Pérdida de Memoria
Para la mayoría de las personas, sería difícil imaginar una vida en la que la mente no descartara de forma rutinaria los detalles que una vez recordaba, desde hechos y cifras memorizados temporalmente hasta las características de personas y lugares en los que no se ha pensado en años. Un grado normal de olvido es un elemento central de la memoria, que permite a las personas prescindir de información que ya no tiene mucha utilidad.
Por supuesto, olvidar también causa problemas. Las fallas menores para recordar pueden ser inconvenientes a cualquier edad y pueden volverse más frecuentes y problemáticas más adelante en la vida. Los científicos han demostrado que la disminución de ciertos tipos de capacidad de memoria es una parte típica del envejecimiento y no refleja necesariamente el desarrollo de una afección médica como la enfermedad de Alzheimer. Los expertos han propuesto una variedad de tácticas para evitar el deterioro de la memoria y controlar los niveles típicos de pérdida de memoria.
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Olvidar puede ser frustrante cuando uno se da cuenta, pero mucho de lo que la gente olvida se escapa silenciosamente de la memoria. Los expertos dicen que es una característica, no un error, de la forma en que funciona la memoria.
Muchos detalles y experiencias son más relevantes para nuestro futuro que otros, y recordar todo probablemente sería ineficaz. Olvidar puede ser útil para recordar, en el sentido de que los detalles menos útiles que se olvidan (como una contraseña antigua o un conjunto de instrucciones desactualizado) no interferirán con la recuperación de los útiles. Y olvidar los recuerdos desagradables o dolorosos, cuando uno puede hacerlo, puede hacer que uno se sienta mejor acerca de las experiencias pasadas y reducir la carga de las negativas.
La información puede olvidarse porque uno no estaba prestando suficiente atención inicialmente o no ha reforzado el recuerdo de la información intentando recuperarla. Un recuerdo adquirido más recientemente puede interferir con la recuperación de uno anterior, como cuando uno aprende los nombres de más de una persona en sucesión. El estrés, la falta de sueño y ciertos comportamientos, como el consumo excesivo de alcohol, también pueden afectar temporalmente la memoria (causando un "desmayo" en el caso de la bebida).
Sí. Si bien el olvido crónico puede ser un signo de una afección médica, simplemente olvidar el nombre de alguien que acabas de conocer o pequeñas fallas de memoria relacionadas con tareas a las que probablemente no estabas prestando mucha atención ("¿cerré el auto?") no es necesariamente motivo de preocupación. Es posible que sigan siendo inconvenientes, y precauciones como prestar atención deliberada en el momento a lo que tiendes a olvidar y repetir en voz alta lo que se debe recordar podrían ser útiles.
Las señales de advertencia de un posible problema de memoria incluyen problemas para recordar información conocida y de uso frecuente (como el camino hacia y desde un destino habitual), dificultad para manejar tareas importantes debido a la memoria o un mayor olvido que los demás notan. En tales casos, vale la pena hablar sobre las preocupaciones relacionadas con la memoria con un proveedor de atención médica (y, en última instancia, puede ser útil consultar a un experto en memoria).
Es esa experiencia cuando alguien no puede recordar inmediatamente una palabra o frase (como el nombre de alguien) pero siente que está muy cerca de recordarla ("¡está en la punta de mi lengua!"). Cuando está en un estado de en “la punta de la lengua”, una persona puede sentir, correctamente o no, que recuerda ciertas características de una palabra, como su primera letra, sin ser capaz de traer la información a su plena conciencia. Esta experiencia puede volverse más frecuente con la edad. La sensación del estado de en “la punta de la lengua” puede servir para motivar a alguien a seguir buscando en su memoria.
Es bien sabido que algunas formas de capacidad de memoria tienden a volverse menos nítidas a medida que pasan las décadas de la vida. Al igual que otras partes del cuerpo, el cerebro cambia con la edad, con las correspondientes diferencias en la capacidad de recordar información. Pero no todas las personas experimentan tales declives en la misma medida en que envejecen, y algunas formas de memoria, como la memoria para tareas físicas familiares, parecen en gran medida libres de obstáculos por la edad.
Hasta cierto punto, sí. Los cambios en la capacidad de recordar son normales, incluso en ausencia de demencia u otra afección, y la pérdida de memoria es una preocupación común entre los adultos mayores. Las disminuciones en ciertos tipos de memoria (como la memoria de trabajo y la memoria episódica) significan que una persona puede olvidar ocasionalmente la palabra que tenía la intención de decir o dónde dejó un objeto de uso frecuente. Otras formas de memoria, incluida la memoria semántica (conocimiento del mundo) y la memoria procedimental, parecen verse menos afectadas por el envejecimiento normal.
La capacidad de memoria, al menos para algunos tipos de memoria (como la memoria de trabajo), puede comenzar a declinar gradualmente a partir de los veinte o los treinta, con tendencias descendentes que se extienden hasta la edad adulta. Las investigaciones indican que la capacidad de memoria episódica (memoria de experiencias) tiende a disminuir después de los 60 años. Sin embargo, estos son promedios; para algunas personas, la memoria se conserva en mayor medida y durante más tiempo.
Con el tiempo, la degradación de las regiones del cerebro que apoyan la memoria contribuye a las dificultades de la memoria. Entre los cambios que ocurren en áreas relacionadas con la memoria, como partes del lóbulo temporal medial y la corteza prefrontal, se encuentran disminuciones en el volumen de materia gris y en la calidad de la materia blanca, que es esencial para la comunicación entre neuronas. Los científicos también han observado diferencias relevantes en fisiología (como en el sistema de la dopamina) y en la activación regional durante las tareas de memoria.
¿Se puede proteger la memoria a medida que las personas envejecen? Si bien es posible que una persona no pueda prevenir por completo las disminuciones en la capacidad de memoria, los expertos han estudiado varias medidas que se pueden tomar para aumentar las probabilidades de mantener una memoria nítida en la vejez. También existen técnicas para solucionar problemas comunes de memoria si surgen.
Adoptar aspectos de un estilo de vida que generalmente promueva la salud, como una dieta saludable, actividad física de rutina y dormir lo suficiente, puede ayudar a mantener la memoria a medida que uno envejece. También podemos jugar juegos cognitivamente desafiantes, como ajedrez, cartas y crucigramas, o ejercitar la mente de otras maneras.
Reducir el estrés y dormir lo suficiente podría ser útil. Otras formas de compensar el olvido incluyen organizar objetos (como las llaves del auto) para que sus ubicaciones sean siempre las mismas, hacer un esfuerzo adicional para concentrarte al recibir información que debes recordar, minimizar las distracciones y usar ayudas simples para la memoria, como planificadores, calendarios, listas escritas y recordatorios. En algunos casos, puede valer la pena considerar medicamentos para mejorar la memoria.