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Los puntos clave
- Muchas personas terminan sintiéndose culpables en su duelo y algunas son más propensas que otras.
- Es natural reflexionar sobre uno y cuestionar elecciones y acciones pasadas después de perder a alguien. Esto puede llevar a la culpa.
- Aquellos con poca autocompasión y sin atención a sus propios sentimientos pueden verse más afectados por la culpa en el duelo.
Debería haber llamado más a menudo.
En retrospectiva, ahora veo las señales de que estaban enfermos. Debería haber hecho algo más.
¿Soy una mala persona por sentir alivio ahora que su dolor ha terminado?
Es muy común escuchar declaraciones como estas, además de un sinfín de otras variaciones, de personas en medio del duelo.
El duelo es algo complicado. A nadie le gusta y nadie quiere experimentarlo, pero es una parte inevitable de la vida. Así como no puedes experimentar felicidad sin tristeza, no puedes experimentar amor y conexión sin dolor.
La Dra. Elisabeth Kubler-Ross, la psiquiatra suiza que descubrió las cinco etapas del duelo, nos dio el lenguaje y la comprensión de algo que puede sentirse tan indescriptible, personal y doloroso. Las cinco etapas (negación, ira, negociación, depresión y aceptación) brindan consuelo a las personas de todo el mundo al saber que el duelo es una respuesta normal a una pérdida. Y, lo más importante, no se sentirá tan angustioso para siempre.
Hay otra parte del duelo de la que no se habla a menudo, quizás porque no se entiende bien. es la culpa. Culpa por haber hecho algo mal. Sentir que tú tienes la culpa de algo que ha pasado. O que no hiciste lo suficiente.
Es importante que hablemos de esto, así como hablamos abiertamente sobre las etapas del duelo, para que las personas en todas partes sepan que la culpa no es algo que experimentan solos.
Solo porque te sientas culpable, no significa que seas culpable. La culpa es a menudo falsa, especialmente cuando se relaciona con duelo. Pero saber esto no hace que lo sientas menos.
Por qué te puede hacer sentir culpable el duelo
El duelo es una experiencia poderosamente emocional que altera la vida. Si bien el duelo puede ser una emoción en sí mismo, también es el proceso de intentar dar sentido a la conmoción y, a menudo, al trauma, que es la muerte de un ser querido.
¿Qué te viene a la mente cuando piensas en el duelo? ¿Tristeza, dolor, entumecimiento, desesperación? No hay emociones correctas o incorrectas que sentir. De hecho, la mayoría de las personas experimentan un revoltijo de todos porque el duelo abarca muchas emociones en una sola. No es de extrañar que la culpa salga a la superficie.
Es normal reflexionar sobre uno mismo cuando experimentamos una pérdida. ¿Qué significó esta persona para ti? ¿Cómo era su relación? ¿Qué papel jugaste en la vida de esa persona y qué papel jugó en la tuya? ¿Qué papel jugaste en su muerte? Todas son las cosas en las que podrías pensar mientras te encuentras en las profundidades del dolor.
Con este tipo de evaluación viene el cuestionamiento. La pérdida, ahora en el pasado, es algo a lo que puedes tratar de darle sentido. Cuando te enfocas en el pasado, eres más propenso a reflexionar sobre lo que deberías haber hecho, podrías haber hecho o habrías hecho de otra manera.
De manera similar a las afirmaciones anteriores, es posible que te enfrentes a preguntas como: ¿Podría haberlo salvado si hubiera hecho algo de forma ligeramente diferente? ¿Podría haberla hecho más feliz? ¿Escuché lo suficiente? ¿Era un buen amigo? ¿Sentir alivio porque ya no siente dolor me convierte en una mala persona? ¿Por qué no les dije cuánto los quería de verdad? Es con este tipo de preguntas que la culpa comienza a fomentarse.
La negligencia emocional en la infancia y el duelo con culpa
Si bien el duelo por culpa no discrimina, hay algunas personas que son más propensas a experimentar estos sentimientos de culpa.
Ser criado por padres que son ciegos a tus sentimientos, la definición misma de negligencia emocional infantil te hace estar, como adulto, fuera de contacto con tus sentimientos. Esto, a su vez, puede prepararte para experimentar más “culpa por duelo” que otros. Esta es la manera:
- Crecer con padres que no responden a tus sentimientos te enseña poco sobre cómo reconocer, nombrar, manejar y expresar tus emociones. Esto es dañino ya que necesitas estas habilidades emocionales cuando estás de duelo. Dificultades para nombrar y manejar los complejos sentimientos involucrados en tu culpa te pone a merced de tu dolor y le da poder sobre ti.
- Tienes poca autocompasión. Si experimentaste negligencia emocional en la infancia, tiendes a ser bastante crítico y duro contigo mismo y puedes terminar sintiéndote responsable de demasiadas cosas. Así que es demasiado fácil acumular algo de culpa encima de eso. Cuanto más severamente te juzgues a ti mismo, tus emociones y tus acciones, especialmente después de una pérdida, es más probable que experimentes culpa.
Qué hacer con tus sentimientos de culpa
Piensa en tu relación con tus sentimientos. Si crees que sus sentimientos no son importantes, puede ser el momento de reevaluar. Es sorprendente cuánto más tolerables se vuelven tus emociones cuando te haces amigo de ellas en lugar de escapar de ellas. Para llegar al otro lado del duelo, es necesario atravesarlo. Sé que es una tarea difícil, pero también es un componente necesario de la curación.
Presta atención a tus sentimientos de culpa. Es natural no ser consciente de tus sentimientos si tu infancia te hizo creer que no son importantes. Pero le das poder a tus sentimientos de culpa cuando los dejas desatendidos y sin control. Siente curiosidad por tu culpa. Es posible que descubras que será más fácil reconocerlo, administrarlo y liberarlo.
En lugar de creer ciegamente en tus sentimientos de culpabilidad, enfócate en la realidad. Todos conocemos la frase "la retrospectiva es 20/20". Y es verdad. Probablemente haríamos las cosas de manera diferente si supiéramos cuál sería el resultado. Ahí es donde entra la culpa cuando observas el pasado y crees que podrías haber hecho algo más que podría haber alterado el resultado. En ese momento, tomaste decisiones y te comportaste de cierta manera porque eso era lo que te parecía correcto. Dale a esa versión pasada de ti mismo un poco de compasión.
Soltando la culpa
Te aliento a que te lleves contigo estos tres puntos principales:
- La culpa es una parte común del duelo.
- Cuanto más aumentes la conciencia de tus sentimientos, especialmente de la culpa, más podrás comprender y manejar tus emociones.
- Date una dosis de realidad y recuerda que todos tomaríamos decisiones diferentes si pudiéramos predecir el futuro.
En lugar de creer automáticamente el mensaje “Soy culpable” cuando notas tus sentimientos de culpa, puedes recordarte a ti mismo: “Estoy afligido, no soy culpable. Necesito tratarme con amabilidad y recordar que soy humano y siempre he estado haciendo lo mejor que puedo”.
© Jonice Webb, Ph.D.
A version of this article originally appeared in English.
