La importancia de la salud sexual para las personas con esquizofrenia

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A menudo se descuida la sexualidad en la atención de pacientes con esquizofrenia. El mito cultural nos lleva a creer que las necesidades humanas básicas como el amor, el romance, el sexo o la asociación a largo plazo desaparecen simplemente porque parecemos psicóticos o “locos”.

Mi tía habló de su deseo de tener relaciones sexuales, casarse y tener hijos hasta bien entrada la sesentena a pesar de que le diagnosticaron esquizofrenia severa cuando tenía 14 años. Pasó la mayor parte de su vida en un ambiente desolado, privada de la conexión social natural que las personas sin enfermedades mentales reciben naturalmente debido al estigma de relacionarse con personas "locas".

Después de que yo misma fuera diagnosticada con un trastorno esquizoafectivo, también luché muy duro contra este estigma interiorizado. Me di cuenta de que la sexualidad de las personas con esquizofrenia es muy importante para la conexión humana y decidí convertirla en una prioridad. Se podría plantear el argumento de que se debe prestar más atención a las facetas del placer humano para los pacientes con esquizofrenia.

La ciencia indica que las personas con esquizofrenia pueden necesitar más atención de todos modos. En un estudio cualitativo publicado este mismo año, se entrevistó a 69 personas con esquizofrenia sobre sus hábitos sexuales. Solo el 78 por ciento de la muestra había sido sexualmente activa alguna vez en su vida. De ese número, el 65 por ciento de ellos no usó un condón durante las relaciones sexuales recientes. Más del 57 % de ese grupo tampoco se había hecho nunca una prueba de detección de una infección de transmisión sexual (ITS), mientras que se encontró que el 19 % de los que sí se hicieron la prueba tenían una ITS (Brown et al., 2022). Solo el 16 por ciento de la población normal experimenta una ITS en su vida en Australia, donde se realizó este estudio (Willis, 2019).

Lo que es peor, el abuso sexual infantil puede contribuir al desarrollo de la psicosis. En otro estudio, se entrevistó a 2,759 personas en Australia sobre su abuso sexual infantil que ocurrió antes de los 16 años. Más del 3 por ciento de las personas desarrollaron psicosis después de haber sufrido específicamente abuso sexual con penetración, mientras que el 2 por ciento desarrolló esquizofrenia. El abuso que no fue penetrante no se asoció con trastornos psicóticos (Cutujar et al., 2010).

La asociación más severa fue para aquellas personas cuyo abuso ocurrió después de los 12 años, involucró a más de un perpetrador y también fue penetrante, con tasas de aproximadamente 9 por ciento para psicosis y 17 por ciento para personas con esquizofrenia (Cutujar et al., 2010) .

Las personas que desarrollan el trastorno son propensas a la falta de satisfacción sexual y la disfunción sexual también es común en las personas con esquizofrenia. Incluso el tratamiento de la esquizofrenia puede empeorar la disfunción sexual. Los antipsicóticos que elevan los niveles de prolactina afectan la libido de las mujeres, y se ha encontrado que los pacientes con esquizofrenia no tratados tienen menos disfunciones sexuales que los tratados (Seeman, 2013).

No puedo evitar pensar en el libro de Ron Power llamado “A nadie le importan los locos”, mientras leo estas estadísticas. Los esfuerzos realizados para ayudar a las personas con esquizofrenia son tan escasos que ni siquiera es un tema en el que la gente piensa cuando considera nuestro bienestar.

Hay que comenzar con uno mismo y abogar por ello en la atención médica. Cuantos más pacientes hablen de sus propias necesidades, más médicos deberán reconocerlas.