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Verificado por Psychology Today

Catastrofizar

¿Por qué algunas personas son más vulnerables al dolor?

Los componentes emocionales de la experiencia del dolor.

Los puntos clave

  • La experiencia del dolor involucra tanto componentes sensoriales como emocionales.
  • Los factores psicológicos, como la ansiedad y la depresión, hacen que las personas sean vulnerables al desarrollo de dolor crónico.
  • Los factores psicológicos positivos, como la esperanza, la aceptación y el optimismo, afectan la adaptación al dolor persistente.

“Una de las principales razones por las que el dolor se vuelve inmortal en nuestros cuerpos es cómo nos sentimos en nuestras mentes”. –Haider Warraich

El dolor no es una experiencia puramente sensorial que refleja un daño tisular subyacente (Melzack, 1996). Las emociones, las creencias y los comportamientos son partes vitales de la experiencia humana del dolor crónico. Las emociones negativas y la conciencia emocional limitada contribuyen a un mayor dolor y una peor adaptación (Lalkhen, 2021). Las emociones negativas provienen de muchas fuentes, incluidos los eventos estresantes de la vida, la ansiedad por el dolor, la inseguridad del apego y la experiencia del dolor en sí. El aspecto emocional negativo del dolor puede aumentar la vulnerabilidad de una persona a la adicción a los opioides.

La siguiente es una lista de factores psicológicos que influyen en la percepción del dolor. Y también contribuyen al alivio del dolor y del sufrimiento (Allaz, 2015).

1. Estrés

El sufrimiento engendra sufrimiento. Nuestras circunstancias juegan un papel importante. Los factores estresantes agudos no resueltos a lo largo del curso de la vida pueden ser más relevantes para el dolor persistente. El estrés temprano en la vida puede alterar la forma en que el cerebro responde a los factores estresantes más adelante en la vida y puede sensibilizarnos al trauma. Por ejemplo, los informes de adversidades en la infancia (p. ej., conflicto familiar, abuso sexual, abuso físico) y conflicto en la edad adulta son más altos en personas con diversas afecciones dolorosas, incluidas las migrañas, el síndrome del intestino irritable y la fibromialgia.

2. Mala salud mental

La ansiedad, la depresión y la ira son comunes en las personas con dolor crónico. La ansiedad y el dolor físico pueden amplificarse mutuamente (Vadivelu, 2017). Angustiada por el dolor crónico, una persona puede comenzar a sentirse ansiosa porque no tiene control sobre su cuerpo. Su ansiedad puede aumentar su enfoque en el dolor e intensificarlo. Por ejemplo, los problemas con las rutinas diarias, como las tareas del hogar o la jardinería, pueden desencadenar sentimientos de ansiedad y miedo, lo que lleva a un comportamiento de evitación. El objetivo de la terapia es aumentar la tolerancia a las situaciones desencadenantes para reducir la ansiedad con cada exposición.

3. Catastrofizar el dolor

La catastrofización del dolor se refiere a la tendencia a preocuparse, exagerar la gravedad de las sensaciones de dolor y sentirse impotente ante el dolor. La catastrofización del dolor se asocia con mayor dolor y desajuste en el dolor agudo, como dolores de cabeza y enfermedades reumáticas. Las personas con antecedentes traumáticos tienen más probabilidades de catastrofizar. La catastrofización del dolor puede comunicar la necesidad de apoyo del paciente para lidiar tanto con el dolor como con la angustia emocional que acompaña al dolor. Desafortunadamente, a largo plazo, el catastrofismo puede socavar las necesidades de apoyo de los pacientes.

4. Apego

La vulnerabilidad en los encuentros interpersonales y la alta sensibilidad al rechazo asociada con la incapacidad para crear vínculos de confianza son características del estilo de apego inseguro. Las dificultades en la creación de relaciones interpersonales pueden a su vez contribuir a la difícil construcción de la alianza terapéutica. Un cuerpo sustancial de investigación demuestra que tener un vínculo inseguro con los padres es un factor de riesgo para resultados de mala adaptación (Lumley, 2011). Por ejemplo, la evidencia muestra que un estilo de apego inseguro contribuye a una alta intensidad del dolor y discapacidad, a sentir el dolor como una amenaza y a un mayor grado de angustia relacionada con el dolor. El apego inseguro también se correlaciona con altos niveles de depresión, ansiedad y catastrofismo y con una tendencia a expresar la angustia de manera somática.

5. Consciencia emocional

Las personas varían en el grado en que expresan verbal y no verbalmente sus emociones. La dificultad con la consciencia y la expresión de las emociones se relaciona con la expresión somática frecuentemente observada de los trastornos del estado de ánimo. Es decir, los problemas emocionales se pueden expresar a través de síntomas corporales. Por ejemplo, la evidencia mostró que la inhibición de la ira predijo índices de dolor más altos al final del día, mientras que la expresión de ira predijo índices de dolor más bajos, entre mujeres con fibromialgia. Entre las personas con dolor lumbar, la supresión de la ira condujo a un aumento del comportamiento del dolor durante una tarea funcional. Muchas personas manifiestan sus ansiedades y preocupaciones como síntomas físicos como dolor abdominal. La somatización puede entenderse como un modo de comunicación de síntomas dolorosos (duelo o melancolía).

6. Factores psicológicos positivos

Los factores psicológicos positivos, a saber, la esperanza, la aceptación del dolor y el optimismo, afectan la adaptación al dolor persistente. La aceptación del dolor se define como aceptar lo que no se puede cambiar, involucrarse en actividades significativas a pesar del dolor y disminuir las luchas ineficaces para eliminar el dolor. La aceptación requiere que el individuo continúe con las actividades que valora y mantenga sus metas personales a pesar de la presencia del dolor. La evidencia sugiere que los sujetos con niveles más altos de aceptación del dolor experimentan niveles sustancialmente más bajos de dolor y angustia.

En resumen, los factores psicológicos influyen en la percepción del dolor al afectar las variaciones individuales en la sensibilidad al dolor. Reducir el daño emocional podría ser importante para los pacientes con dolor crónico.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Shahram Heshmat Ph.D.

El Dr. Shahram Heshmat, es profesor asociado emérito de economía de la salud de la adicción en la Universidad de Illinois en Springfield.

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