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Verificado por Psychology Today

Emociones

Cómo manejar el enojo, una de las emociones más difíciles

Ayuda a tus hijos pequeños a controlar sus “enojos”.

Los puntos clave

  • La ira es una gran emoción; aprender a manejarla ayuda a los niños a evitar problemas ahora y en el futuro.
  • La autorregulación es una habilidad que se puede enseñar, al igual que andar en bicicleta.
  • La autorregulación requiere repetición; debes practicar tanto por el bien de tu hijo como por el tuyo propio.

Toño, el primo de 5 años de Samuel, se quedó a pasar la noche con toda familia. El padre de Toño le pidió por segunda vez que dejara su tableta porque ya era hora de acostarse. Lo que siguió fue nuevo para Samuel: Toño tiró una pataleta tremenda, se arrojó al suelo y le gritó “Te odio” a su padre mientras pateaba el suelo. La madre de Toño entró en la habitación, levantó a su hijo, le frunció el ceño a su marido y le dijo a Toño que le leería un cuento.

¿Problema resuelto? Ni por asomo. La rabieta de Toño terminó, pero este tipo de crisis en un niño de 5 años significa que aún no ha aprendido a manejar la intensidad de su ira de manera que le evite problemas en el jardín de infantes y más allá.

Más tarde esa noche, la madre de Samuel y su hermana (la madre de Toño, Susana) hablaron. Susana se disculpó: “Simplemente no quería que Toño se avergonzara delante de Samuel”.

La mamá de Samuel respondió: “Samuel solía perder la cabeza así cuando era pequeño, pero creo que tienes que hacer de tripas corazón, hermana, y enseñarle a manejar esas cosas porque rescatarlo así no ayudará a largo plazo. Necesita aprender a tolerar no conseguir todo lo que quiere”.

La hermana de Susana entiende algo importante. La subcontratación de la autorregulación como lo hizo Susana reduce la temperatura, es cierto, pero extingue la posibilidad de que Toño comience a aprender a regular esta gran emoción por sí solo. Y es grande: nuestro hijo de 3 años se desplomó en el sofá después de una pataleta particularmente dramática y le dijo a nadie en particular: “Me duele todo el cuerpo”.

La autorregulación es una habilidad que se puede enseñar, al igual que andar en bicicleta. Para los padres, el plan es simple:

  1. Tranquilízate (respirar lentamente ayuda) y mantén la calma. Es cierto que esto puede ser un desafío porque no es instintivo en esos momentos.
  2. Dale tiempo al niño para que se recomponga un poco.
  3. Habla suavemente.
  4. Narra la escena, asumiendo que conoces el detonador, lo cual no siempre pasa.

La mayoría de los niños pequeños eventualmente pueden decirte por qué están molestos, pero ese “cuerpo adolorido” necesita tiempo para calmarse. Es útil que puedas ofrecer algunas líneas mientras respiras lentamente y te tranquilizas: “Es difícil dejar de jugar con tu tableta favorita y te enojaste mucho”. Mientras hablas con calma, haz contacto visual.

Ahora, la parte de la autorregulación que se puede enseñar: “Necesitas dormir para seguir creciendo. No se siente bien enojarse tanto, pero aquí hay algo que ayuda. Respira profundamente tres veces, así [muestra la respiración profunda], y luego cuéntale a alguien a quien amas qué te hizo enojar tanto. Vamos a practicar…”

Eso es suficiente para empezar y es necesario repetirlo, pero debes seguir haciéndolo y practicar tanto por el bien de tu hijo como por el tuyo propio. El papá de Toño no fue el problema porque le quitó la tableta. Estaba haciendo su trabajo. Ahora, con ayuda, es momento de que Toño haga la suya.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Kyle D. Pruett M.D.

Kyle Pruett, Médico, es profesor clínico de psiquiatría infantil en la Escuela de Medicina de Yale y miembro del Consejo Asesor Educativo de la Escuela Goddard.

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