Skip to main content

Verificado por Psychology Today

David A. Clark Ph.D.
David A. Clark Ph.D.
Ansiedad

¿Cómo sé si pienso demasiado?

Pasar demasiado tiempo dentro de nuestra cabeza puede ser peligroso para nuestra salud mental.

Photo by Nathan Cowley from Pexels
Fuente: Photo by Nathan Cowley from Pexels

A veces, los pensamientos pueden ser abrumadores. Muchos de mis clientes me han expresado que se sienten frustrados, hasta angustiados por sus implacables experiencias de interrogatorio mental autoimpuesto. Ocurre como una necesidad irresistible de analizar prácticamente todo lo que piensan, pero, especialmente los pensamientos no deseados, espontáneos que de repente aparecen en sus mentes.

Consideremos a una joven a la que llamaré Claudia. Ella estaba buscando tratamiento para su ansiedad, pero después de un breve periodo de tiempo, fue claro que estaba atrapada en una trampa mental autodestructiva. Cualquier pensamiento negativo indeseado provocaba un proceso agonizante de autoevaluación.

Se preguntaba una y otra vez "¿qué me hizo tener este pensamiento?", "¿qué significa?", "¿qué tal que me estanco y me pongo más y más ansiosa?" o "necesito encontrar una manera de controlar mejor mi mente." Pasaba horas analizando los pensamientos que aparecían repentinamente en su cabeza. También sobreanalizaba lo que le decía la gente, siempre cuestionando si había una intención negativa en el comentario. Claudia admitía que estaba"atrapada" en su propia cabeza.

¿Suena familiar este ciclo angustiante de sobreanalizar los pensamientos? Pensar demasiado es una característica prominente de la preocupación, la fijación y los pensamientos obsesivos. Pero no se limita a esas condiciones. Puede ser un problema por derecho propio, pero, aún así, pocas personas reconocen el efecto negativo que puede tener en nuestra salud emocional, felicidad y bienestar. Muchas personas terminan por concluir que pensar demasiado es parte de su personalidad; no saben que hay estrategias disponibles para lidiar con este hábito inductor de ansiedad.

La mente que piensa demasiado

Uso el término "pensar demasiado" para referirme a una tendencia excesiva de monitorear, evaluar e intentar controlar todo tipo de pensamientos. Quienes piensan demasiado no solamente están sumamente conscientes de sus pensamientos, sino que también pasan mucho tiempo intentando entender las causas y significados de sus pensamientos.

A veces esto puede ser una característica útil si nuestros pensamientos son importantes y necesitamos decidir sobre el mejor curso de acción. Por ejemplo, si tenemos pensamientos como: "¿debería dejar a mi pareja y pedir el divorcio?" "Este trabajo no me está llevando a ningún lado, tal vez necesito un nuevo empleo," o "tengo dolores en el pecho; tal vez debería ir al hospital", definitivamente necesitamos prestarle atención a esos pensamientos. Ignorarlos o no tomarlos en serio podría ser verdaderamente desastroso.

Pensar demasiado es un problema de otro tipo de pensamientos: negativos e invasivos. Cuando le prestamos demasiada atención a esos pensamientos, analizamos demasiado su significado y nos esforzamos demasiado en un intento de controlarlos, podemos caer en formas poco saludables de pensamiento, como la preocupación, la fijación, obsesión y cosas por el estilo. Y cuando sobreanalizamos pensamientos negativos e invasisos, podemos terminar ansiosos, deprimidos, frustrados y llenos de culpa.

Señales de que pensamos demasiado

Si existe la posibilidad de que este sea un problema, podemos considerar las siguientes preguntas, basadas es una evaluación que desarrollé para El libro de trabajo de los pensamientos ansiosos:

  • ¿Estoy fácilmente consciente de lo que estoy pensando en cualquier momento?
  • ¿Me cuestiono con frecuencia por qué estoy teniendo ciertos pensamientos?
  • ¿Con frecuencia busco un significado más profundo y personal de mis pensamientos?
  • Cuando algo me molesta, ¿suelo enfocarme en lo que estoy pensando?
  • ¿Tengo una necesidad poderosa de saber o entender cómo funciona mi mente?
  • ¿Siento que es importante tener un control estricto sobre mis pensamientos?
  • ¿Tengo una baja tolerancia para pensamientos espontáneos o no deseados?
  • ¿Tengo problemas frecuentes para controlar mis pensamientos?

Si la respuesta fue afirmativa para muchas de estas preguntas, es posible que tengamos una tendencia a pensar demasiado.

Hay dos peligros en esto. Si pensamos demasiado sobre los problemas importantes de nuestras vidas, podemos estancarnos en la indecisión, dilación y evitación. Una persona que está reflexionando sobre sus problemas con su relación, carrera, identidad y cosas similares, necesita pasar tiempo para reflexionar a consciencia, pero pasar demasiado tiempo dentro de nuestras cabezas puede resultar costos. Por el otro lado, todos tenemos pensamientos invasivos y negativos que es mejor solo dejar ser. Darle tiempo a estos pensamientos puede llevarnos a una considerable angustia personal.

Cómo evitar pensar demasiado

Cuando estemos siendo presas de pensar de más, podemos tomar varios pasos:

  • Saber qué los provoca. Incluso los más ávidos sobrepensadores no lo hacen todo el tiempo. Probablemente hay ciertos pensamientos o problemas que tienen más probabilidad de hacernos pensar de más. Si nos preocupamos demasiado, por ejemplo, los pensamientos sobre el futuro probablemente son los que más incitan el pensar demasiado. Para otra persona, tal vez pensar en qué tan capaces son o si le caen bien a los demás puede ser lo que active los pensamientos así. Cualquiera que sea el caso, es importante conocer los "puntos de tensión" que provocan que pensemos de más.
  • Estar conscientes de que pensamos de más. Para reducir nuestras posibilidades de pensar de más, necesitamos saber que está pasando. ¿Cuáles son las señales que nos dicen que lo estamos haciendo? ¿Es cuando estamos intentando interpretar el significado de un pensamiento invasivo cuando probablemente no tiene ningún significado oculto? ¿Es cuando nos esforzamos demasiado para controlar o suprimir el pensamiento? O ¿es cuando nos asustamos o ponemos ansiosos a causa del pensamiento? Todas estas, y otras más que podemos detectar, indican que ya cruzamos la línea hacia pensar de más.
  • Aceptar por completo que es inútil. No seremos capaces de evitar el pensar de más si creemos que tiene algún valor para nosotros. Evaluemos nuestras experiencias al pensar de más y anotemos cómo hacerlo ayudó en algo. ¿Pensar de más resultó en alguna revelación o solución importante? ¿Hubieron más consecuencias positivas o negativas relacionadas con ello?
  • Desengancharse. Cuando la gente pasa "demasiado tiempo en su cabeza" esto significa un enganchamiento excesivo con los pensamientos indeseados. El enfoque opuesto es desengancharse del pensamiento. Así que, la mejor manera de evitar pensar de más es una aceptación consciente en la que observamos pero no evaluamos nuestros pensamientos indeseados. Un segundo camino es la distracción enfocada, en la que pasamos nuestra atención a otro tren de pensamiento o actividad, sin iniciar ningún intento por resolver o entender el pensamiento indeseado que estamos sobreprensando.

Pensar demasiado puede lastimar nuestra salud emocional, especialmente cuando se dirige hacia pensamientos, imágenes o recuerdos indeseados y espontáneos. Afortunadamente, podemos aprender a evitar esta inútil manera de pensar a través de una mayor consciencia y la práctica de desenganche mental.

A version of this article originally appeared in English.

publicidad
Más de Psychology Today
Más de Psychology Today