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Los investigadores han pasado mucho menos tiempo estudiando la atracción de los hombres por las piernas de las mujeres del que el hombre típico en la calle dedica a mirarlas y tal vez encontrarse hechizado por ellas. Para los hombres heterosexuales al menos, ¿qué tienen de especial las piernas femeninas?
En preparación para este post, primero examiné lo que los biólogos evolutivos han teorizado sobre este fenómeno, y encontré que la mayoría de sus hallazgos son limitados y no concluyentes. Sin embargo, dos de los descubrimientos de los científicos parecen confirmar lo que la mayoría de los hombres (expertos laicos que son) ya captan intuitivamente.
Es decir, los estudios han demostrado que los hombres prefieren a las mujeres con piernas más largas que el promedio y también favorecen a las mujeres que tienen una mayor proporción de longitud de pierna a cuerpo, y curiosamente, lo contrario es cierto para las preferencias de las mujeres en los hombres.
Aún así, mi investigación posterior en varios foros web centrados en este tema milenario fue mucho más fértil. Y ellos son los que constituyen el foco principal de este post. En esencia, lo que aprendí de estos foros es que el otorgamiento de tanta atención a las piernas de una mujer por parte de los hombres se entiende mejor como una especie de "juego previo visual" para ellos.
Curiosamente, muchos encuestados del foro contrastan las piernas de las mujeres con sus senos y glúteos. En estas comparaciones, las piernas femeninas generalmente se perciben como más sugerentes, sensuales y seductoras, mientras que los senos y glúteos se perciben como mucho más "obviamente" sexuales. Un participante, por ejemplo, veía las piernas de las mujeres (junto con sus ojos) como representando el "núcleo mismo de la sensualidad femenina", proclamándolas un "suave susurro", en comparación con la "trompeta ruidosa" de las partes más íntimas o privadas de las mujeres
En otro foro, un encuestado, obviamente desconcertado por su preferencia erótica primaria, dice, “me encanta todo sobre el cuerpo femenino. Sin embargo, por alguna razón, un par de piernas sexis es lo primero que me llama la atención. ¿Pero, por qué?”
Y aunque apenas es consciente de ello, responde en parte a su propia pregunta describiendo con admiración las piernas de las mujeres como "delgadas, suaves, lisas y perfectamente tonificadas.” Además, él y muchos otros aluden a la longitud de las piernas femeninas como contribuyendo a su atractivo magnético y representando un ideal de pulcritud femenina que puede, de hecho, explicar por qué las modelos de moda altas superan con creces a las más chaparritas.
Es fascinante cómo muchos de los que opinaban sobre este tema parecen considerar las piernas de una mujer estéticamente casi tanto como lo hacen sexualmente, como monumentos, testimonio del encanto general de una mujer o de su belleza. Hace más de un siglo, Freud fue tan audaz como para vincular el sentido estético humano con el deseo sexual sublimado.
Y aunque puede haber cuestionamientos sobre cuán "sublimada" podemos considerar la atracción de un hombre por las piernas femeninas, no hay duda de que tal enfoque de atención está más alejado de otros puntos más directos de interés sexual masculino, o al acto sexual en sí. Para volver a lo que describí anteriormente, mirar maravillados las piernas de una mujer podría tener que ver principalmente con la atracción innata de un hombre hacia lo sensual, en lugar de a lo más explícitamente sexual.
Sin embargo, independientemente de cómo se aprecie esta atracción, la palabra que probablemente mejor caracteriza a tal encanto es tentadora o, en algunos casos, seductora. Tengamos a en cuenta las palabras de este encuestado: "Con la ropa, las piernas pueden . . . ser reveladas y ocultas, lo que las faculta para permitir que las mujeres jueguen y seduzcan a los hombres e inflamen su imaginación. Cuando las piernas son largas, se pueden revelar un poco, luego un poco más, luego . . . y así sucesivamente, hasta llegar al final. Todo depende de cuánto quiere mostrar [la mujer]. Y a veces menos puede ser más."(Quora.com).
En resumen, las piernas de una mujer pueden al mismo tiempo complacer y seducir. Y mientras que la visualización parcial, o la exposición, de los senos o el trasero de una mujer "funcionan" de una forma seductora más obvia, es innegable que para muchos hombres solo un par de piernas bien formadas tienen el poder de ocasionar esta respuesta cautivada.
En una gran variedad de formas, la cultura contemporánea, así como los medios de comunicación, han servido para intensificar aún más la fascinación de los hombres por las piernas de las mujeres. Y mucha evidencia histórica sugiere que las extremidades femeninas siempre han "exhibido" la capacidad de incitar a los deseos carnales de los hombres, a veces, hasta el punto del enamoramiento o fetichismo.
Especialmente en la televisión y en los anuncios, hoy las piernas se presentan de una manera que pueden verse no simplemente como provocativas sino a veces, casi salaces. Espectáculos como "Bailando con las Estrellas", o eventos olímpicos como el patinaje sobre hielo y las mujeres (¿chicas?) en la gimnasia, pueden tener la consecuencia mixta, “no atlética” de dejar a algunos hombres salivando.
Las imágenes de las piernas femeninas curvilíneas a menudo parecen deliberadamente calculadas para fomentar tales intereses lascivos. Esta puede ser la razón por la cual las piernas desnudas aparecen tan frecuentemente "en el desfile" de los comerciales de artículos de tocador para hombres, autos deportivos y bebidas alcohólicas. Si muchos excitadores masculinos no llegan más allá de sus preocupaciones visuales de adolescentes, Madison Avenue está muy feliz de atender a estas fijaciones anteriores. Y la forma menos flagrante en que pueden hacerlo es enfocando la atención de un hombre en un par bellamente curvado de piernas bien tonificadas (aunque, con suerte ¡justo por debajo del punto en el que el producto que se comercializa se olvide por completo!).
Además, de diversas maneras, nuestra cultura altamente materialista parece casi exigir que las mujeres "aumenten" su feminidad natural para hacerlas más atractivas. Para cumplir con los estándares sociales, se espera que las mujeres se afeiten las piernas, lo que incuestionablemente aumenta su suavidad y atractivo erótico. Además de esto, se promueven ampliamente los suavizantes de la piel para embellecer aún más tal encanto kinestésico. Y darse un bronceado, ponerse medias de nylon o pantimedias o usar tacones altos, puede mejorar este efecto aún más.
Como lo dice un comentarista del foro y aficionado a las piernas, tales revestimientos glamorosos le dan a las piernas de las mujeres "una textura aún más suave y más transparente y ocultan pequeñas imperfecciones, lo que sugiere la perfección física.” Y los zapatos de tacón alto "flexionan los músculos de las piernas con cada paso, enfatizando su forma y tonificación.” Además, "las faldas cortas o los vestidos con aperturas . . . llevan las miradas a las piernas y las enfatizan.”
Y dirigiéndose a otros hombres en general, este mismo contribuyente opina: "si llegas a asociar las piernas de las mujeres con el sexo durante la pubertad, eso probablemente se quedará durante toda tu vida.” Y, aún más empáticamente, "un hombre que crece rodeado de todo esto puede ser perdonado por desarrollar una obsesión con las piernas de las mujeres".
Además, muchos ejercicios promocionados especialmente para las mujeres prometen cuánto mejorarán el tono muscular de sus piernas, y así aumentarán su seducción. En resumen, y francamente, es bastante triste decirlo, se promueven todo tipo de cosas que casi obligan a las mujeres a considerar sus cuerpos como objetos sexuales, presumiblemente para ayudarlas a atraer de manera más efectiva los sentidos de un hombre, es decir, la vista (enfatizando la forma, las líneas y las curvas), así como la textura y el tacto.
Paradójicamente, estas "mejoras" comercializadas agresivamente funcionan de dos maneras: se puede ver que incitan a las mujeres a sexualizarse aún más, incluso a "objetivarse", a sí mismas (con implicaciones claramente negativas para su autoestima), incluso cuando insinúan cómo pueden ganar poder adicional sobre hombres demasiado susceptibles. Y si lo que la escritora nacida en Suiza Madame de Staël proclamó hace unos 200 años es verdad, es decir, que "el deseo del hombre es para la mujer, pero el deseo de la mujer es para el deseo del hombre", entonces, las mujeres pueden quedar atrapadas en el mismo lazo biológico.
Finalmente, debe tenerse en cuenta que los encuestados del foro con frecuencia enfatizan la relación íntima entre las piernas de una mujer y las partes más "pivotales" de su anatomía. Y lo hacen muy conscientes de que aunque la apertura seminal de una mujer puede otorgarles el más alto grado de satisfacción sexual, sus piernas aún les ofrecen una "pureza" de placer visual comparable a ella.
Un comentarista, por ejemplo, admite cómicamente: "si tuviera que elegir una cosa que más me gusta [sobre el cuerpo de una mujer] serían [sus] piernas.” Donde indirectamente, insinuaba cuánto escala un hombre, figurativamente, al hacer el amor, las piernas de una mujer, cuanto más se acerca a lo que tantos en el foro romantizan como el "cielo en la tierra.”
Y este mismo contribuyente, glorificando lo que tantos hombres encuentran hechizante sobre la anatomía femenina en general, confiesa que “no hay un centímetro del cuerpo de la mujer que no me sorprenda y me intrigue. Cada curva es un misterio aún por revelar.” Y, hablando específicamente de "los fans de las piernas", que lo llevaron a reflexionar: "tal vez se trate más del viaje que del destino"
NOTA 1: De los muchos mensajes que he escrito sobre las preferencias sexuales humanas, aquí están los que complementan este de forma más estrecha:
© 2016 Leon F. Seltzer, Ph.D. Todos los derechos reservados.
A version of this article originally appeared in English.
