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Verificado por Psychology Today

Divorcio

7 Hechos clave acerca del divorcio en matrimonios de larga duración

Lo que creías que sabías quizá no sea verdad.

Sirtravelalot/Shutterstock
Fuente: Sirtravelalot/Shutterstock

Cuando una pareja mayor se divorcia, quizá después de muchos años de matrimonio, pueden girar a su alrededor teorías y rumores de la familia extendida, amigos, compañeros de trabajo, vecinos y conocidos casuales; todos intentan dar sentido a la separación.

No mucho después de que un amigo mío de toda la vida dejara a su esposa de más de 40 años, un amigo en común fue rápido en hacer suposiciones y preguntas. "¿estás atravesando una locura de mediana edad tardía?”, preguntó. "¿Hay otra mujer?" "¿Vas a comprar un coche deportivo rojo?” Y se reía inquietamente, sorprendido de que nuestro amigo, un devoto hombre de familia, hiciera algo tan radical a punto de cumplir 70 años.

Mi querido amigo no se reía mientras reflexionaba más tarde sobre los comentarios de nuestro amigo y los estereotipos que éstos encarnaban. "Estoy seguro de que hay algunos hombre divorciados mayores que encajan en el estereotipo de locura de la mediana edad", decía en voz baja. "Pero mi opinión es esta: no dejas un matrimonio de cuatro o cinco décadas en un capricho o por cualquier otra persona. Mi esposa y yo fuimos infelices durante muchos años, pero amábamos a nuestros hijos. También nos amamos durante mucho tiempo. Lo intentamos. Me fui solo cuando me di cuenta de que mi vida estaba en juego, -que el estrés de nuestra infelicidad juntos era una muerte lenta pero segura”.

Hay una larga lista de cosas que la gente supuestamente sabe sobre el divorcio en parejas mayores: que la tasa de los mayores de 50 que se divorcian se ha duplicado en menos de 30 años, que tales divorcios ocurren a raíz de la locura de la mediana edad o después de que el nido se ha vaciado o que solo aquellos lo suficientemente ricos para comenzar de nuevo están dispuestos a arriesgarse a un divorcio en una etapa más tardía de la vida.

Pero de acuerdo con algunos estudios recientes, los hechos son diferentes.

1. La tasa de divorcio en parejas mayores se ha duplicado desde 1990, pero aún es menos común que el divorcio entre los menores de 50 años. Muchas parejas de la generación de nuestros padres lo evitaron a través de décadas de infelicidad en lugar de soportar el estigma del divorcio. Los Baby Boomers, que comenzaron a cumplir 50 en 1996, no han sido tan reacios al divorcio, ya sea en matrimonios jóvenes o maduros. Eso puede explicar, al menos en parte, el aumento en el divorcio. En 1990, 5 de cada 1,000 personas casadas mayores de 50 años se divorciaron. Para 2010, 10 de 1,000 se divorciaron. Pero la tasa de divorcio para los mayores de 50 años es aún menos de la mitad de la tasa que para los menores de 50 años: casi uno de cada cuatro divorcios en 2010 involucró a parejas mayores de 50 años.

2. El mayor factor de riesgo para el divorcio de una pareja mayor no es una transición de la vida (como un nido vacío), sino el pasado matrimonial personal. Según un estudio reciente, aquellos que se han divorciado antes tienen más probabilidades de divorciarse nuevamente, y aquellos en matrimonios de menor duración tienen más probabilidades de divorciarse. Los Baby Boomers han envejecido en la zona de divorcio, después de haber sido más propensos a haberse divorciado en su juventud. Para aquellos mayores de 50 años, la tasa de divorcio para aquellos que están en nuevos matrimonios es 2.5 veces mayor que para aquellos en sus primeros matrimonios. Y aquellos en nuevos matrimonios de menos de 10 años de duración tienen casi 10 veces más probabilidades de divorciarse que aquellos casados por 40 años o más (28.6 personas divorciadas por 1,000 versus 3.2 por 1,000).

3. La riqueza relativa puede ser un factor protector contra el divorcio. Esto va en contra de una creencia de larga data de que la falta de recursos mantiene a muchas parejas infelices juntas. Mientras que muchos de nosotros hemos visto parejas que no pueden permitirse el lujo de divorciarse o incluso vivir separados, estudios sobre el divorcio muestran que aquellos que se divorcian, son menos propensos a tener títulos universitarios o estar trabajando. Un estudio hizo hincapié en que el desempleo no el retiro, estaba presente en muchas parejas mayores que se divorcian. Es muy posible que las tensiones financieras de la inseguridad laboral y el desempleo puedan romper algunos matrimonios de mediana edad. También puede ser que las parejas más ricas tienen más que perder en un divorcio, o que la ausencia de problemas financieros pueda mantener un matrimonio menos que ideal viable. También puede ser, que aquellos con más recursos tienen más opciones -como la terapia matrimonial o la construcción de vidas esencialmente separadas con horarios de trabajo ocupados.

4. Cuando termina un matrimonio largo, las semillas del fracaso matrimonial pueden haber sido sembradas décadas antes. Como mi querido amigo sostiene, los matrimonios largos rara vez terminan por un capricho.

Un cliente, un hombre que dejó a su esposa de 32 años después de enamorarse de una compañera de trabajo, dice que su movimiento fue menos impulsivo de lo que parecía. "Me casé con la mujer con la que se suponía que debía casarme cuando era joven", me dijo. "Compartíamos la misma fe. Nuestros padres eran amigos. Eso fue todo. Nunca nos conectamos tan bien emocional o intelectualmente. Y especialmente después de que los niños crecieron, evitaba volver a casa. Que me haya involucrado con otra persona fue un síntoma, no la causa, de que mi matrimonio fallara”.

Para otras parejas, un resentimiento supurante o problema sin resolver durante décadas puede estar en el corazón de un divorcio tardío en la vida. "Mi esposo y yo estábamos felices juntos hasta que recibió una oferta de trabajo que requirió una mudanza al otro lado del país", me dijo otra cliente. "Resentí profundamente esa mudanza, a pesar de que lo acompañé e hice amigos, crié a nuestros hijos y experimenté algunos momentos felices en esa nueva ubicación. Aún así, aunque terminamos de nuevo en nuestra ciudad natal después de algunos años, yo no podía dejar de pensar en cómo mi vida habría sido mucho mejor si nunca nos hubiéramos mudado. Y la ira y el resentimiento entre nosotros crecieron con el tiempo hasta que eso es todo lo que había”.

5. Los niños luchan con la realidad de un divorcio de los padres, cualquiera que sea su edad. Si bien muchas parejas permanecen juntas hasta que crecen los niños, el divorcio es difícil para los niños de cualquier edad y puede afectar negativamente las relaciones de padres e hijos adultos. Un estudio encontró, por ejemplo, que las hijas adultas pueden tender a culpar a los padres por el divorcio, y que el cambio de la dinámica familiar - al igual que las madres recién divorciadas cada vez más dependientes de sus hijos - también puede afectar negativamente las relaciones de padres e hijos adultos.

"Creo que siempre esperas que tus padres permanezcan juntos, sin importar la edad que tengas", me dijo una hija de padres divorciados con 42 años. "Piensas que si han logrado aguantarse el uno al otro todos estos años, podrían seguir haciéndolo. Quiero decir, por el bien de sus hijos y nietos, y la vida que han construido juntos”.

6. El dolor puede persistir mucho después de que termina un matrimonio, incluso cuando ambos están de acuerdo en que es mejor separarse. Después de que un divorciado mayor comienza a superar algo de la ira que lo ha propulsado fuera del matrimonio, esa persona todavía puede lamentarse por lo que era bueno, incluso si no hay ninguna inclinación a volver.

"Realmente creo que estaría muerto si no me hubiera ido hace seis años", me dijo mi querido amigo recientemente. "No me imagino volver. Aún así, pienso en lo que podría haber sido. Todos nuestros nietos han nacido desde nuestra separación, y hubiera sido maravilloso disfrutarlos juntos en lugar de por separado. Extraño la unión de la familia a pesar de que tanto mi exesposa y yo estamos más sanos y felices separados”.

7. Puede haber resultados positivos para la angustia tardía en la vida. A veces una salud mejorada y la felicidad en una vida nueva y diferente es el final positivo. A veces, el alivio y la paz de terminar una relación tumultuosa es su propia recompensa. Y a veces encontrar el amor de nuevo es el resultado positivo de un proceso doloroso.

Hace muchos años, un amiga de la universidad que llamaré Mónica rompió con su novio de la secundaria Miguel, porque sus padres se oponían fuertemente a su catolicismo. Mónica y Miguel tenían el corazón roto, pero siguieron adelante con sus vidas. Después de la universidad, ambos se casaron y construyeron familias y vidas con otras personas.

Se reconectaron más de 40 años después, luego de que su esposa murió, y ella se había divorciado después de un largo y problemático matrimonio con un alcohólico emocionalmente abusivo. Un año después de redescubrirse el uno al otro, se casaron y recientemente celebraron su séptimo aniversario de bodas.

“¿Quién podría haberlo imaginado, después de que Miguel perdiera a su amada esposa por cáncer, y cuando pasé por un divorcio lleno de estrés después de un largo matrimonio, ¿que la felicidad nos esperaba?” Mónica dice ahora. "No miramos hacia atrás con tristeza o arrepentimiento, solo vivimos en nuestra felicidad actual. Cada día de nuestras vidas es una bendición".

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Kathy McCoy Ph.D.

La Dra. Kathy McCoy, es psicoterapeuta, periodista y conferencista, y la autora de libros incluyendo We Don't Talk Anymore: Healing After Parents and Their Adult Children Become Estranged.

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