Mejorando la infertilidad y la función sexual a través del estilo de vida

Pocas afecciones médicas nos afectan más íntimamente que la infertilidad y la disfunción sexual. Aunque muchas afecciones médicas causan síntomas incómodos y diferentes tipos de deterioro funcional, la infertilidad es una puñalada en el corazón de nuestra identidad como mujeres y hombres. Por esta razón, las estadísticas de infertilidad de fuentes como los CDC en los Estados Unidos y la Clínica Cleveland que indican que la afección ahora afecta al 10-20 por ciento de las parejas en los Estados Unidos, tal vez un 50 por ciento más que hace décadas, son más que un motivo de preocupación para mantener una población estable como país; la infertilidad ahora se ha convertido en un contribuyente a los sentimientos de culpa, inutilidad, estigmatización y desesperación para millones.

Para ser claros, la infertilidad, como se discute aquí, no es la elección voluntaria de no tener hijos. Desafortunadamente, muchas fuentes de información convencionales describen la reducción general en el número de niños nacidos a lo largo de generaciones como "infertilidad", a menudo incluso descrita en términos favorables, sin hacer la distinción crítica entre las parejas que voluntariamente eligen no tener hijos y las parejas que no pueden concebir hijos a pesar de la intención y el esfuerzo sostenido. Las causas, consecuencias y remedios para la infertilidad discutidos aquí se refieren solo a este último grupo.

Para el creciente porcentaje de mujeres y hombres afectados por la infertilidad, es fácil sentirse abrumado. Gran parte de la información gubernamental y científica, por ejemplo, se centra en factores que en gran medida están fuera de nuestro control, como la edad, las afecciones médicas y los "disruptores endocrinos", como los productos químicos y los plásticos en nuestro medio ambiente, que pueden alterar la función hormonal. Sin soluciones locales a estos problemas, la impotencia es una reacción individual común. Quizás lo que es peor, los tratamientos más comúnmente aprobados para la infertilidad son prohibitivamente caros para muchos y muestran tasas limitadas de éxito. Desde esta perspectiva desalentadora, la infertilidad es un problema de rápido crecimiento causado por una serie de fuerzas externas que requieren quizás años y muchos miles de dólares para tratarlo.

La crianza de los hijos sigue siendo una fuente de alegría y significado para muchos adultos.

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Afortunadamente, existe un enfoque cada vez más respaldado por la ciencia para tratar e incluso revertir la infertilidad que está completamente bajo nuestro control personal. Este enfoque solo requiere un compromiso con los cambios saludables en el estilo de vida y una comprensión básica de la relación entre los comportamientos de salud y la función hormonal. En una publicación anterior, hablé sobre el importante papel que tiene una afección llamada resistencia a la insulina en la depresión y la función cognitiva. La resistencia a la insulina es fundamental para nuestra salud mental y física porque cada célula de nuestro cuerpo responde a la insulina. Por lo tanto, cuando las células se vuelven resistentes a la insulina y no pueden responder normalmente a la insulina, no pueden realizar los procesos vitales que nos permiten pensar, sentir y funcionar de manera óptima.

Resistencia a la insulina e infertilidad

Resulta que las hormonas sexuales y la función sexual se encuentran entre la larga lista de actividades vitales afectadas por la resistencia a la insulina. La causa más común de infertilidad en las mujeres, por ejemplo, es el síndrome de ovario poliquístico (SOP). ¿Y cuál es la causa más común del SOP? La resistencia a la insulina.

Como resultado principalmente de factores de estilo de vida tales como falta de sueño, falta de ejercicio, estrés crónico y especialmente dietas que comprenden altos niveles de azúcares y carbohidratos refinados, la resistencia a la insulina compromete progresivamente la capacidad de una mujer para convertir andrógenos (por ejemplo, testosterona) en estrógenos. Sin niveles suficientes de estrógeno, su ciclo menstrual no puede iniciarse, y con niveles excesivos de andrógenos, puede experimentar efectos secundarios masculinos como pérdida de cabello y adiposidad central (aumento de peso en el área del estómago que se asocia más fuertemente con la enfermedad cardiovascular).

Los mismos patrones de estilo de vida poco saludables conducen a la resistencia a la insulina y los cambios hormonales detrás de la infertilidad en los hombres. A medida que los hombres se vuelven más resistentes a la insulina, por ejemplo, se produce un círculo vicioso. Su resistencia a la insulina contribuye al exceso de grasa corporal, y estas células grasas secretan una enzima llamada aromatasa que convierte la testosterona en un tipo de estrógeno. El resultado es un patrón de testosterona reducida y efectos secundarios feminizantes, a veces denominados "SOP masculino" (1).

Sin embargo, la resistencia a la insulina también causa infertilidad masculina a través de un segundo mecanismo. La insulina también interactúa con las células de los vasos sanguíneos llamadas células endoteliales. Entre otras funciones, las células endoteliales ayudan a regular la expansión de nuestras arterias, regulando así también el flujo sanguíneo. A medida que las células endoteliales se vuelven resistentes a la insulina, pierden su capacidad de dilatar nuestras arterias en momentos de necesidad (como durante la actividad sexual). Para un hombre, la función endotelial comprometida es una causa común de disfunción eréctil (ten en cuenta que los medicamentos como el Viagra mejoran la función sexual en los hombres al mejorar temporalmente el flujo sanguíneo, pero no mejoran la resistencia a la insulina subyacente. Si la resistencia a la insulina en sí no se trata, desafortunadamente, los medicamentos a menudo se volverán ineficaces con el tiempo).

Aunque estas conexiones bioconductuales pueden parecer intimidantes, son abrumadoramente buenas noticias para las personas que sufren de infertilidad. Aunque los factores genéticos y el envejecimiento contribuyen a la resistencia a la insulina, la resistencia a la insulina es causada principalmente por comportamientos de salud. Como resultado, la resistencia a la insulina se puede tratar por completo a través de cambios de comportamiento.

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Múltiples ensayos clínicos recientes, por ejemplo, se centraron solo en consumir dietas reducidas en carbohidratos (es decir, no se requirieron otros cambios en el estilo de vida, etc.) demostraron tasas impresionantes de reversión del SOP, reanudación de los ciclos menstruales e incluso nuevos embarazos en mujeres que anteriormente luchaban con la infertilidad y mejoraron la testosterona, la calidad del esperma y la función eréctil en los hombres (2-5). En particular, los resultados de estos estudios se lograron con solo 3-6 meses de programas dietéticos que eliminaron las fuentes de nutrición de baja calidad, como los alimentos ultraprocesados y las bebidas endulzadas con azúcar. Y sus resultados probablemente habrían sido aún más impresionantes si se combinaran con ejercicio regular, mejores hábitos de sueño y técnicas de manejo del estrés.

Resumen

La infertilidad ha pasado de ser un problema poco común a un problema generalizado en los Estados Unidos en solo unas pocas décadas. Aunque la infertilidad tiene muchas causas derivadas de la modernidad, la resistencia a la insulina causada por malos hábitos de estilo de vida es quizás la más común tanto para mujeres como para hombres. A medida que la ciencia continúa iluminando nuestra comprensión de la conexión entre los comportamientos de salud y la función hormonal, apreciamos cada vez más que nuestras elecciones diarias de estilo de vida tienen efectos profundos y generalizados en nuestra salud física y mental.