Relaciones
¿Cedes demasiado en las relaciones íntimas?
Cómo navegar las luchas de poder ordinarias y extraordinarias con tu pareja.
4 de octubre de 2021 Revisado por Vanessa Lancaster
Los puntos clave
- Las relaciones de poder son normales y de esperarse en una relación íntima.
- Las personas entran a relaciones íntimas con tendencias a definir o ceder basados en muchos factores.
- Sentirse resentido es un síntoma de ceder demasiado mientras que estar vigilante es un síntoma de no ceder lo suficiente.
La interdependencia está en el corazón de todas las asociaciones íntimas, y las negociaciones diarias entre una pareja pueden crear oportunidades de colaboración, cuidado y confianza. Al mismo tiempo, algunos corremos el riesgo de ceñirnos o satisfacer las necesidades de nuestra pareja de una manera que nos deja resentidos o entumecidos. A otros nos cuesta ceder y rara vez lo hacemos cuando el momento lo requiere. ¿Cómo sabes si eres demasiado complaciente o no lo suficiente? ¿Cómo son las negociaciones saludables en la práctica? Al final de este artículo, encontrarás algunas indicaciones de Autoconciencia Relacional sobre ceder que te ayudarán a identificar tus tendencias, sus orígenes y cómo avanzar.
Negociaciones extraordinarias y ordinarias
Las relaciones íntimas son románticas, sí. Pero también existen como una serie incesante de negociaciones. Algunas de estas son negociaciones extraordinarias:
- ¿Somos exclusivos?
- ¿Dónde deberíamos vivir?
- ¿Nos casamos?
- ¿Tu hermano vivirá con nosotros hasta que se recupere?
Muchas de ellas son negociaciones ordinarias, interacciones cotidianas que definen la dinámica entre las parejas. Imagina este ejemplo con una pareja casada. Eileen se acurruca en el sofá y deja la puerta abierta para disfrutar del aire de otoño. Jaime entra en la habitación y comienza a cerrar la puerta. Eileen dice, "¡espera! Por favor, déjala abierta”. Por supuesto, por pequeño que parezca, este momento es una lucha de poder: uno de los dos definirá lo que sucederá después y el otro cederá.
Las asociaciones íntimas están llenas de colaboraciones relacionales que requieren microdecisiones tomadas en tiempo real. Nuestro trabajo es enfrentar estos momentos de "definir y ceder" con gracia y gratitud. Vamos a jugar nuestro ejemplo un poco más:
- Jaime podría decidir mantener la puerta abierta en este momento, a pesar de su deseo de cerrarla, porque puede ver la alegría que trae a su pareja. Su forma de ceder proviene de un lugar de cuidado.
- Eileen le agradece por hacerlo, lo que con suerte evitará que Jaime acumule resentimiento porque Eileen "se salió con la suya". Pero también hace algo más. Agradecer a Jaime por ceder es una forma de que Eileen "codifique" que hizo un esfuerzo para cuidar de ella. Eileen no necesita estar en la búsqueda de una manera de "devolver el favor" o "llevar la puntuación", pero es bueno para su relación que ella se asegure de "visibilizar" el hecho de que Jaime cedió en lugar de insistir... lo que podría haber hecho.
- Más tarde en el día, Eileen puede optar por ceder ante Jaime de manera similar.
Ceder: demasiado poco, demasiado
Basado en tu género, la dinámica de la familia de origen, la personalidad y la historia de la relación, tú traes a tu relación un conjunto particular de tendencias cuando se trata de los momentos de definir y ceder. Al identificar tus tendencias en la negociación, puedes crecer y mejorar tu capacidad para navegar estos momentos de una manera saludable que te beneficie tanto a ti como a tu pareja a largo plazo.
Algunos estamos en riesgo de ceder tanto que nuestro bienestar individual y relacional se ve comprometido. Aquí hay algunos signos de que puedes ser demasiado complaciente de una manera que hiere tu relación íntima:
- Te sientes resentido, y te sientes desprotegido o insensible.
- Estás teniendo reacciones que se sienten más grandes de lo que amerita el momento.
- Te sorprendes siendo sarcástico o pasivo-agresivo.
Otros estamos en riesgo de cerrarnos y solo rara vez ceder. Aquí hay algunas señales de que evitar ceder puede estar perjudicando tu bienestar individual y relacional:
- Te cuesta dejar pasar las cosas, y tu pareja te describe como testarudo.
- Analizas atentamente la evidencia de que las cosas son injustas en tu relación.
- Con frecuencia te sientes irritable y rígido.
Si resuenas con la primera lista, ve cómo se siente mantenerte firme de vez en cuando con tu pareja. Esto no significa que debes corregir excesivamente volviéndote terco o dejar de ceder por completo todo el tiempo. O que deberías tomar una posición solo por principios. Más bien, ve tu relación como un patio de recreo en el que puedes practicar lo que se siente articular tus necesidades con más regularidad y ver cómo reacciona tu pareja. Si resuenas con la segunda lista, consulta contigo mismo durante la negociación y pregúntate si podrías estar dispuesto, en nombre del crecimiento, a hacer un ajuste o sacrificar esta vez, al servicio de la comodidad de tu pareja, la felicidad y el bienestar de la relación.
La conclusión es que tenemos que practicar el arte sagrado de dejar las cosas ir en una asociación íntima. Debemos estar dispuestos a resistir el impulso de convertir cada micromomento en una gran declaración sobre uno mismo/nuestra identidad/compromiso/poder.
Indicadores de autoconciencia relacional
- Cuando era más joven y expresaba una preferencia /deseo/necesidad, los adultos a mi alrededor tendían a responder...
- Como adulto, cuando expreso una preferencia/deseo/necesidad, tiendo a sentir...
- En los momentos en que defiendo la preferencia/deseo/necesidad de otra persona, a veces siento…
- Sé que estoy cediendo demasiado cuando empiezo a sentir...
- Lo que me ayuda a discernir entre insistir y complacer es…
A version of this article originally appeared in English.