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Verificado por Psychology Today

Enojo

Las 5 Razones más comunes por las que nos molestamos

Sentirse molesto no es agradable, pero puede indicarnos el camino hacia una vida mejor.

Fuente: Photographee.eu/Shutterstock

La molestia es una sensación desagradable, pero, como todos los sentimientos, tiene propósitos útiles. ("molestarse" e "irritarse" tienen tonos de significado ligeramente diferentes, pero los usaré indistintamente aquí.)

Molestarse significa “despertar a la impaciencia o la ira.” Pensemos en ello como una franja preventiva en la carretera al borde de la ira en toda su expresión. Podría ser una pista de que nos hemos salido del curso y necesitamos regresar al carril.

A veces nos sentimos tentados a lidiar con nuestros sentimientos de molestia desechándolos: "no debería sentirme tan molesto por algo tan pequeño.” A veces, un poco de perspectiva mantiene la molestia y la ira a raya. Pero los sentimientos de molestia podrían estar tratando de decirnos algo importante, como una de estas cinco cosas:

1. Necesitamos establecer un límite. Alguien nos está haciendo una pregunta que se siente demasiado personal y nos sentimos irritados. Ese incómodo hormigueo de molestia nos permite saber que alguien puede estar a punto de violar nuestros límites. Equipémonos para una respuesta protectora antes de que las cosas vayan demasiado lejos, como por ejemplo: "realmente no quiero hablar de eso", o una de estas opciones.

2. Necesitamos proteger nuestro tiempo. ¿Alguien nos está pidiendo ayudar en otro evento escolar? ¡¿De nuevo?! Nuestra molestia puede estar diciéndonos que ya estamos sobrecargados y que necesitamos hacer algo al respecto, comenzando por decir: "ya tengo demasiadas obligaciones. Voy a pensar en ello y te contacto después.”

3. Necesitamos encontrar una mejor manera de hacer algo. ¿Nos molestan todas las tareas de la mañana que necesitamos hacer sólo para llegar a trabajar a tiempo? La molestia puede ser un estímulo para la resolución creativa de problemas. Incluso puede ser la madre de la invención. ¿Qué podríamos hacer para mejorar nuestra situación? ¿Podríamos levantarnos 15 minutos antes, hacer algunas tareas la noche anterior o delegar la preparación del almuerzo a nuestros hijos?

4. Sentimos resentimiento o enojo. Tal vez pensamos que estamos haciendo mucho más en nuestra parte de las tareas domésticas. En lugar de dejar que eso crezca o dejar que la situación se convierta en una pelea familiar, reconozcamos la molestia, convirtamos la queja en una solicitud y veamos qué sucede. Podríamos empezar con, “agradecería mucho si pudieras...”

5. Sufrimos de perfeccionismo. Podemos irritarnos cuando no estamos a la altura de nuestros propios estándares, cuando alguien más no está a la altura de nuestros estándares, o cuando este mundo cruel traiciona nuestros ideales de cómo deberían ser las cosas. En ese caso:

  • Si estamos molestos con nosotros mismos por no alcanzar la marca, podemos elegir hacer un cambio creativo, volver a evaluar nuestros estándares o simplemente enviarnos un poco de compasión: "tengo derecho a ser menos que perfecto. ¡Soy humano!”
  • Cuando alguien más no está a la altura de nuestros estándares, podemos hablar claramente sobre lo que esperamos, tratar de ver la situación desde el punto de vista de la otra persona o decidir si necesitamos dejarlo ir.
  • Y cuando el mundo es cruel, injusto o simplemente desorganizado, podemos convertirnos en activistas y mejorar al menos nuestro rincón del mundo.

A todos nos molestan las cosas diferentes, por lo que es importante reconocer que una persona no necesariamente está infligiendo guerra psicológica a través de sus acciones irreflexivas. Cuando nuestro vecino ha estado usando su querido soplador de hojas durante 45 minutos, es irritante pero no es algo que debamos tomar de forma personal. Simplemente compremos tapones para los oídos o decidamos que es el momento adecuado para salir a tomar una taza de café.

La próxima vez que nos irritemos por algo, podemos "analizarlo" por unos momentos. A medida que exploramos nuestros sentimientos, podemos descubrir una variedad de "mensajes instantáneos."

O bien, usemos el enfoque de 4 pasos que sugiere Toni Bernhard en su libro, Cómo despertar:

  • Reconocer la molestia
  • Etiquetarla
  • Investigarla
  • Dejarla fluir o tomar medidas para cambiar la situación.

Pronto encontraremos que la presencia de molestia puede ser como una visita de un viejo amigo de quien siempre puede aprender algo nuevo.

(c) Meg Selig, 2013

Meg Selig es autora del libro ¡El poder del cambio! 37 Secretos para el éxito del cambio de hábitos (Routledge, 2009).

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Meg Selig

Meg Selig es autora de Changepower! 37 Secrets to Habit Change Success.

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