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Verificado por Psychology Today

Genética

La evidencia sugiere que el "Síndrome de la Habana" fue provocado por sugestión masiva

Los estudios sugieren que una “enfermedad misteriosa” en Cuba fue causada por el contagio social.

Los puntos clave

  • El "síndrome de La Habana" es el más reciente de una larga historia de temores sobre nuevas tecnologías. No será el último.
  • Informes clasificados concluyen que la enfermedad psicógena jugó un papel importante en el "síndrome de La Habana".
  • Las acciones recientes del Departamento de Defensa equivalen a un experimento global de sugestión masiva.
  • Siguen circulando mitos sobre el "síndrome de la Habana".

El contenido de dos investigaciones del gobierno de EE. UU. sobre los orígenes del 'Síndrome de La Habana' encontró que la enfermedad psicógena masiva probablemente fue un factor importante del brote. La condición fue reportada por primera vez a fines de 2017 por diplomáticos estadounidenses en Cuba e incluye fatiga, problemas de memoria, náuseas, dolor de oído, mareos, confusión, dolores de cabeza, problemas para dormir y sensaciones de presión. Si bien se informa comúnmente que el daño cerebral es parte de la afección, tales afirmaciones no están respaldadas por los datos. Como observa R. Douglas Fields del Instituto Nacionales de Salud, "no hay evidencia de patología alguna... cuando miras los datos, no hay un síndrome coherente, ningún patrón" (Hamilton 2019).

DedMityay/Shutterstock
Source: DedMityay/Shutterstock

El primer informe, Señales acústicas y efectos fisiológicos sobre diplomáticos estadounidenses en Cuba, fue elaborado por un grupo de científicos especialistas que asesoran en temas de seguridad nacional. Sus hallazgos fueron publicados en septiembre de 2021 bajo la Ley de Libertad de Información. El informe consideró que las afirmaciones de radiación de microondas que implican el "efecto Frey" eran inverosímiles. Este efecto implica la producción de chasquidos apenas audibles. Sin embargo, los sonidos que escucharon los diplomáticos en Cuba no se parecían al Efecto Frey. Además, se realizaron más de una docena de grabaciones durante los "ataques". El análisis reveló que fueron identificados como los sonidos de grillos y cigarras. Uno de los primeros científicos en identificar cómo funciona el efecto Frey, el profesor de bioingeniería Ken Foster de la Universidad de Pensilvania, dijo que "el efecto Frey es real, pero no tiene nada que ver con el síndrome de La Habana". Foster dice que es muy poco probable que el efecto pueda convertirse en un arma (Foster 2021). Los hallazgos de un segundo informe, elaborado por la Unidad de Análisis de Comportamiento del FBI, se filtraron recientemente al periodista ganador del Premio Pulitzer Adam Entous. Concluyó que las víctimas estaban experimentando una "enfermedad psicógena masiva".

Un experimento global en psicología de masas

En 2018, después de que varios diplomáticos estadounidenses estacionados en China informaran de "ataques", el Departamento de Estado advirtió que su cuerpo extranjero debería estar atento a los ataques en otros lugares. Hasta la fecha, se han informado "ataques" a funcionarios estadounidenses en más de una docena de países, incluidos China, Australia, Reino Unido, Uzbekistán, Colombia, Alemania, Austria, Vietnam y cerca de Casablanca. La propagación del 'síndrome de La Habana' en todo el mundo no es sorprendente dado que los síntomas son tan vagos y comunes. Al advertir a los diplomáticos y oficiales de inteligencia que estén atentos a "incidentes de salud anómalos" que pueden o no estar acompañados de sonidos extraños, el gobierno de Estados Unidos ha creado un experimento global en el efecto nocebo mediante el cual las expectativas negativas producen síntomas negativos. Piensa en ello como lo opuesto al efecto placebo. Para complicar las cosas, en septiembre, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, envió cartas a casi 2.9 millones de militares, funcionarios civiles y contratistas, advirtiéndoles que estén atentos a cualquier incidente de salud inusual. Declaró, en parte, “En el transcurso de los últimos años, y predominantemente en el extranjero, algunos miembros del personal del Departamento de Defensa (DOD) han informado de una serie de eventos sensoriales repentinos y preocupantes como sonidos, presión o calor al mismo tiempo o inmediatamente antes la aparición repentina de síntomas como dolores de cabeza, dolor, náuseas o desequilibrio (inestabilidad o vértigo)". El hecho de que a casi 3 millones de personas se les haya dicho que estén alertas a incidentes de salud anómalos es una receta para un próximo grupo de incidentes de salud anómalos conforme los sujetos redefinen una plétora de condiciones bajo una nueva etiqueta, “Síndrome de La Habana”.

El mito del daño cerebral

Una de las razones por las que se ha extendido la creencia de que el "síndrome de La Habana" es causado por un arma secreta es la continua denuncia de desinformación. Quizás el mayor mito es que muchas víctimas sufrieron daño cerebral. Esto se popularizó después de la publicación de un estudio de 2019 en el Journal of the American Medical Association. El estudio encontró anomalías cerebrales en los pacientes. Sin embargo, esto no es lo mismo que el daño cerebral, pero se informó ampliamente como tal.

De hecho, el mismo estudio admitió que las anomalías no eran tan significativas como para descartar la posibilidad de que fueran causadas por variaciones individuales (Ragini et al., 2019). Además, se han provocado anomalías similares por la exposición al estrés a largo plazo, que es lo que estaba experimentando el personal de la embajada después de que se difundieron los rumores de que estaban siendo blanco de ataques sónicos utilizando un arma secreta. Además, 12 de los pacientes tenían antecedentes de conmociones cerebrales, en comparación con cero en un grupo de control sano. Esto solo podría explicar las diferencias entre los dos grupos (Baloh y Bartholomew 2020).

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Robert Bartholomew Ph.D.

El Doctor Robert Bartholomew, es sociólogo médico nacido en los Estados Unidos además de escritor, periodista y defensor de derechos humanos.

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