Relaciones
10 focos rojos en una relación
Las ignoramos bajo nuestro propio riesgo.
26 de marzo de 2020 Revisado por Lybi Ma
La mayoría de nosotros tenemos al menos una, si no es que muchas relaciones importantes durante nuestras vidas. Nuestros primeros encuentros íntimos tienden a ser más difíciles y llenos de obstáculos porque la experiencia de formar un lazo íntimo con otra persona es nueva para nosotros y no sabemos ni lo que estamos haciendo ni qué esperar. Pero el tiempo y la experiencia nos deben ayudar para navegar por futuras relaciones de mejores maneras.
Es esencial que nos conozcamos a nosotros mismos de todas las maneras posibles antes de involucrarnos en una relación comprometida. Con frecuencia las personas salen en busca de una relación sin este conocimiento esencial. Pero, ¿cómo podemos esperar conocer a otro individuo si no nos conocemos a nosotros mismos antes? ¿Cómo podemos atender las necesidades y deseos de alguien más si no estamos conectados con nuestras propias necesidades y deseos? Tan obvias como pueden parecer estas cosas, y aunque podamos sentir que las entendemos intelectualmente por completo, no es de sorprender que lo que inicialmente parecía poco importante tome una relevancia mayor conforme se hacen más descubrimientos conforme la relación progresa. En retrospectiva, los individuos tienden a sorprenderse de su propio comportamiento y expectativas dentro de una relación.
Un ejercicio muy útil que le pido hacer a mis clientes es anotar cada una de las parejas con las que han tenido una relación significativa y luego, para cada una responder preguntas como: ¿Qué me atrajo inicialmente de la persona? ¿Duró la atracción? ¿La fantasía que tenía de esta persona, lo que imaginé y asumí como cierto, se validó en la realidad? ¿Cuánto duró la relación? ¿Hubieran revelaciones durante la relación que me hicieron cambiar de opinión? ¿Cuál fue el factor decisivo? ¿Hay similitudes o patrones repetidos entre una relación y otra?
Debemos aprender a hacer las preguntas difíciles desde el inicio, la primera o segunda cita, antes de que se formen opiniones sólidas. A la mayoría de nosotros nos va mucho mejor cuando no tenemos expectativas de alguien, porque difícilmente los conocemos y no estamos intentando impresionar a nadie.
Pero debemos prestar atención a los focos rojos, indicadores de que es necesario cuestionar o validar algo. Con frecuencia estas son pistas de que algo podría volverse problemático en el futuro. Estos son 10 focos rojos que hay que buscar antes de entrar en una relación:
- Falta de comunicación. Para estos individuos es difícil hablar de sus problemas o expresar cómo se sienten. Con frecuencia, cuando parecería más importante ser abiertos y honestos, se distancian emocionalmente, dejando a la otra persona colgando o decidiendo lidiar ellos mismos con una situación. Usualmente, lo poco que se "comunica" se expresa a través de un mal humor, a veces incluso mediante la aterradora "ley del hielo."
- Irresponsable, inmaduro e impredecible. Algunas personas son incapaces de dominar las habilidades básicas de la vida, cuidar de sí mismas, gestionar sus finanzas y su espacio personal, mantener un trabajo y hacer planes a futuro. Las pequeñas crisis que inevitablemente se presentan en sus vidas diarias tienden a llevarse mucho tiempo y energía. En ese caso, probablemente quedará poco tiempo y energía para nosotros y nuestros problemas. Estas personas probablemente siguen en el proceso de crecer. En otras palabras, probablemente no serán confiables para nada.
- Falta de confianza. Cuando una persona tiene dificultad para ser honesta consigo misma, probablemente le será difícil ser honesta con alguien más. Este comportamiento puede no ser calculado ni malicioso, solo un hábito o la forma en la que aprendieron a lidiar con las cosas. Sin embargo, si nos mienten descaradamente ya no hay nada que pensar. Una persona que no se hace responsable por sus acciones carece de integridad y también carece de respeto por su pareja. Probablemente sintamos, con mucha razón, que faltan muchas piezas faltantes, demasiadas cosas que no sabemos o que se nos ocultan a propósito.
- A familiares y amigos importantes no les agrada la otra persona. Si hay algo "raro" con esta persona que parece evidente para todos los que nos conocen bien, probablemente sea buena idea escuchar lo que están diciendo. Con frecuencia, en aras de nuevas relaciones, no solemos recibir bien críticas sobre nuestro nuevo "amado", pero probablemente los demás ven las cosas más claras desde una perspectiva externa. Por lo menos podemos escuchar lo que tienen que decir estas personas.
- Comportamiento controlador. De manera similar, una nueva pareja podría intentar "dividir y conquistar", abriendo una brecha entre nosotros y las personas importantes en nuestras vidas. Puede que la otra persona se muestre celosa de nuestras relaciones con estas personas o simplemente sientan la necesidad de controlar a dónde vamos y con quien nos juntamos, limitando nuestros horizontes para permitir solo lo que les importa. A veces, tienden a hacernos elegirlos por encima de otras personas como expresión de "amor".
- Falta de seguridad en la relación. Podemos sentirnos como que no sabemos hacia donde va la relación. En lugar de avanzar, construir sobre experiencias compartidas que deberían estar fortaleciendo nuestra conexión, nos sentimos incómodos, inseguros o ansiosos sobre la dirección de la relación. En este punto probablemente busquemos garantías por parte de nuestra pareja, pero, si nos las dan, tienden a ser pasajeras y momentáneas. Como resultado, probablemente tengamos trabajar al doble para mantener la relación fluyendo mientras que la otra persona contribuye muy poco.
- Un pasado oscuro o secreto. Comportamientos sospechosos, actividades ilegales y adicciones que no se han resuelto y continúan durante la relación son claros focos rojos. Pero tampoco debemos ignorar o hacer excusas para otras cosas que nos parezcan extrañas o nos hagan sentir incómodos. (Claro, si una persona ya hizo el trabajo correctivo necesario y lo sigue haciendo por su propio bien y por el bien de la relación, entonces es otra historia.)
- Relaciones pasadas sin resolver. Esto no solamente incluye a las relaciones íntimas sino a aquellas con familiares y amigos. Si una persona es incapaz de analizar por qué no han funcionado relaciones anteriores, o culpa constantemente a los demás por todos los problemas, podemos apostar con mucha confianza que podría pasar lo mismo con nuestra relación.
- La relación se construyó por la necesidad de sentirse necesario. Con frecuencia entramos a una relación que se identifica mucho con nuestras necesidades. La necesidad puede ser que uno, como pareja, haga ciertas cosas para que la otra persona se sienta segura y satisfecha, o que nosotros le permitamos a la otra persona que se sienta necesitada satisfaciendo nuestras necesidades. Si esta dinámica es el punto focal de la relación, puede que no quede espacio para un verdadero crecimiento individual o como pareja.
- Comportamiento abusivo. Finalmente, y por supuesto, cualquier tipo de abuso, desde lo aparentemente leve hasta lo abiertamente obvio: abuso emocional, psicológico y definitivamente físico. Esto no es solamente un foco rojo, sino una bandera gigante diciéndonos que nos vayamos tan pronto como sea posible y nunca miremos atrás.
Un foco rojo es una buena imagen intuitiva que nos ayuda a procesar lo que estamos sintiendo realmente. Al final de una relación difícil, la gente suele decir: "Me dijo exactamente quién era desde el principio, pero yo no quise escuchar."
Así que aprendamos a confiar en lo que sentimos. Esa corazonada probablemente tiene razón.
A version of this article originally appeared in English.