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Verificado por Psychology Today

Jonathan Rottenberg, PhD
Jonathan Rottenberg Ph.D.
Depresión

¿Por qué las personas deprimidas permanecen en la cama?

La respuesta intuitiva es que la culpable es una falta de motivación.

Si personalmente has sufrido de depresión o conoces a alguien que lo haya hecho, entonces sabes que cuando las personas están realmente deprimidas, tienen una fuerte necesidad de quedarse en la cama.

¿Por qué las personas deprimidas permanecen en cama? No es porque disfruten mucho de estar debajo de las cobijas. Es porque las personas deprimidas no pueden lograr separarse de la cama. Casi cualquier actividad o tarea se vuelve una odisea dolorosa, incluso cosas tan simples como darse un baño o vestirse. Una persona perfectamente capaz ni siquiera puede lograr salirse de la cama. ¿Cómo sucede esto?

La respuesta intuitiva es que es culpa de una falta de motivación. Las personas deprimidas carecen de dirección porque no tienen compromiso con sus metas. Sin metas para impulsar su comportamiento futuro, el comportamiento repetitivo se congela por largos periodos. Las camas son la ubicación más natural para una pausa conductual, ya que es el lugar de la casa que está más asociado con la falta de actividad.

La respuesta intuitiva es correcta hasta donde llega. El problema es que no llega muy lejos. Deja abierta la pregunta de cómo pierde una persona el deseo de perseguir sus metas en primer lugar. La respuesta involucra una teoría sorprendente que nos acerca a entender cómo es que un humor decaído se intensifica hasta convertirse en episodios más serios de depresión.

Primero, tenemos que desviarnos hacia la psicología evolutiva contemporánea, la cual nos dice que los humores tienen una función: los estados de nuestro humor nos ayudan a perseguir nuestras metas eficientemente. Un humor elevadonos impulsa a perseguir recompensas más vigorosamente. Un humor decaído nos avisa cuando nuestro progreso hacia una meta es pobre. Con frecuencia, el humor decaído surgen por primera vez cuando nos enfrentamos a un obstáculo, o cuando una meta importante se ve amenazada. Usualmente, nuestra primera reacción a un humor decaído es redoblar los esfuerzos hacia la meta bloqueada. Si la meta sigue siendo inalcanzable, el humor decaído escalará. En algún punto, algo tiene que ceder, usualmente la persona se rendirá, o escalará de vuelta a la meta o pasará a otra actividad con una mejor recompensa. Autores como Randolph Nesse y Eric Klinger han defendido poderosamente la utilidad de los humores decaídos. En un mundo en el que el tiempo, los recursos y el esfuerzo mismo son sumamente valiosos y finitos, tener un mecanismo evolutivo para acelerar el alejamiento de una meta que está fracasando es importante para la supervivencia.

Estas relaciones entre los estados del humor, metas y esfuerzos se mantienen entre varias especies. Un oso pescando en busca de salmón en su lugar favorito del río que no tiene suerte, usa un humor decaído para moverse a otro sitio. Para bien o para mal, la autoregulación humana es más complicada porque podemos elegir si actuamos o no de acuerdo con nuestro humor. Yo creo que los humanos son la única especie que puede decidir ignorar un humor decaído y continuar la persecución de una meta inalcanzable. En cierto sentido, esto crea un potencial para llegar a un punto muerto entre la persona y su antiguo sistema del humor. Para resolver esto, el sistema del humor debe hacer algo más drástico: reduce el volumen sobre la persecución de metas, no solamente a una meta pero sobre todas las metas disponibles. Eventualmente, cuando el sistema de humor gana, el resultado es una depresión paralizante, con fatiga, letargo, falta de motivación, todo el paquete.

Esta teoría alternativa pone de cabeza la explicación estándar. Las personas deprimidas no terminan en cama porque no están comprometidos con sus metas. Terminan en cama porque están demasiado comprometidos con metas que están fracasando terriblemente. La idea de que las personas deprimidas no pueden separar sus esfuerzos del fracaso es una teoría relativamente nueva. No se ha evaluado mucho en estudios de investigación. Sin embargo, vale la pena explorar la idea. Encaja bien clínicamente con los tipos de situaciones que suelen precipitar una depresión seria: la esposa agotada que no puede dejar su matrimonio angustiante, el atleta seriamente lesionado que no puede obligarse a retirarse, la empleada despedida que no logra abandonar el camino profesional que eligió a pesar de que no hay posiciones en su línea de trabajo. Ver estas depresiones en términos de metas inalcanzables puede ser clínicamente útil, y puede ayudarnos a entender mejor cómo un humor decaído ordinariopuede escalar hasta episodios paralizantes de depresión.

El libro de Jonathan Rottenberg está disponible en librerías físicas y digitales.

A version of this article originally appeared in English.

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