Pornografía
El movimiento NoFap
No hay nada nuevo en esta pelea contra darse amor a uno mismo
3 de julio de 2020 Revisado por Gary Drevitch
Como se podrán imaginar, me preguntan mucho acerca del movimiento NoFap. NoFab (el nombre ahora es marca registrada) es un grupo en línea de hombres que promueven la abstinencia de masturbación con porno. Según los reportes, el grupo empezó inicialmente como un chiste, y un reto para no masturbarse. Se han convertido en un grupo comprometido, entusiasta y sonoro, cuyos gritos estridentes y lenguaje hiperbólico reciben bastante atención de los medios. Yo no me opongo a ellos, pero sí creo que sus ideas son simplistas e ingenuas, y promueven una percepción triste, reduccionista y distorsionada de la masculinidad y la sexualidad masculina.
No hay nada nuevo en lo que postulan. En el siglo XVIII, un médico suizo llamado Tissot promovió la idea de que la masturbación era una enfermedad clínica, que debilitaba el espíritu masculino y creaba inmoralidad y mala salud. Los médicos estadounidenses siguieron esta idea por mucho tiempo, incluyendo a Benjamin Rush, quien creía que la masturbación provocaba ceguera, y W.K. Kellogg quien inventó los Corn Flakes como parte de una campaña antimasturbación. Los problemas anecdóticos que veían estos médicos eran efectos sin tratar de enfermedades de transmisión sexual como sífilis y gonorrea. Los avances en medicina sexual del siglo pasado nos dicen que la masturbación es muy saludable, las personas que se masturban más, en promedio, tienen relaciones más saludables, viven más, saben más sobre sus propios cuerpos y tienen mejores vidas sexuales.
El grupo de NoFap regurgita muchos antiguos mitos acerca de cómo evitar la masturbación les ayuda a ser más energéticos, más sexuales, más viriles y más masculinos. Ahora lo han emparejado con la nueva idolatría moderna a la ciencia cerebral, haciendo muchas extrapolaciones basadas en ciencia endeble para argumentar que el porno tiene un efecto desproporcionado en el cerebro. Actualmente también se están vinculando con grupos morales que se oponen al porno sobre una base feminista y religiosa, y usan el mismo lenguaje con base cerebral para enmascarar que sus argumentos en realidad son morales, no médicos. Nadie en el movimiento es realmente un científico que investigue la fisiología y función neuronal. En su lugar, son amateurs entusiastas que han aprendido lo suficiente acerca de la ciencia cerebral para ser peligrosos: ven lo que esperan ver e interpretan la ciencia cerebral para respaldar lo que asumen.
La estimulación sexual sí funciona sobre los sistemas de recompensa del cerebro, pero los argumentos de NoFap están basados en ideas muy simplistas y reduccionistas sobre la manera en la que funciona el cerebro, la manera en la que funciona el sexo y lo que es el porno (como videoss vs imágenes, libros eróticos vs películas, porno duro vs porno suave, etc). Hay tanto que ignoramos acerca de estas cosas y tantas definiciones subjetivas que todos estos individuos están haciendo argumentos muy, muy alejados de los datos. Debido a que entran a la discusión con asunciones morales acerca del sexo, el porno y la masculinidad, están sujetos al efecto de expectativa, y ven lo que quieren ver en investigaciones que son, cuando menos, ambiguas.
Eso es lo peligroso. Los datos incorrectos, la falta de conocimiento y la intrusión de valores morales son lo que llevó a personas como Kellogg a argumentar a favor de cirugías como las clitorectomías, y a favor del uso de restricciones físicas para evitar la masturbación. Este mismo tipo de argumentos impulsados por la moral llevaron a que la homosexualidad se considerara una enfermedad y que las mujeres sexuales fueran etiquetadas como ninfómanas.
El argumento más reciente del movimiento NoFap es que el porno está causando disfunción eréctil. Este es un asunto complejo porque fue hasta décadas recientes que empezamos a aprender acerca de la disfunción eréctil y empezamos a entender que es bastante común, incluso entre hombres jóvenes. Entre los hombres jóvenes, las causas suelen ser los efectos de medicamentos, la ansiedad, los cigarrillos, las drogas, la obesidad, y la falta de experiencia sexual. Actualmente, a los jóvenes se les hace fácil masturbarse con el porno. Pero luego, con una pareja del sexo opuesto, pueden sentirse nerviosos debido a su falta de experiencia y la gran presión impuesta en el desempeño sexual de los hombres, así que se les dificulta lograr una erección.
Tristemente, el movimiento NoFap promueve la profecía autocumplida de que es el porno el que crea este efecto, así que es comprensible que esos hombres culpen al porno y no a sí mismos. Esa es una confusión desafortunada que lleva a externalizar el problema, colgándole la culpa de la disfunción eréctil al chivo expiatorio del porno.
A version of this article originally appeared in English.