¿Los hombres necesitan que las mujeres les finjan orgasmos?

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¿Es más fácil para una mujer establecer su feminidad que para un hombre establecer su masculinidad? “Sí”, dicen los psicólogos Joseph Vandello y Jennifer Bosson, y la razón está fundamentada en nuestra sociedad de género y las diferentes demandas que se imponen a mujeres y hombres.

Para una mujer en nuestra sociedad, existe una transición biológica y de desarrollo relativamente clara de ser una niña a una mujer; por el contrario, un niño que quiere ser hombre debe adaptarse a un estatus social relativamente más precario que le exige mantener su masculinidad frente a una cultura que aparentemente trabaja para disminuir su masculinidad, tal vez para hacerlo más amable y sensible. Debe, o al menos eso dice la teoría de la masculinidad precaria, “protegerse contra el estrés psicológico de la masculinidad perdida comportándose de maneras que aumenten las percepciones de [su] masculinidad”. Por lo tanto, un hombre puede hacer valer su masculinidad de manera perjudicial para él, su familia y la sociedad, como ser agresivo, abusivo, homofóbico o violento.

Ser masculino no es fácil y es, en el mejor de los casos, tenue. Debe ganarse, mantenerse y publicitarse a través de acciones masculinas, lo que puede conducir a altos niveles de ansiedad sobre el estatus de género, especialmente cuando la masculinidad de un hombre es desafiada o puesta en peligro por las mujeres.

Dadas estas condiciones y amenazas, las mujeres pueden ayudar a los hombres a recuperarse reforzando su masculinidad. Los hombres necesitan esta asistencia y las mujeres pueden ayudar. Una forma puede ser no decirle a un hombre la verdad sobre su incompetencia sexual. Esta es la conclusión a la que llegaron la psicóloga Jessica Jordan y sus colegas en tres estudios que exploran la masculinidad precaria (ítem de evaluación: “hago cosas para mostrarles a los demás que soy un verdadero hombre”). Su investigación exploró cómo las mujeres "manejan" a los hombres que no cumplen con las normas de género tradicionales al mostrar competencia sexual con la capacidad de llevar a una mujer al orgasmo al menos una vez, si no varias veces, durante un encuentro sexual. Si ella aún no es consciente de su sensibilidad para ser hábil sexualmente, pronto se dará cuenta de este aspecto de él, aunque puede que no sea su sistema de valores. ¿Debería engañarlo haciéndole creer que es bueno en la cama o mejor de lo que es? ¿Está bien fingir su orgasmo? ¿Debería darle una retroalimentación honesta y decir la verdad incluso si es un mensaje de que él no es tan bueno en la cama? ¿Cuán importante es para él sentir que es adecuadamente masculino? ¿A ella realmente le importa?

Para evaluar si una mujer, al sentir que la “masculinidad de su pareja está amenazada”, utilizará la comunicación sexual engañosa para ayudarlo con su precaria masculinidad, se realizaron tres estudios. En el primero, más de 150 mujeres reclutadas de Facebook completaron una encuesta anónima. Para evitar amenazar la masculinidad de su pareja masculina, la encuesta encontró que una mujer era más propensa a fingir orgasmos si ganaba más dinero que él. Si ganaba sustancialmente más, era aún más probable que informara sobre orgasmos fingidos. Su motivación podría ser balancear mejor su relación, aunque sus acciones podrían disminuir su propia satisfacción sexual. Quizás tener un orgasmo real podría haber contribuido a que la pasara bien durante el sexo.

El segundo estudio investigó más a fondo estos problemas con casi 300 mujeres universitarias. Este estudio encontró que si una mujer creía que su pareja masculina tenía una virilidad precaria particularmente alta, entonces era más probable que experimentara ansiedad, fingir orgasmos y reportara niveles más bajos de satisfacción sexual y orgasmos. Por lo tanto, era menos probable que se comunicara sexualmente con él.

Si se le presenta una pareja masculina hipotética que no está segura de su masculinidad, encontró el tercer estudio, una mujer sentiría una mayor ansiedad al comunicarse con su pareja masculina sobre su satisfacción sexual. Ella sería engañosa con él porque su propia ansiedad aumentaría si hería sus sentimientos después de una relación sexual insatisfactoria.

Los autores concluyeron que las mujeres censuran “su comunicación sexual, con la presunta intención de proteger el precario sentido de masculinidad de su pareja”. Este sofocamiento de la comunicación perjudica a las mujeres al disminuir su propia satisfacción sexual. El resultado para las parejas masculinas puede ser una retroalimentación distorsionada sobre cómo les está yendo sexualmente con su pareja femenina. Sin esta información, carecen del conocimiento que necesitan para modificar su comportamiento sexual y mejorar las cosas para ambos miembros de la pareja.

Mi perspectiva

Todo esto se siente como un círculo vicioso. Los autores concluyeron: "La comunicación abierta y honesta es importante en las relaciones sexuales, pero el desafío es que, si bien la comunicación abierta puede beneficiar los resultados sexuales de las mujeres, corre el riesgo de amenazar la confianza y la estima de los hombres". Sin embargo, si un hombre no recibe información precisa de una mujer sobre su desempeño sexual (¿fue suficiente como para que ella tuviera un orgasmo?), entonces, ¿cómo mejorará sus habilidades o sensibilidad? Si una mujer está tan preocupada por la masculinidad precaria del hombre que no le da la retroalimentación que necesita para mejorar, su satisfacción sexual se resiente. Pero si ella se lo dijera, lo que la pone ansiosa, ¿podría él escucharlo si ya es demasiado sensible acerca de su masculinidad y desempeño sexual? Si esta situación continúa, tal vez ambos estén motivados para encontrar parejas extra-diádicas y la asociación podría verse amenazada. ¿Es eso por lo que nos estamos esforzando? No lo creo.

Esta es mi solución:

1. Los hombres deben superarlo y hacer lo necesario para sentirse cómodos en su propia piel y su género.
2. Ambos: comiencen a ser honestos en su comunicación.
3. Ayúdense el uno al otro a mejorar sus habilidades y su honestidad.