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Verificado por Psychology Today

Kara Hoppe MA, MFT
Kara Hoppe MA, MFT
Relaciones

Salir de una ruta de resentimiento

Dejar ir los resentimientos honrando las necesidades no cumplidas que están debajo de ellos.

Los puntos clave

  • Caer en una rutia de resentimiento puede separar a las parejas y destruir su relación.
  • Salir de la ruta del resentimiento requiere que cada uno sea capaz de identificar y abordar sus necesidades.
  • Un diario individual junto a una plática puede ayudar a las parejas a honrar sus necesidades insatisfechas y dejar de lado el resentimiento.

Se podría pensar que Nelson Mandela, que estuvo encarcelado durante casi tres décadas por su postura contra el apartheid, habría estado lleno de resentimiento. Claramente Mandela fue tratado injustamente. Sin embargo, en cambio, ofreció esta sabiduría: "El resentimiento es como beber veneno y luego esperar que mate a tus enemigos".

Aferrarse al resentimiento es una dinámica común en las relaciones de pareja. Con demasiada frecuencia, incluso las parejas que saben que no es bueno para ellos todavía beben ese veneno. Beben y beben, y luego caen en lo que yo llamo una ruta de resentimiento.

Aprendiendo de tus resentimientos

Por profunda que sea la ruta, y a veces puede ser tan profunda que se siente como un túnel directo al inframundo, creo que las parejas pueden aprender de sus resentimientos. En lugar de matar la relación, la conciencia de estas rupturas dolorosas puede convertirse en la pala con la que salir de la zanja, lo que lleva a una mayor conexión, intimidad y apoyo mutuo.

Los resentimientos, por enredados que sean, pueden arrojar luz sobre tus necesidades insatisfechas y las de tu pareja si te esfuerzas por comprender lo que hay debajo de ellos.

Recientemente tuve una clienta que estaba desesperadamente resentida con su pareja. Le molestaba la carga mental, todo el trabajo invisible, de la crianza de los hijos, que recaía pesadamente sobre ella. Él estaba igualmente molesto con ella, expresando resentimiento porque ella era hipercrítica de su capacidad para ser padre. Ambos se sentían aislados el uno del otro, ambos sufriendo solos e incapaces de funcionar como un equipo de crianza efectivo. En terapia, después de validar sus sentimientos y experiencias, trabajamos para descubrir qué necesidades albergaban en sus respectivas rutas.

Entendiendo tus necesidades

No es trillado decir que ser humano es tener necesidades. Podría ser tan simple como la necesidad de ducharse o beber un vaso de agua, cosas que la mayoría de las personas sanas pueden hacer por sí mismas. Otras necesidades incluyen la ayuda de amigos o parejas, por ejemplo, la necesidad de que le pasen corriente a tu automóvil o la necesidad de un brazo fuerte para mover un sofá. Este tipo de necesidades básicas tienden a ser más fáciles de identificar que las necesidades emocionales, como la necesidad de que alguien te escuche cuando estás triste o la necesidad de apoyo en diferentes momentos de tu vida.

En este momento, estoy a punto de dar a luz, y soy consciente de que necesito la tranquilidad de mi esposo de que puedo dar a luz a nuestra hija y que él saltará y me ayudará a sanar después. Su tranquilidad es una necesidad importante para mí, y sé que si no se cumple, fácilmente podría caer en una ruta de resentimiento. Así que se lo expresé. Pero antes de poder pedir que se satisfaga mi necesidad, primero tuve que identificarla.

Salir de una ruta de resentimiento, o evitar caer en una en primer lugar, requiere que cada pareja pueda identificar sus necesidades. En este caso, en lugar de cavar una ruta más profunda, estás cavando para descubrir el oro que está oculto por tu resentimiento.

Escribe en un diario tus necesidades

Para salir de la ruta del resentimiento, recomiendo primero hacer una exploración individual. Puedes comenzar escribiendo en un diario para identificar tus necesidades básicas. ¿Necesitas más descanso? ¿Jugar más? ¿Más abrazos? ¿Algo más? Ve si surgen sorpresas.

Ahora pasa a tus necesidades de nivel superior. ¿Cómo quieres pasar tu vida? Toma una perspectiva macro. Imagínate alejándote y pensando en tu vida como un todo. ¿Falta algo? ¿Siempre has querido probar un deporte, adquirir un pasatiempo, viajar a algún lugar, correr un maratón o escribir un libro?

Si estás en pareja, piensa en lo que necesitas de tu relación. ¿Necesitas más intimidad? ¿Menos conflicto? ¿Más conexión diaria? ¿Citas románticas semanales o mensuales? ¿Ayuda con la crianza de los hijos? ¿Más tiempo de amor tranquilo? Sé audaz al pensar en lo que haría que tu relación se sienta más segura, más hogareña y más divertida.

Finalmente, revisa cada una de las necesidades que has identificado y considera (a) qué puedes hacer tú mismo para ver que se satisfacen y (b) qué ayuda necesitas de tu pareja y/o amigos para satisfacer tus necesidades.

Mary Long/Shutterstock
Fuente: Mary Long/Shutterstock

Comparte con tu pareja

Si estás en pareja, reserva un tiempo para sentarte y compartir todas tus necesidades con ella: básicas, de nivel superior y relacionales. Esto funcionará mejor si también ha hecho el ejercicio de diario de antemano.

Para ser claros, esto no es una sesión en la que refritear tus resentimientos. Es un momento para enfocarse en lo que cada uno necesita para forjar una unión mayor.

Discute los cambios que a cada uno le gustaría hacer. Imaginen juntos cómo se sentirán una vez que ambos vivan en una alineación más profunda con sus necesidades. Explora lo que significará para tu(s) hijo (s) ver que ambos son conscientes y respetan sus propias necesidades y las de los demás.

A version of this article originally appeared in English.

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