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Verificado por Psychology Today

Productividad

Bajando la velocidad para disfrutar la vida y vivir más

¿Estás viviendo demasiado rápido?

Los puntos clave

  • El estrés aumenta la frecuencia cardíaca y esto en reposo se relaciona con múltiples causas de mortalidad.
  • Investigaciones han demostrado que el rendimiento puede correlacionarse con una frecuencia cardíaca más alta.
  • Disminuir la velocidad puede mejorar nuestra salud y darnos espacio para concentrarnos en lo más importante.

A veces me imagino que nuestro corazón tiene una cierta cantidad de latidos, y después de terminar con estos latidos, es todo. En cierto modo, es verdad. Las investigaciones han demostrado que la frecuencia cardíaca en reposo puede predecir la mortalidad (Zhang et al., 2016), y una frecuencia cardíaca en reposo más alta se correlaciona con una esperanza de vida más corta. En cierto modo, nuestros corazones son símbolos del paso del tiempo.

En la cultura occidental, hacemos muchas cosas que también hacen que nuestro corazón se acelere. Nos apresuramos, nos estresamos y consumimos cafeína para mantenernos despiertos. Vivimos en una cultura donde se valora la productividad. En 2014, un estudio muy pequeño de nueve trabajadores de la construcción sugirió una correlación entre el rendimiento y la frecuencia cardíaca entre el grupo (Gatti et al., 2014).

Cabe preguntarse: ¿a dónde tenemos tanta prisa por llegar?

Como individuos, cada uno de nosotros toma decisiones relacionadas con nuestros valores y ritmo de vida. Creo que elegir reducir la velocidad puede ser un paso significativo en la dirección de vivir intencionalmente y avanzar hacia lo que importa. Aquí hay tres maneras.

1. Nos permite notar cosas

Cuando nos movemos rápidamente, es fácil pasar por alto cosas, especialmente en las relaciones. Mientras alguien está muy concentrado en un proyecto de trabajo, por ejemplo, es posible que no se dé cuenta de que un ser querido está pasando apuros. Centrarse en una tarea también puede desviar nuestra conciencia de las cosas buenas. Recuerdo mi último semestre de posgrado cuando mi pareja plantó un hermoso huerto frente a mi casa. ¡Pasé por allí todos los días pero no le di mucha importancia hasta que comí la salsa de los pimientos que había plantado!

2. Podemos tomar decisiones con más intención

Un ritmo rápido nos da poco tiempo para pensar. En el corto plazo, esto puede llevarnos a paso de guepardo hacia una meta de corto plazo. Sin embargo, en general, podemos perder de vista por qué esos objetivos eran importantes en un inicio. Reducir la velocidad nos da tiempo para reevaluar si estamos en el camino que deseamos.

3. Podría darnos más tiempo

Se sabe que el estrés empeora los resultados de salud en todas partes. Al reducir deliberadamente la velocidad y llevar nuestro estrés a un ritmo razonable, podemos estar agregando días a nuestras vidas y calidad dentro de esos días.

En conclusión

Está bien reducir la velocidad de vez en cuando. Reconocer lo que nos da significado, amor y disfrute, incluso si esas cosas no nos mueven hacia alguna “meta”. Es natural preocuparse. Sin embargo, los problemas que a menudo nos apresuramos a resolver no siempre son los mayores que enfrentamos. Sin tiempo para reflexionar, es fácil perder de vista lo que importa. Estoy tratando de pasar menos tiempo en la pista de carreras y más tiempo en mi hamaca observando a las ardillas.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Gerlach

Jennifer Gerlach, es una psicoterapeuta radicada en el sur de Illinois que se especializa en psicosis, trastornos del estado de ánimo y salud mental de adultos jóvenes.

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