Esto maximizará las posibilidades de ser escuchado y de que se negocien los conflictos y las diferencias. Por un lado, puede que no tenga nada de malo desahogar nuestra ira espontáneamente, tal como la sentimos. Hay circunstancias en las que esto es de ayuda y otras que simplemente son necesarias siempre que no seamos abusivos.

Sin embargo, muchas veces las dificultades pueden ofrecer un alivio temporal, pero cuando pasa la tormenta, nos damos cuenta de que nada ha cambiado realmente. Además, hay ciertas relaciones en las que es esencial mantener una posición tranquila y no culpabilizadora para que se produzca un cambio duradero.

Incluso las cosas más difíciles que tenemos que decir se pueden decir con amabilidad. Incluso cuando estamos enojados, podemos tomar decisiones bien pensadas sobre cómo y cuándo decirle qué a quién. Por supuesto, ayuda a calmarse primero.

3. Podemos aprender a observar y cambiar los comportamientos que nos traen dolor.

Aprender a observar y cambiar nuestra parte en los patrones de relación va de la mano con un mayor sentido de responsabilidad personal en cada relación. Por “responsabilidad”, no me refiero a culparnos a nosotros mismos o etiquetarnos a nosotros mismos como la “causa” del problema.

Más bien, hablo aquí de "capacidad de respuesta": la capacidad de observarnos a nosotros mismos y a los demás en interacción y responder a una situación familiar de una manera nueva y diferente.

No podemos hacer que otra persona cambie sus viejos hábitos, pero si cambiamos nuestros pasos, el baile ya no continúa con el mismo patrón predecible.

4. Podemos aprender a anticipar y lidiar con contraataques o demandas

Si comenzamos a cambiar nuestros viejos patrones de silencio o culpa, inevitablemente encontraremos una fuerte resistencia o contraataques. La reacción vendrá desde dentro de nosotros mismos y de otras personas significativas que nos rodean.

Los más cercanos pueden tener la mayor inversión en que permanezcamos igual, a pesar de las críticas y quejas que puedan expresar abiertamente. También nos resistimos a los mismos cambios que buscamos. Al igual que la voluntad de cambiar, esta resistencia al cambio es un aspecto natural y universal de todos los sistemas humanos.

Si nos tomamos en serio el cambio, podemos aprender a anticipar y manejar la ansiedad y la culpa que se evocan en nosotros en respuesta a los contraataques y reacciones de los demás.

Nunca es fácil alejarse de la sumisión silenciosa o la lucha ineficaz hacia una afirmación tranquila pero firme de quiénes somos, dónde estamos, qué queremos y qué es y qué no es aceptable para nosotros. A medida que nos volvemos verdaderamente claros y directos, otras personas pueden volverse igualmente claras y directas sobre sus pensamientos y sentimientos o que no van a cambiar.

A corto plazo, a veces es más sencillo continuar con nuestras viejas formas familiares, incluso cuando la experiencia personal nos ha demostrado que solo conducen a más de lo mismo. A la larga, sin embargo, hay mucho que ganar usando nuestra ira para definirnos y tomar acciones nuevas y diferentes en nuestro nombre.

Muchos de nuestros problemas con la ira ocurren cuando elegimos entre tener una relación y tener un yo. A medida que aprendemos nuevas formas de manejar viejas iras, podemos obtener un "yo" más claro y fuerte y la capacidad de un "nosotros" más íntimo y gratificante.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Harriet Lerner Ph.D.

La Dra. Harriet Lerner, es autora de muchos libros, incluyendo el best-seller del New York Times, The Dance of Anger, y Why Won't You Apologize: Healing Big Betrayals and Everyday Hurts.

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