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Verificado por Psychology Today

Nick Hobson Ph.D.
Nick Hobson Ph.D.
Ansiedad

La ciencia del miedo a quedar fuera y lo que en realidad nos estamos perdiendo

Una nueva investigación profundiza en la ansiedad generalizada asociada con el FOMO.

Le pasa a todo el mundo. Te han invitado a salir a cenar y tomar algo con tus compañeros de trabajo (los compañeros de trabajo divertidos, no los molestos). Pero en cambio, decides quedarte en la oficina para trabajar más. Por supuesto, no puedes evitar preguntarte: ¿qué es exactamente lo que te estás perdiendo? ¿Cuánto se divierten sin ti allí? ¿Habrá bromas internas de las que ahora no estás al tanto?

El sentimiento omnipresente siempre ha estado ahí. Sin embargo, ahora tenemos una nomenclatura formal para describir el "miedo a perderse algo", o como se le conoce por sus siglas en inglés: FOMO.

Es frecuente especialmente entre los adultos jóvenes de la sociedad occidental. Y aunque el miedo a perderse de algo siempre ha estado presente, la explosión de las redes sociales ha lanzado a nuestros jóvenes de cabeza a la experiencia FOMO. Ahora tenemos la capacidad (o la maldición) de ver fácilmente lo que todos nuestros compañeros están haciendo todo el tiempo. En realidad, no hay forma de escapar.

En un estudio reciente publicado en Motivation and Emotion, los científicos de Carleton and McGill University examinaron la base sociopsicológica del FOMO. Querían ver cómo afectaba a los estudiantes universitarios de primer año, prediciendo que estaría asociado con una serie de resultados negativos relacionados con el estrés y la emocionalidad negativa. Además, los científicos predijeron que los estudiantes que experimentaron FOMO tendrían más probabilidades de perder el sueño y experimentar más fatiga.

Cómo hicieron el experimento los investigadores

Su primer estudio fue un trazado del terreno para obtener una mejor comprensión del FOMO. Principalmente, el investigador quería saber en qué días ocurrió principalmente el FOMO, qué tan frecuentes fueron las experiencias y qué resultó de la experiencia con el FOMO. También querían saber si la frecuencia de las experiencias del FOMO estaba relacionada con los cinco rasgos de personalidad de los Cinco Grandes: apertura, escrupulosidad, extraversión, simpatía y neuroticismo.

Entonces, los estudiantes universitarios de primer año con teléfonos inteligentes completaron un diario durante 7 días. Recibieron cinco alertas a lo largo del día con un enlace a una encuesta, que les preguntó sobre sus experiencias actuales. Al final del semestre, se les pidió a los estudiantes que completaran un cuestionario en línea que se enfocaba en el bienestar y la satisfacción con la vida.

Los resultados de este estudio mostraron que el FOMO estuvo presente para los participantes durante todo el día, pero sobre todo más tarde en el día y cerca del final de la semana.

Las personas cuyos comportamientos se sentían más como obligaciones personales, como estudiar o trabajar, tenían más probabilidades de informar un mayor FOMO. También se asoció con los resultados negativos previstos, como fatiga, estrés, problemas para dormir y síntomas psicosomáticos. Curiosamente, en lo que respecta a los hallazgos de la personalidad, el neuroticismo o la extraversión no predijeron el FOMO. Todos lo sienten, independientemente del temperamento.

Un segundo estudio de seguimiento

Los hallazgos claramente justificaron un estudio de seguimiento. Ahora, el equipo estaba interesado en ver qué papel desempeñaban las redes sociales. Querían saber si las experiencias de FOMO estaban específicamente vinculadas al uso de las redes sociales. También presentaron el argumento de la terquedad de FOMO, para mostrar que sucede todo el tiempo, incluso cuando la experiencia que que una persona se está “perdiendo” es una que, en sí misma, es divertida e interesante.

Para este segundo estudio, los investigadores crearon un escenario en el que se pidió a los participantes que leyeran una actividad que una persona había planeado hacer esa noche, además de una actividad alternativa. En el escenario imaginado, la gente siempre eligió la actividad planificada. Aquí enfrentaron entre sí las características de la actividad elegida frente a la planificada. En un caso, las actividades alternativas eran sociales o no. Y en el otro caso, la persona imaginó que se le “recordaba” una actividad social alternativa (una fiesta), ya sea a través de un amigo o una notificación en las redes sociales.

No es sorprendente que el FOMO fuera un sentimiento comúnmente reportado, que creaba emociones negativas y sentimientos de distracción. Además de esto, los resultados mostraron que el FOMO se sintió sin importar cómo la persona se enteró de la actividad social alternativa de la que se estaba perdiendo. Escucharlo de un amigo versus las redes sociales produjo la misma cantidad de FOMO. Y finalmente, también se sintió incluso cuando la actividad seleccionada (social) era agradable.

¿Cómo deshacerse del FOMO si es posible?

En conjunto, es un primer paso en la ciencia que intenta descubrir la base sociopsicológica del FOMO. Lo que sigue es averiguar si hay formas de revertir o mitigar los efectos negativos del FOMO. Imaginamos que podría haber algunas técnicas de intervención que podrían equipar a una persona con ciertos recursos regulatorios para combatir el FOMO. Podría ser un cambio en el control de la atención: enfócate menos en las pérdidas potenciales de perderse algo y enfócate más en las ganancias inmediatas de lo que se está haciendo en el ahora.

Seguro. Es más fácil decirlo que hacerlo.

Pero hasta que llegue la solución perfecta, siéntete cómodo sabiendo que el FOMO se reduce con la edad. Así que no hay necesidad de temer el próximo cumpleaños.

Soy científico del comportamiento y entrenador de rendimiento. Puedes encontrar más de mi trabajo que cubre la base psicológica del máximo rendimiento mental.

A version of this article originally appeared in English.

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