Cómo dar direcciones revela tu carácter

Fuente: John-Manuel Andriote/photo

Estaba poniendo gasolina a mi auto de alquiler en una estación en Concord, Massachusetts, y noté a una señora mayor que parecía un poco confundida mientras leía las instrucciones que alguien le había dado.

Me preguntó si conocía la zona. Dije que la conocía un poco. Le pregunté a dónde se dirigía. Me mostró el folleto para una comunidad de jubilados en Westborough, Massachusetts, y las instrucciones que alguien le había dado. Estaba claro que no tenía teléfono celular ni GPS. Yo sí.

Así que tomé mi teléfono celular del auto y escribí su destino. Pude darle indicaciones paso a paso y mostrarle exactamente a dónde iba en Google Maps. Le aseguré que era una ruta directa y que estaría allí en poco tiempo.

Ella me agradeció profusamente y caminó de regreso a su auto. Terminé de cargar combustible en el mío y me fui, dirigiéndome en la misma dirección que iría la dama.

Fue una semana después de haber marcado el cumpleaños de mi mamá (ya fallecida) el 26 de mayo y, por supuesto, el Día de la Madre a principios de mayo. Mamá ha estado en mi mente incluso más de lo habitual desde que murió en octubre de 2019.

Se me llenaron los ojos de lágrimas al pensar en mamá y en esta señora pidiéndome ayuda. Ayudarla, tranquilizarla, me hizo sentir que estaba ayudando a mi propia madre, o a la madre de otra persona. Me identifiqué con su situación, reconociendo lo asustada y vulnerable que probablemente se sentía en un lugar desconocido, ante la perspectiva de conducir por la concurrida carretera que tendría que tomar para llegar a su destino.

Sentí un profundo sentimiento de gratitud por haber podido ser útil y aliviar los temores de esta dama. También me sentí muy consciente de que esta interacción breve y ordinaria entre dos extraños tenía un significado más profundo para mí. Me hizo reflexionar sobre el tipo de hombre que aspiro a ser y mis valores.

Todo lo que he aprendido a lo largo de los años sobre la resiliencia y la sabiduría me ha llevado a este tipo de momentos en los que lo que afirmo creer y valorar se pone a prueba en la forma en que elijo manejar una situación. ¿Hago a un lado a alguien, afirmando mi propio deseo de seguir mi camino? ¿O presto generosa y pacientemente mi tiempo, inclino mi oído o comparto mi conocimiento de un lugar para ayudar a alguien que no sabe llegar?

¿Qué tiene que ver esto con la resiliencia y la sabiduría? Todo, en realidad. Tanto la resiliencia como la sabiduría aumentan al elegir ser resiliente y volverse sabio a través de tus experiencias de vida, especialmente las difíciles.

Un acto de bondad hacia un extraño es una elección que surge de elecciones anteriores sobre quién quieres ser y cómo quieres vivir. Di lo que quieras sobre lo que crees o no crees, pero tu elección al actuar de una forma u otra dice todo sobre lo que verdaderamente crees.

En cuanto a mí, aspiro a ser un hombre amable y servicial con los extraños en una situación que reconozco que es aterradora. Aspiro a ser un hombre que no esté tan preocupado por mis propias necesidades que no pueda detenerme por unos momentos para aliviar los miedos de alguien cuando se me da la oportunidad de hacerlo.

Hay un mundo de significado y sentido detrás del simple acto de "ayudar a una viejecita a cruzar la calle". Y toda una vida de elecciones que han llevado a ese mismo momento.