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Verificado por Psychology Today

Engaño

9 características inconfundibles de las personas manipuladoras

4. Abusan de nuestras mejores cualidades.

Air Images/Shutterstock
Fuente: Air Images/Shutterstock

Las personas manipuladoras han dominado el arte del engaño. Pueden aparentar ser respetables y sinceros pero usualmente eso solo es una fachada; es una manera de engañar y atraer a las personas hacia una relación antes de mostrar su verdadera personalidad.

Las personas manipuladoras no están realmente interesadas en uno excepto como un vehículo para obtener el control sobre nosotros para hacernos partícipes involuntarios de sus planes. Como muchos sabemos, tienen varias maneras de lograr esto. Con frecuencia tomarán lo que decimos y lo retorcerán hasta que lo que dijimos e hicimos sea casi irreconocible. Intentarán confundirnos, tal vez incluso nos hagan sentir como que estamos locos. Distorsionarán la realidad y tal vez incluso recurran a las mentiras si eso sirve a sus propósitos.

Las personas manipuladoras gustan de hacerse las víctimas, de hacernos parecer como que nosotros fuimos quienes causaron el problema que ellos empezaron y ahora no quieren responsabilizarse por ello. Pueden ser pasivo agresivos o amables un momento y al otro completamente contestatarios, para que estemos siempre adivinando mientras ellos atacan nuestros miedos e inseguridades. Suelen ponernos a la defensiva. También pueden ser sumamente agresivos y viles, recurriendo a ataques personales y críticas, empecinados en su misión de obtener lo que quieren. Amenazan y atacan y no soltarán y se detendrán hasta acabar con nuestra fuerza de voluntad.

A continuación presento nueve características de las personas manipuladoras, para saber qué buscar cuando uno se nos aproxima. Comprender estos mecanismos operativos básicos puede ayudar a evitar que nos absorba una relación manipuladora. Mantenernos alertas, en contacto con lo que sabemos que es verdad y anticipar lo que pasará nos permitirá evitar un conflicto y mantener nuestra propia integridad.

1. La gente manipuladora o carece de perspicacia sobre la manera en la que se involucran con los demás y crean ciertos escenarios, o creen de verdad que su manera de manejar la situación es la única manera de hacerlo porque significa que sus necesidades se están satisfaciendo y eso es todo lo que importa. A fin de cuentas, todas las situaciones y relaciones se tratan de ellos, y lo que otros sienten, piensan y quieren no importa realmente:

"Las personas controladoras, abusivas y manipuladoras no se cuestionan a sí mismas. No se preguntan si el problema son ellos. Siempre dicen que el problema es alguien más." - Darlene Ouimet

2. Las personas manipuladoras no entienden el concepto de límites. Son incansables en la persecución de lo que quieren y les importa muy poco quién sale lastimado en el camino.

Invadir el espacio personal, ya sea física, emocional, psicológica o espiritualmente, no es un problema para ellos. Son incapaces de comprender el significado de espacio e identidad personal o simplemente no les importa. Podrían equipararse con parásitos, en el mundo natural esta suele ser una relación aceptable. Sin embargo, en el comportamiento humano, alimentarse alguien más a sus expensas es agotador, debilitante y degradante.

3. Un manipulador evita responsabilizarse por su propia conducta culpando a los demás por causarla. No es que la gente manipuladora no entienda lo que es la responsabilidad. Sí lo entienden; una persona manipuladora simplemente no ve nada de malo en rehusarse a tomar responsabilidad de sus acciones, incluso al hacernos a nosotros responsables por las nuestras. A fin de cuentas, intentarán hacernos tomar la responsabilidad de satisfacer sus necesidades, sin dejar espacio para satisfacer las nuestras.

4. Las personas manipuladoras depredan nuestras sensibilidades, nuestra fragilidad emocional y especialmente nuestra escrupulosidad. Saben que tienen una buena probabilidad de engancharnos en una relación porque personas amables, sensibles y cariñosas, y, por supuesto, porque queremos ayudar. Probablemente apunten primero hacia nuestra amabilidad y bondad, incluso alaban lo excelentes personas que somos. Pero, con el tiempo, se minimizarán los halagos hacia esas cualidades porque estamos siendo utilizados al servicio de alguien a quien realmente no le importamos. Solo les importa lo que podemos hacer por ellos.

5. Una manera fácil de discernir entre manipuladores y gente empática es poner atención a la manera en la que hablan sobre los demás en relación con nosotros. Con frecuencia hablan de nosotros a nuestras espaldas de la misma manera en la que nos hablan sobre los demás. Son maestros de la "triangulación", creando escenarios y dinámicas que producen intrigas, rivalidades y celos, y alientan y promueven la falta de armonía.

6. Nunca perdamos el tiempo intentando explicar quienes somos a las personas comprometidas en no entendernos. Si alguien no nos entiende, no esperemos ahí hasta que lo hagan. No busquemos que sea nuestra misión hacerlos entender quienes somos y caerles bien, no están interesados en nosotros como personas.

7. Si caracterizamos a las personas por sus acciones nunca nos engañarán sus palabras. Siempre recordemos que lo que una persona dice y hace son dos cosas muy diferentes. Observando a alguien de cerca, sin inventarles pretextos, usualmente sabremos qué esperar.

8. Si estos individuos le pusieran tanto esfuerzo a ser una buena persona como lo hacen a fingir que es una, tal vez podrían ser buenas personas.

Este es un punto esencial: Nuestro encuentro inicial y percepción de alguien influye fuertemente en la manera en la que desarrollamos una relación con ellos. Si entendemos desde el principio que una persona no es quien parece ser, y solamente se está escondiendo detrás de una fachada de lo que parecer ser un comportamiento socialmente aceptable, entonces tal vez seamos más cautelosos antes de involucrarnos con ellos.

9. Debemos examinar regularmente lo que creemos. No hacemos esto lo suficiente. Conforme progresa la vida, nuestras creencias y actitudes pueden cambiar, y necesitamos saber que estas ideas cambiantes nos afectan. Cuando no estamos seguros de lo que creemos, es demasiado fácil permitirle a alguien más que está seguro de que sus creencias son correctas, no solo para ellos sino también para nosotros, que intente manipular nuestros pensamientos:

"Cuando se trata de controlar a seres humanos no hay un mejor instrumento que las mentiras. Porque, verán. los humanos viven de creencias. Y las creencias pueden manipularse. El poder de manipular creencias es lo único que cuenta." - Michael Ende.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Abigail Brenner M.D.

Abigail Brenner, Médica, es psiquiatra con práctica privada. Es autora deTransitions: How Women Embrace Change and Celebrate Life y otros libros.

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