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Verificado por Psychology Today

Relaciones

6 Verdades simples para una relación duradera

Una relación feliz se reduce a recordarle al otro su valor.

Los puntos clave

  • Todo el mundo quiere lo mismo: sentirse valorado por otra persona.
  • Cada vez que le recuerdas a alguien su valor, aumentas tu propio valor.
  • Una persona valorada se siente más segura en sus relaciones.

Todo el mundo quiere lo mismo: ser valorado por otra persona. Esta es la clave de todas las relaciones en el mundo. Piensa en todas las personas que has conocido: todas quieren sentirse valoradas por otra persona. Es el hilo que nos une como especie.

Durante milenios, los seres humanos han aumentado su valor disminuyendo el de los demás. Luego se asombran de que otra persona, grupo o país haga lo mismo. Por eso tenemos los conflictos globales que tenemos hoy.

Pero en cualquier momento, puedes recordarle a alguien su valor.

Y cada vez que le recuerdas a alguien su valor, aumentas tu propio valor.

Es así de simple. Pero debido a que a cada uno de nosotros nos preocupa que la otra persona nos vea como menos valiosos, podemos activar muy rápidamente nuestra antigua respuesta de supervivencia lucha-huida-congelación y bloquear lo que necesitamos involucrar: el respeto.

¿Cuándo fue la última vez que te enojaste porque alguien te trató con respeto?

Nunca.

La ira es una emoción diseñada para cambiar las cosas. Nos enojamos cuando queremos que alguien haga algo diferente. Que empiece a hacer algo o deje de hacer algo. Pero ser respetado se siente muy bien, por lo que el cerebro no activa la ira.

Esta simple verdad se puede aplicar a cualquier interacción. En el resto de esta breve publicación, la aplicaré a las relaciones de intimidad entre tú y la persona que deseas que te vea como valioso.

Aquí hay algunas reglas simples para vivir:

1. Nunca mientas

Las relaciones se basan en la confianza. El respeto conduce al valor, y el valor conduce a la confianza. Con esa confianza puedes ser quien eres sin preocuparte de que te juzguen como menos valioso. Así es como haces que una relación dure para siempre, cómo puedes compartir diferencias de opinión abierta y honestamente, y cómo puedes respetar sin tener que estar de acuerdo.

2. Pon atención

consciente de la otra persona. Si parece feliz, triste, enojada, asustada, confundida o insegura, fíjate y pregúntale si tienes razón. Con la base de la confianza, puedes tener esas discusiones, pero tan pronto como pongas atención, estás comunicando que te importa. Todos queremos lo mismo: sentirnos valorados por otra persona. Al poner atención, comunicas que estás prestando atención y que te importa. Al recordarle su valor, puedes disminuir su enojo, ansiedad, tristeza y duda y comenzar la conversación que conduzca a una comprensión más profunda.

3. Son las pequeñas cosas las que importan

Si la relación es de amor, di "te amo" al menos una vez al día. Si la relación es entre profesionales, expresa tu aprecio y gratitud al menos una vez al día. Haz algo amable; recuérdale a alguien su valor. Cada vez que le recuerdas a alguien su valor, aumentas tu propio valor y todos quieren sentirse valiosos.

4. Hazte preguntas en lugar de preocuparte

Pregúntate por qué la persona está haciendo lo que está haciendo sin juzgarla. Sé reflexivo en lugar de reactivo. Todos estamos haciendo lo mejor que podemos; la pregunta es por qué hacemos lo que hacemos. Volvamos a esa cosa de la confianza. Cuando confías, puedes compartir por qué haces lo que haces sin temor a que te vean como menos valioso.

5. Ríe todos los días

Reírse con alguien es una expresión de alegría. Es esa alegría de estar juntos, querer estar juntos y amar estar juntos lo que ayuda a que una relación dure toda la vida. Disfruten el uno del otro y compartan la risa. ¡Se siente genial! Reír libera oxitocina, la neurohormona de la confianza, el químico de los abrazos. ¡Eso se siente bien!

6. Hablen el uno con el otro, no el uno al otro

Mi esposa y yo rara vez discutimos, pero en una ocasión, durante una discusión, ella me dijo: "Lamento hacerte la vida tan miserable". Este es un momento peligroso para un cónyuge.

"Nunca dije que me hicieras la vida miserable", respondí.

Sin dudarlo, ella respondió: "Bueno, ya veremos eso".

Los dos empezamos a reírnos, la discusión terminó y pudimos hablar entre nosotros, no contra nosotros ni por nosotros, sobre nuestras diferentes perspectivas. (Por supuesto, en medio de otra discusión, le dije a mi esposa: "Deberíamos aceptar nuestros errores". Ella se acercó y me abrazó.)

Espero que estos consejos te ayuden. Han hecho que nuestra relación dure desde 1978. Mi vida no sería lo que es sin ella.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Joseph A. Shrand M.D.

Joseph Shrand, Médico, es instructor en psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard.

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