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Los puntos clave
- Muchas preocupaciones "sexuales", en realidad son de autoestima, habilidades de comunicación y autoaceptación.
- La mayoría pueden ser abordadas con éxito por cualquier terapeuta que se sienta cómodo con la sexualidad.
- Si alguien no soporta el comportamiento de su pareja, las dificultades sexuales no se quedan atrás.
Las guerras culturales de Estados Unidos a menudo se centran en la sexualidad, pero las preocupaciones sexuales de la mayoría de las personas son mucho más simples.
Desafortunadamente, la mayoría de los psicólogos y médicos tienen poca o ninguna capacitación para ayudar a los pacientes con problemas sexuales comunes. Los terapeutas sexuales la tienen, por supuesto, pero solo hay unos pocos miles en Estados Unidos, y la mayoría de los estadounidenses ni siquiera saben que existe la especialidad.
Como terapeuta sexual con más de 40,000 horas de trabajo con parejas e individuos, puedo responder la pregunta: ¿cuáles son las preocupaciones sexuales centrales de la gente común? Aquí están:
"Me preocupa que mis fantasías sexuales no sean normales. O que quieren decir algo malo de mí. ¿Cuánta fantasía está bien? ¿Y está bien fantasear para llegar al clímax con mi esposo?"
La mayoría de las personas no se dan cuenta de cuán comunes y relativamente mansas son sus fantasías sexuales. Muy pocas personas fantasean con su pareja, porque ¿por qué fantasear con algo si ya podemos conseguirlo en la vida real? Tabú es el nombre del juego de fantasía: actividades y compañeros que "no deberías" hacer, arriesgándote a consecuencias graves con las que nunca jugarías en la vida real.
La mayoría de las personas saben que sus fantasías no sexuales no son peligrosas, ya sea robar un banco y mudarse a Tahití, o matar a un jefe despiadado y salirse con la suya. Del mismo modo, la mayoría de las fantasías sexuales tienen muy poco valor predictivo. "Interpretar" fantasías sexuales es un juego de salón que nadie debería tomarse en serio.
"¿Cómo puedo hacer frente a los cambios sexuales provocados por el envejecimiento?"
En una cultura obsesionada con la juventud, no es de extrañar que las personas vean prácticamente todos los cambios de vida relacionados con la edad como malos, o algo que posponer o prevenir. Si podemos reconocer los cambios sexuales relacionados con la edad, podemos pensar claramente qué cambios aceptar, cuáles manejar y a cuáles oponernos. Tomar más tiempo para excitarte, por ejemplo, solo es un problema si presupuestas muy poco tiempo para un encuentro sexual.
"Estoy enamorado de una gran persona, pero somos sexualmente incompatibles. ¿Qué debo hacer?"
Contrariamente a algunos estereotipos, la mitad de los que tienen menos deseo que su pareja son hombres, no mujeres. Dadas las ideas culturales sobre normas y estereotipos, esto puede crear dificultades adicionales para los hombres de menor deseo y las mujeres de mayor deseo.
Como cualquier otra parte de nuestra composición personal, el deseo sexual (libido) se distribuye entre la población: algunas personas son más bajas, otras más altas, otras medianas. Para algunas personas, la libido varía mucho según el estado de ánimo, la higiene personal, el estado de una relación y, oh, la fase de la luna. Para otros, su deseo (ya sea bajo o alto) es estable independientemente de las circunstancias.
Muchas personas tienen un enorme deseo por una persona, pero muy poco por otra. Esta no es una orientación especial, es la forma en que la gente siempre ha sido. Esto se debe a que el deseo es el producto de docenas de factores: biológicos, psicológicos y situacionales.
Si dos personas están contentas con muy poco sexo, está bien. Y si ambos valoran mucho el sexo y disfrutan sexualmente el uno del otro, eso también está bien. Es cuando dos personas con personalidades sexuales muy diferentes se juntan que surgen problemas. Y por razones que nadie puede entender, esto es muy, muy común. Enloquecedoramente (y tristemente) común, si eres terapeuta.
Si bien las personas con mayor deseo pueden perder gran parte de su impulso si las circunstancias colapsan, las personas con menor deseo de por vida generalmente no se convierten en personas con alto deseo. Y cuando una pareja de deseos "mixtos" tiene problemas, estos problemas no siempre se pueden resolver.
"¿Cómo hago para que mi pareja me toque o haga el amor conmigo de manera diferente? ¿Qué digo cuando me pregunta por qué no voy a hacer una determinada cosa en la cama que realmente quiere?"
Después de que las personas están juntas por un tiempo, aprenden las preferencias alimentarias de los demás: qué tan picante les gusta la comida, si les gusta la carne roja o bien cocida, si comen verduras con entusiasmo o a regañadientes. ¿Beben agua con las comidas? ¿Café o té después? ¿Y el postre?
Lo mismo debería ser cierto sobre las preferencias sexuales: ¿Qué le gusta a Rosa todo el tiempo, parte del tiempo o nunca? ¿Cuánto le gusta a Marco que lo empujen a hacer algo? A nadie le gusta todo, y a nadie le gustan las cosas que le gustan en un grado uniforme: cuando una persona ha dormido bien por la noche y sus tareas están hechas, puede estar más entusiasmada con las actividades sexuales con las que a menudo son ambivalentes.
La comunicación es realmente crucial: ¿estás dispuesto a decir la verdad sobre tu sexualidad claramente, pedir lo que quieres y decir que no cuando quieras, todo sin disculpas? Si lo haces, y tu pareja se niega a honrar esto, no tienes un problema sexual, tienes un problema de relación.
"Tengo una disfunción sexual, ¿y ahora qué?"
Primero, definamos "disfunción". Todos tenemos condiciones que son necesarias para que nuestros cuerpos deseen y respondan sexualmente. Las personas sanas no se excitan cuando están enojadas, heridas o asustadas. Las personas sanas no desean actividades que creen que no disfrutarán. Estas situaciones no son "disfunciones".
La ansiedad por el rendimiento explica muchas relaciones sexuales decepcionantes, como la pérdida de la erección. La ansiedad se trata mejor con terapia, con o sin medicamentos. Es una de las condiciones sexuales con los mejores resultados.
A veces, problemas médicos como la diabetes, la enfermedad de Hashimoto, la osteoartritis o los efectos secundarios de los medicamentos provocan disfunción sexual. Un médico puede ser lento para discutir el aspecto sexual de una condición de salud, lo que significa que el paciente tiene que plantear el tema.
El primer paso es discutir tus preocupaciones con tu pareja, no como una pelea, sino como una situación recurrente que necesita su atención conjunta.
"Tengo miedo de que mi pareja me esté engañando" o "años después, mi pareja todavía no puede superar mi infidelidad".
Las mentiras y la infidelidad se encuentran entre los casos más comunes con los que trato cada semana. Algunas personas son sospechosas crónicamente y eventualmente alejan a una pareja fiel. Otras personas están en matrimonios de bajo sexo o sin sexo y eventualmente sienten que no tienen opciones, especialmente cuando no tener sexo también significa no tener afecto.
"Demasiado bueno para irse, demasiado enojado y herido para querer quedarse" es un dilema común después de que se descubre o revela la infidelidad. Les digo a las personas que no se apresuren, pasarán por muchas emociones en los primeros meses, que deben resolverse.
Algunas personas nunca superan la infidelidad de su pareja, casi como si la estuvieran esperando toda la vida. Y ahora que lo peor ha sucedido, planean estar tan atentos para que no pueda volver a suceder. Excepto que la vigilancia no puede evitar la traición. Solo puede impedir la reconciliación.
Las respuestas típicas a sentirse traicionado son las mismas independientemente de la orientación o identidad sexual de alguien. El dolor de la infidelidad (en ambos lados de la traición) es una oportunidad para crecer y aprender sobre ti mismo. Es una oportunidad que nadie quiere, pero tratar de superar la infidelidad sin crecer es una oportunidad desperdiciada, y limita los posibles resultados de la crisis.
Para encontrar un terapeuta, visita el Directorio de Terapia de Psychology Today.
A version of this article originally appeared in English.
