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Verificado por Psychology Today

Personalidad

Trastorno limítrofe de la personalidad, qué es y por qué es importante

El trastorno limítrofe de personalidad es común y preocupante, pero tratable.

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El trastorno limítrofe de personalidad es desafiante pero tratable.
Fuente: Pixabay/Pexels Free Images

Karen, de 19 años, fue referida a un servicio de salud mental por su doctor familiar después de una serie de crisis en casa de su familia. Los problemas se volvieron evidentes meses antes cuando Karen empezó a cortar sus brazos con un cuchillo. "Solo pequeñas cortadas," dijo, "nada profundo." Karen dijo que no quería morir, solo quería "aliviar la tensión." Su familia estaba muy alterada.

Pronto se volvió imposible predecir cuando tendría Karen una de sus crisis emocionales cada vez más frecuentes. A veces se molestaba intensamente después de una discusión con una amiga, pero en otras ocasiones decidía abruptamente que todo el mundo la odiaba y empezaba a cortarse los brazos sin una causa evidente.

El comportamiento de Karen se volvió más impulsivo con el tiempo. Una noche se tomó una sobredosis de pastillas y lo lamentó inmediatamente, tanto que despertó a su madre. En otra ocasión dijo que sus amigos la estaban espiando a través de su teléfono. Cuando le preguntaban al respecto, Karen dijo que no lo creía realmente "pero a veces así se siente." Después de muchas dificultades, convencieron a Karen de ver a un doctor, quien decidió que ella probablemente padecía un desorden de la personalidad.

Los desórdenes de la personalidad son condiciones controversiales que pueden ser difíciles de definir porque se sobreponen de maneras considerables a personalidades "normales". Pero los "desórdenes" de la personalidad están profundamente arraigados y se presentan patrones consistentes de comportamiento como respuestas inflexibles a una amplia variedad de situaciones sociales y personales. Son desviaciones considerables o extremas de la manera en la que las personas promedio en una cultura determinada perciben, piensan, sienten y se relacionan con los demás. En su mayor parte, estos patrones de comportamiento datan a la infancia o adolescencia y causan problemas y angustia considerables con las funciones y desempeño sociales hasta la edad adulta.

Un desorden de personalidad emocionalmente inestable es un tipo de desorden de personalidad que involucra una tendencia a actuar de manera impulsiva; inestabilidad emocional; una capacidad reducida para planear a largo plazo; explosiones de enojo, especialmente cuando se critican los actos impulsivos. Hay dos sub categorías de desórdenes de la personalidad emocionalmente inestables, "impulsivos" y "limítrofes", ambos asociados con impulsividad y auto control limitado.

La sub categoría impulsiva se caracteriza especialmente por inestabilidad emocional y un control reducido de impulsos. También hay explosiones o comportamientos hostiles y amenazadores. La sub categoría "limítrofe" involucra inestabilidad emocional, con frecuencia con alteraciones en la imagen personal de la persona, sus metas y deseos. También hay sentimientos de vacío, una tendencia hacia involucrarse en relaciones intensas e inestables, crisis emocionales recurrentes, miedo al abandono y amenazas y actos constantes de auto daño.

En la práctica, mucha gente con una personalidad emocionalmente inestable presentan características de ambas sub categorías. La condición se diagnostica con mayor frecuencia en mujeres. Es cinco veces más común en gente que tiene un pariente cercano con el desorden.

Las causas de un desorden de personalidad emocionalmente inestable son desconocidas. Investigaciones recientes muestran que un desorden así, con frecuencia (pero no siempre) está asociado con descuido por parte de los padres o abuso físico, sexual o emocional. También puede estar asociado con cambios sutiles en áreas del cerebro que se ocupan de la regulación del humor, incluyendo la amígdala, el hipocampo y el córtex frontal.

Formas específicas de terapia del comportamiento pueden resultar sumamente útiles en estos desórdenes, especialmente terapia conductual dialéctica (TCD) que es una adaptación de la terapia cognitivo conductual (TCC), que es más conocida. TCC se enfoca en el uso de estrategias cognitivas (relacionadas con patrones y hábitos de pensamiento) y estrategias de comportamiento (relacionada con hábitos de comportamiento y acciones), en un esfuerzo por replantear los pensamientos negativos, mejorar las estrategias de afrontamiento, reducir los síntomas y promover la recuperación. Usualmente, los terapeutas se reúnen frecuentemente con los pacientes (uno a uno o en grupo) y señalan errores o patrones de pensamiento poco útiles que prolongan o profundizan los síntomas. Juntos, el paciente y el terapeuta identifican maneras de trabajar estos errores y hábitos y mejoran los síntomas.

TCD es bastante similar a TCC, pero actualmente se recomienda mucho más para desórdenes de personalidad emocionalmente inestables porque parece atender las necesidades de las personas de una manera más realista y prolongada. TCC involucra atender a sesiones grupales, genera habilidades como consciencia plena y desarrollar estrategias de afrontamiento que no sean auto daño deliberado para lidiar con la inestabilidad emocional. TCC es una terapia desafiante pero puede ser muy efectiva. Otras terapias incluyen terapias de arte o creativas y terapia basada en la mentalización, que es una forma de psicoterapia a largo plazo enfocada en la capacidad de la persona para reconocer los estados mentales propios y de otras personas.

El papel principal de los medicamentos, si es que los hay, en los desórdenes de la personalidad es manejar las condiciones coexistentes como la depresión, ansiedad, inestabilidad del humor u otros problemas. La mayoría de los tratamientos para los desórdenes de personalidad se hacen fuera de un hospital, pero puede suceder que se internen en hospitales psiquiátricos si los síntomas son severos, la condición se resiste al tratamiento o si hay riesgos de daño a sí mismos o a otros que podrían reducirse en un hospital psiquiátrico (durante una crisis en particular).

El apoyo social puede ser importante para quienes sufren de un desorden de la personalidad, especialmente aquellos con una marcada inestabilidad emocional: ayudarles con cosas como el trabajo y el lugar donde vivir puede ayudar a apoyar la estabilidad general.

En términos de pronóstico, la mayoría de la gente con un desorden de personalidad emocionalmente inestable logran una mayor estabilidad al pasar los 30 o 40 años. Estudios realizados en clínicas de psiquiatría indican que después de alrededor de 10 años, casi la mitad de la gente diagnosticada con un desorden de personalidad emocionalmente inestable ya no cumplen con los criterios del desorden, aunque puede que todavía muestren señales de inestabilidad emocional de vez en cuando.

Imagen de Facebook/LinkedIn: kittirat roekburi/Shutterstock

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Brendan Kelly, M.D., Ph.D.

El Dr. Brendan Kelly, Médico es Profesor de Psiquiatría en Trinity College Dublin, Irlanda, Psiquiatra consultor en Tallaght University Hospital, Dublín, y autor de The Science of Happiness.

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