Deja de compararte negativamente con los demás

A medida que se acercan los Juegos Olímpicos de verano, tómate un momento para considerar la siguiente pregunta. ¿Quién crees que será el medallista más feliz en cada podio?

¿Será el medallista de oro, plata o bronce?

Si bien puede parecer una respuesta algo obvia, que los medallistas de oro probablemente serán las personas más felices, surge una poderosa lección cuando reflexionamos sobre quién es probablemente el segundo más feliz.

¿Quién es más feliz, el medallista de plata o el de bronce?

Tu mente racional probablemente te dirá que el medallista de plata será el segundo más feliz, ya que fue el que estuvo más cerca de ganar. En realidad, las investigaciones han demostrado que el medallista de bronce suele ser más feliz que el medallista de plata.

¿Por qué sería esto?

¿No sería más feliz alguien que quedara en segundo lugar que alguien que quedara tercero?

El medallista de plata probablemente se esté comparando con el oro y se sienta menos como resultado. Podrían estar pensando: “Estuve muy cerca de ganar el oro. No fui lo suficientemente bueno”.

Por el contrario, el medallista de bronce podría estar pensando en los competidores cuarto, quinto y sexto, y pensar: “¡Subí al podio! ¡Lo logré!”

Source: Florian Schmetz / Unsplash

Comparación social

Una explicación para esto está relacionada con los pensamientos negativos y cómo compararse negativamente con los demás puede quitarle la alegría a una situación feliz.

¿Alguna vez obtuviste una buena calificación pero notaste que la persona que estaba a tu lado lo hizo mejor, lo que luego disminuyó un poco tu logro? ¿Comparas tus logros, apariencia, habilidades y otros aspectos de ti y de tu vida con aquellos que crees que son “mejores” o “tienen más” que tú de alguna manera?

Tu perspectiva, cómo eliges ver algo, es poderosa. Esto significa que compararse con los demás puede determinar cómo te percibes a ti, a los demás y al mundo.

Cuando pasas tu tiempo comparándote negativamente con los demás, puedes terminar sintiendo que no eres suficiente. Esto puede hacer que te sientas mal contigo mismo o llevarte a renunciar a algo antes de lo que lo habrías hecho si no te hubieras comparado con otra persona.

Además, tus pensamientos negativos pueden resultar en una profecía autocumplida. Por ejemplo, si crees que no te desempeñarás tan bien como otra persona, es posible que sientas más ansiosedad y agotamiento. Como resultado, esto puede provocar que no tengas un buen desempeño, que es lo que te preocupaba en primer lugar. Centrarte demasiado en lo negativo puede resultar contraproducente.

Aprovecha la comparación para la motivación

En cambio, cuando notes que te estás comparando con los demás, considera cambiar tus pensamientos para centrarte en versiones pasadas de ti. Compárate con versiones más jóvenes de ti que no tenían el conocimiento o la experiencia que tienes ahora.

• Considera motivarte para mejorar comparando tu desempeño actual con tu récord personal anterior.
• El objetivo no es menospreciar o criticar tu pasado, sino notar con compasión las formas en que has crecido y evolucionado con el tiempo.
  • Ten en cuenta que el crecimiento personal no suele ser lineal o igual en todas las áreas. Es posible que notes cosas que aún te gustaría mejorar, ¡y eso está bien!
• Reflexiona sobre lo que sabes ahora y no sabías entonces y orientate sobre los conocimientos que has aprendido a lo largo de tu viaje.

Recuerda que eres suficiente y que compararte con los demás rara vez es productivo. Concéntrate en lo que tienes y en lo que puedes seguir haciendo para cuidar de ti.