La IA y el cruce de caminos que se avecina

“Lo veo como que necesitamos unir la voluntad del espíritu con la obra de la carne”. —de la película The Way (2010)

Una rotonda es un cruce de carreteras en el que el tráfico se mueve en una dirección alrededor de una isleta central para llegar a una de las carreteras que convergen en ella. Simbólica del viaje de la vida en muchos sentidos, una rotonda se trata de entrar en un camino o vía para llegar a un camino más deseable. Es un viaje de descubrimiento. Las rotondas son un recordatorio de que estamos constantemente entrando y saliendo de diferentes experiencias en nuestras vidas.

Entonces, ¿cuál es la simbología de las rotondas para nuestro desarrollo del yo? ¿Cómo se conectan las rotondas con la evolución del yo? Todos entramos en la vida y salimos de la vida, lo cual no se puede negar. ¿Qué más está pasando?

Debido a que somos seres sintientes, experimentamos sensaciones y emociones. Somos capaces de tener una conciencia perceptiva de nuestra propia existencia. Esta conciencia nos impulsa, sin juego de palabras, hacia experiencias y descubrimientos nuevos y novedosos sobre quiénes somos y dónde queremos terminar. Tal vez este sea nuestro yo espiritual, que necesita aclaración y propósito. Sin embargo, también es nuestro ser físico porque no podemos dejarlo atrás. Una canción de 1990 de Crowded House sugería “siempre llévate el clima contigo”, lo que podría ser comparable sinérgicamente en algunos aspectos.

La IA y la rotonda

El espíritu y la carne están casados desde el nacimiento; no se necesita ceremonia. Son el yin y el yang del yo. A medida que entramos en la rotonda de nuestras vidas en 2023, según el director ejecutivo de Google, Sundar Pichai, el mayor cambio en la existencia humana, la IA, está a punto de entrar con nosotros. Pichai admite que existe en la industria de la IA una “caja negra” o un área que no podemos predecir o conocer en este momento. Pichai también admite que vamos a necesitar más que ingenieros para navegar por el futuro de la IA. Dice que vamos a necesitar científicos sociales.

Curiosamente, se cree que los científicos sociales son necesarios después de la implementación de la tecnología y no en sus fases de planificación. Esto suena muy familiar. ¿No es esta la misma situación en la que nos encontramos ahora con los teléfonos móviles y otros dispositivos de pantalla en manos de niños de dos años? Y con el tiempo, lo que hemos aprendido es que está creando una población más distraída, compulsiva, solitaria, deprimida y ansiosa.

El momento de incorporar conocimiento sobre los impactos sociales de la tecnología en la sociedad es en la fase previa a la implementación, no posterior a la implementación. La historia de la tecnología hasta la fecha se trata de: “Porque podemos, debemos”. Se espera que los científicos sociales sean parte de la limpieza del sesgo tecnológico que empujó a la sociedad a este lugar demasiado pronto.

El momento de la entrada de ciencias sociales es antes de entrar en la rotonda. De lo contrario, entramos sin saber por dónde van todos los demás coches. Pedir ayuda a los científicos sociales después de salir de la rotonda es demasiado tarde. Ahora estamos siendo reclutados como bomberos para apagar el fuego.

“La IA es una herramienta. La elección sobre cómo se implementa es nuestra”.—Oren Etzioni

Los tecnócratas deben estar preparados para investigar el impacto potencial de sus creaciones antes de arrojarlas a una población desprevenida y desinformada. Decir que tenemos una “caja negra” es admitir que no estamos listos para presentar la IA al público. Ya hemos comenzado este viaje en muchas áreas, pero es necesario realizar más investigaciones antes de que la IA se convierta no solo en un activo, sino también en un pasivo. Los estudios indican que, en algunos contextos actuales, las desventajas de los sistemas de IA afectan de manera desproporcionada a los grupos que ya están en desventaja por factores como la raza, el género y el entorno socioeconómico (Barocas & Sebst, 2016).

Pichai admitió que las noticias falsas, que ya son un problema importante, podrían volverse aún más problemáticas con el advenimiento de la IA. Nuestra rotonda con la IA, que desató la “caja negra”, parece una intersección amenazante para la condición humana. El término “caja negra” es interesante porque eso es lo que solemos buscar después de un accidente. Tenemos que observar la IA previo al accidente.

Crear la carne de la tecnología, las máquinas, es la parte fácil. Junto con tales esfuerzos, los diseñadores e investigadores de una variedad de disciplinas deben realizar lo que llamamos un análisis de sistemas sociales de IA. Necesitamos evaluar el impacto de las tecnologías en su entorno social, cultural y político (Crawford & Calo, 2016). Necesitamos calificar y cuantificar el espíritu de la IA. ¿Cómo afectará la IA al espíritu del ser humano en un mundo que depende de máquinas sobrehumanas? ¿Se adaptará la psique humana, como sugieren los ingenieros? ¿O hay algún aspecto de la adaptabilidad humana que los ingenieros no han considerado? Necesitamos esa información antes, no después.