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Verificado por Psychology Today

Soledad

La cura para la soledad

¿Quieres dejar de sentirte solo? Esto es lo que funciona y lo que no.

El mundo se hace cada vez más pequeño, más conectado, más concurrido e, irónicamente, cada vez más solitario para muchos. Este es un problema con una serie de consecuencias infelices, no solo para los individuos que lo experimentan, sino para la sociedad.

Es importante señalar antes de ir más lejos que la soledad no es lo mismo que ser una persona privada, o un "solitario", porque algunos de nosotros realmente ambos necesitamos y disfrutamos mucho tiempo para nosotros mismos. La soledad, en cambio, se refiere a la diferencia entre la cantidad de contacto social e intimidad que tiene y la cantidad que deseas. Se trata de sentirse aislado, como un marginado.

(Dicho esto, lo opuesto a la soledad no es la popularidad: puedes tener docenas de "amigos" y aún así sentirte solo. La verdadera intimidad y los sentimientos de relación se tratan mucho más de la calidad de tus relaciones que la cantidad.)

La soledad persistente no solo es emocionalmente dolorosa, sino que puede ser más perjudicial para nuestra salud física y mental que muchas enfermedades psiquiátricas. Las personas solitarias duermen mal, experimentan depresión y ansiedad, tienen un funcionamiento inmunológico y cardiovascular reducido, y exhiben signos de deterioro cognitivo temprano que se vuelven más severos con el tiempo.

No es sorprendente que los psicólogos hayan creado docenas de intervenciones diseñadas para tratar de abordar esta epidemia. Los enfoques son variados, pero se pueden dividir, en términos generales, en cuatro categorías diferentes:

Mejorar las habilidades sociales. Algunos investigadores argumentan que la soledad es principalmente el resultado de la falta de las habilidades interpersonales necesarias para crear y mantener relaciones. Por lo general, estas intervenciones implican enseñar a las personas a ser menos incómodas socialmente: a entablar una conversación, hablar por teléfono, dar y recibir cumplidos, sentirse cómodas con los períodos de silencio y comunicarse de manera positiva no verbal.

Mejorar el apoyo social. Muchas personas solitarias son víctimas de circunstancias cambiantes. Estos enfoques ofrecen ayuda profesional y asesoramiento para los deudos, las personas mayores que han sido reubicadas y los hijos de divorcio.

Aumentar las oportunidades de interacción social. Con este enfoque, la lógica es simple: si las personas se sienten solas, dales la oportunidad de conocer a otras personas. Este tipo de intervención, por lo tanto, se centra en la creación de tales oportunidades a través de actividades grupales organizadas.

Cambiando el pensamiento inadaptado. Este enfoque puede parecer sorprendente, y su justificación menos obvia que los otros enfoques. Pero investigaciones recientes revelan que, con el tiempo, la soledad crónica nos hace cada vez más sensibles al rechazo y la hostilidad, y paradójicamente en busca de ellos. En situaciones sociales ambiguas, las personas solitarias inmediatamente piensan lo peor. Por ejemplo, si el compañero de trabajo Roberto parece más tranquilo y distante de lo habitual últimamente, es probable que una persona solitaria asuma que ha hecho algo para ofender a Roberto, o que Roberto está siendo frío intencionalmente.

Las personas solitarias prestan más atención a la información social negativa, como el desacuerdo o la crítica. Recuerdan más de las cosas negativas que sucedieron durante un encuentro con otra persona y menos cosas positivas.

Todo esto conduce, como se puede imaginar, a expectativas más negativas sobre las interacciones futuras con los demás: las personas solitarias no esperan que las cosas les vayan bien y, en consecuencia, a menudo no lo hacen.

Las intervenciones dirigidas a cambiar este patrón de pensamiento autocumplido comienzan enseñando a las personas a identificar los pensamientos negativos cuando ocurren. Cada vez que se sienten ansiosas por un encuentro social, se encuentren enfocadas en todo lo que salió mal, o se pregunten si han causado una mala impresión, se levanta una bandera roja.

Luego, aprenden a tratar estos pensamientos negativos como hipótesis comprobables en lugar de hechos. Consideran otras posibilidades, tal vez todo irá bien, tal vez no todo fue malo, tal vez todo el mundo me gustaba después de todo. Practican tratando de ver las cosas desde la perspectiva de los demás e interpretan sus acciones de manera más benigna.

Tomemos el caso de Roberto el Compañero de trabajo distante. Con el reentrenamiento del pensamiento, las personas solitarias aprenden a hacerse preguntas como: "¿Estoy seguro de que no le caigo bien a Roberto? ¿Podría haber otras razones más probables para su comportamiento reservado y callado? ¿Podría simplemente estar preocupado por algún problema? Sé que a veces me quedo callado y distraído cuando algo me molesta. Tal vez el comportamiento de Roberto no tiene nada que ver conmigo".

Una vez que los pensamientos negativos son desterrados, las personas solitarias pueden acercarse a nuevas relaciones con una perspectiva positiva y optimista, ver lo mejor de los demás y aprender a sentirse más seguras de sí mismas.

Con cuatro enfoques para curar la soledad, la pregunta obvia es: ¿qué funciona? Gracias a un metaanálisis reciente de 50 intervenciones de soledad diferentes, la respuesta es clara: Las intervenciones dirigidas a cambiar los patrones de pensamiento inadaptado fueron, en promedio, cuatro veces más efectivas que otras intervenciones para reducir la soledad. (De hecho, los otros tres enfoques no fueron particularmente efectivos en absoluto.)

Resulta que, fundamentalmente, la soledad a largo plazo no se trata de ser incómodo, o la víctima de las circunstancias, o la falta de oportunidades para conocer gente. Cada una de esas puede ser la razón de la soledad relativamente a corto plazo: cualquiera que alguna vez se haya mudado a una nueva ciudad o una nueva escuela y haya tenido que comenzar a construir una red de amigos desde cero ciertamente sabe lo que es estar solo. Pero este tipo de soledad no necesita durar mucho tiempo, y generalmente se forman nuevas relaciones, a menos que hayas caído en una forma de pensar que evita que se formen relaciones.

Más que cualquier otra cosa, la cura para la soledad persistente radica en romper el ciclo negativo de pensamiento que la creó en primer lugar.

Sígueme en Twitter @hghalvorson

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Heidi Grant Halvorson Ph.D.

Dra. Heidi Grant Halvorson, Directora Asociada del Motivation Science Center y la Escuela de Negocios en Columbia.

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