El daño colateral del alejamiento

Casi todos nosotros probablemente hemos experimentado un alejamiento. Tal vez tengas dos buenos amigos que ahora ya no se hablan. Esto no parece ser un conflicto simple. En cambio, uno ha decidido sacar al otro de su vida indefinidamente. ¿Dónde te deja esto a ti que solías ir a almorzar con ellos todas las semanas?

O tal vez tu hermano se cansó de tu hermana menor y te dice que es demasiado tóxica y que ya no puede estar cerca de ella. Solías invitarlos a ambos a tu casa para Navidad. ¿Cómo lidias con ese complicado conjunto de circunstancias?

¿O qué tal este enigma no tan frecuente? Tu hermana se niega a hablar con tu madre nunca más. Ha explicado que está agotada por años de comentarios críticos de tu madre. Ella no quiere que sus hijos estén expuestos a este tipo de comportamiento. Se enfada contigo cada vez que mencionas a tu madre y te pide que no le cuentes absolutamente nada sobre su vida. Te quedas con una madre triste y angustiada a quien personalmente no experimentas como crítica. Tu madre trata de sacarte información sobre tu hermana regularmente y no estás seguro de cómo manejarlo. Eres dolorosamente consciente de que tu madre siempre ha sido más amable y menos crítica contigo que con sus otros hijos. Siempre has sido su hijo favorito, aunque en realidad nunca quisiste este papel.

Este conjunto de circunstancias deja a quienes están en una relación con ambos miembros del distanciamiento con una bolsa llena de problemas. A ver si te puedes relacionar:

1. Estás lleno de ansiedad y estrés, ya que estás en medio de un conjunto de circunstancias cargadas de ira y frustración. En cierto sentido, sientes todas las emociones que también sienten los dos que están separados el uno del otro. Esto es confuso y difícil.
2. Experimentas temor de que si das un paso en falso, tú también puedes ser cortado. Tal vez sientas que estás a un error del rechazo también. Esto hace que las conexiones estén cargadas de falta de confianza sobre qué decir y hacer.
3. En un nivel más práctico, las vacaciones y las reuniones que antes eran fuentes de alegría ahora se convierten en un ejercicio de logística que pertenece a una sala de guerra, no a la sala de estar.
4. Es probable que te encuentres en la posición poco envidiable de guardar secretos en un esfuerzo por mantener la paz. Tendrás mucha información sobre la vida de al menos una persona en la díada que está siendo solicitada por la otra. Nunca pediste estar en este puesto y tienes miedo de divulgar información privilegiada sin darte cuenta. Esto te está dando un terrible dolor de cabeza, ¿verdad?
5. Estás lidiando con dónde deberían estar tus lealtades. ¿Deberías elegir un bando? ¿Deberías ser leal a un amigo/hermano/miembro de la familia sobre el otro? Estas son preguntas con las que nunca esperaste tener que lidiar.

Si te encuentras en medio de un corte y puedes relacionarte con los conjuntos de sentimientos y dilemas anteriores, tengo algunas sugerencias:

1. Esfuérzate tanto como puedas para no tomar partido. Estas personas estaban en tu vida antes de tu distanciamiento y deben permanecer allí. Si tomas un partido, también corres un alto riesgo de ser cortado y no quieres eso. Además, considera que, en algún momento, estos dos individuos pueden reconciliarse.
2. Continúa tu relación con cada individuo, pero con límites claros. Hazles saber que no compartirás información sobre uno con el otro. No es apropiado, ni es el papel que deseas desempeñar.
3. En cuanto a reuniones y/o fiestas, tienes opciones. Puedes elegir alternar pasar tiempo con cada uno por separado. Es posible que quieras pasar unas vacaciones con un miembro de la díada y otras con la otra persona. O puedes pasar las vacaciones sin ellos. Esta lista de opciones realistas puede aclararse con el tiempo.

En mi práctica a lo largo de tres décadas, he tenido la oportunidad de observar la forma en que los puntos de corte tienden a progresar con el tiempo. Los distanciamientos familiares a menudo terminan después de crisis u otros eventos importantes de la vida, como bodas. Los amigos a menudo olvidan por qué estaban enojados el uno con el otro en primer lugar y tienden a reanudar sus conexiones, aunque de una manera menos conectada. Desafortunadamente, algunos otros cortes duran décadas y en muchos casos sirven para proteger la salud mental de una o ambas personas. Por supuesto, en otros casos, hay mucho daño sufrido durante décadas.