Perfeccionismo
¿Tu egoísmo te está llevando al agotamiento parental?
El camino del perfeccionismo es un callejón sin salida tanto para los padres como para los hijos.
18 de septiembre de 2022 Revisado por Michelle Quirk
Los puntos clave
- Un nuevo estudio muestra cómo se puede ver y sentir el agotamiento de los padres y cómo proteger a tu familia de sus efectos nocivos.
- Los padres que pueden identificar, expresar y regular sus emociones tienen menos probabilidades de experimentar agotamiento.
- Los padres deben trabajar en su inteligencia emocional para ayudar a moderar su tendencia a esperar la perfección.
Un nuevo estudio publicado en Personality and Individual Differences describe cómo se puede ver y sentir el agotamiento parental, y qué puedes hacer para proteger a tu familia de sus efectos nocivos.
“El auge global del individualismo ha supuesto una pesada carga para las generaciones recientes, alentando a las personas a competir entre sí”, explican los investigadores Gao-Xian Lin, Dorota Szczygiel y Konrad Piotrowski. “En respuesta a este clima individualista, cada vez más personas establecen expectativas excesivamente altas para sí mismas como padres”.
Síntomas del agotamiento parental
Los investigadores sugieren que los padres demasiado perfeccionistas corren el riesgo de experimentar algunos, si no todos, de los siguientes síntomas:
- Agotamiento intenso en el que el simple pensamiento de qué hacer por o con los niños se siente como una montaña inescalable.
- Saturación en la que sienten que ya no quieren ser padres.
- Desconexión emocional de su hijo o hijos.
- Culpa por no ser el padre que era o quería ser.
Según los investigadores, experimentar estos sentimientos durante tres meses o más, junto con otros síntomas corporales relacionados con el estrés, es una señal segura de agotamiento de los padres.
¿Qué se puede hacer para evitar sus efectos nocivos? Los autores encontraron que los padres que son capaces de identificar, expresar y regular sus emociones (en otras palabras, los padres que poseen una alta inteligencia emocional) tienen menos probabilidades de caer en la trampa del agotamiento parental inducido por el perfeccionismo.
“La mejor manera de prevenir las consecuencias negativas del perfeccionismo parental es llamar la atención de los padres directamente y convencerlos de que dejen de comparar a sus propios hijos con una imagen poco realista de un niño ideal o establecer expectativas poco realistas para sus hijos”, explican.
Los investigadores también sugieren trabajar en su inteligencia emocional para ayudar a moderar su tendencia a esperar la perfección de sus hijos y de ti mismo.
“La inteligencia emocional se puede aumentar a través de entrenamientos cortos o sesiones de terapia”, explican. “Este aumento puede conducir inmediatamente a mejoras en el bienestar físico y subjetivo y en la calidad de las relaciones sociales y maritales. Aún más alentador es que tales efectos beneficiosos pueden durar más de un año”.
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Riesgos versus recursos
Otra investigación publicada en Frontiers in Psychology sugiere que el agotamiento parental es una función relativamente sencilla de riesgos versus recursos. En otras palabras, cuando los factores de riesgo comienzan a pesar más que las protecciones, los padres son más propensos al agotamiento.
Para abordar tales desequilibrios, los expertos sugieren un enfoque simultáneo de aumentar los recursos y reducir los factores de riesgo. Por ejemplo, si las tareas de crianza te agobian, considera la ayuda de una guardería. O, si las recomendaciones (por ejemplo, darle a los niños cinco frutas y verduras al día, no ver televisión antes de los 6 años, etc.) están haciendo más daño que bien, considera relajar tu noción de lo que significa ser un buen padre.
Según el psicólogo Simon Sherry, no hay ningún beneficio real en ser un padre demasiado perfeccionista. En todo caso, podrías estar preparando a tu hijo para problemas psicológicos en el futuro.
“En mi práctica como psicólogo clínico, veo adultos jóvenes empujados y criticados por padres exigentes hasta el punto de hacer que esos adultos jóvenes se enfermen mentalmente”, dice Sherry. “De hecho, un entorno familiar caracterizado por la crítica y las exigencias de los padres es una incubadora de perfeccionismo y enfermedad en los niños”.
En cambio, Sherry aconseja a los padres que:
- Comuniques a tu hijo que lo valoras no solo por lo que hace, sino también por lo que es.
- Trates de ser menos controlador, crítico y sobreprotector con tus hijos.
- Enseñes a los niños a tolerar y aprender de sus errores.
- Enfatices el trabajo duro y la disciplina por encima de la búsqueda de la perfección.
A version of this article originally appeared in English.