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Verificado por Psychology Today

Terapia

6 Maneras en la que la terapia ayuda a padres e hijos adultos

La terapia familiar puede ayudar a reformular roles familiares obsoletos.

Los puntos clave

  • La terapia familiar ayuda a las familias a reconciliar problemas de larga data en lugar de permitir que se enconen.
  • Ayuda a los miembros de la familia a identificar patrones, dinámicas y roles antiguos que han dejado de funcionar.
  • No siempre es combativa; en el mejor de los casos, crea momentos de alegría y conexión.

Puede que a los adultos no se les ocurra ir a terapia familiar con sus padres. La terapia familiar evoca imágenes de padres que intentan controlar a niños pequeños o comunicarse con adolescentes obstinados. Pero la terapia familiar tiene muchas aplicaciones importantes para los hijos adultos y sus padres. Después de todo, la fase más larga de la paternidad es la de criar hijos adultos, y los hijos adultos a menudo anhelan un vínculo estrecho y amoroso con sus padres.

1. Trabajar con heridas del pasado.

La terapia familiar ayuda a las familias a superar las heridas experimentadas por los hijos adultos durante la infancia. Los hijos adultos informan que puede ser difícil hablar sobre las experiencias negativas de la infancia con sus padres. Los padres pueden insistir en que hicieron lo mejor que pudieron, pedirles a sus hijos que muestren más gratitud o cerrar las conversaciones. Pero, sin resolver estos problemas, los niños pueden sentir ira, dolor y resentimiento. Un terapeuta familiar ayuda a facilitar conversaciones fructíferas entre los padres y sus hijos adultos. Si se hacen bien, estas conversaciones permiten que los niños adultos se sientan escuchados y comprendidos, al mismo tiempo que equipan a todos con las habilidades para abordar los problemas que surjan en el futuro.

Source: Andrea Piacquadio/Pexels
Source: Andrea Piacquadio/Pexels

2. Romper ciclos viejos.

Algunos padres e hijos adultos tocan los mismos puntos débiles y tienen los mismos argumentos repetidamente. Estas familias a menudo sienten que han intentado todo para resolver sus problemas. Los terapeutas familiares ven esos patrones, ayudan a las familias a identificarlos a medida que ocurren y encuentran nuevas formas de responder. No solo se resuelven los problemas persistentes, sino que todos se marchan con nuevas herramientas para abordar argumentos futuros.

3. Reformular roles familiares anticuados.

Los roles de los padres cambian a lo largo de la vida de sus hijos. Pasan de ejercer el control total de su hijo a ayudar a su hijo adolescente a desarrollar su autonomía para eventualmente servir como consultor según sea necesario. Pero a algunas familias se les dificulta hacer estas transiciones, dejando a todos actuando en roles obsoletos e inútiles. Algunos hijos adultos tienen dificultades para despegar. A algunos padres se les dificulta dejar ir. La terapia familiar ayuda a las familias a cambiar y establecer roles apropiados basados en las necesidades familiares y las normas culturales.

4. Manejar nuevas fuentes de estrés.

Algunas familias funcionan sin problemas hasta que sucede algo nuevo. Una nueva pareja entra en la vida del hijo adulto. Nace un bebé. Alguien se enferma. Un padre comienza a tener citas. Cuando ocurren estos cambios, algunas familias luchan por adaptarse con flexibilidad. La terapia familiar ayuda a los padres y a sus hijos adultos a manejar las trampas y las nuevas dinámicas inherentes a los cambios generales.

5. Construir buena voluntad.

Si bien la terapia a menudo comienza con grandes problemas, conduce a una mayor buena voluntad. A medida que los padres y los hijos adultos superan viejas heridas, asumen roles más apropiados, manejan los cambios y se comunican de manera efectiva, construyen conexiones más fuertes. Algunos de los momentos más divertidos como terapeuta familiar ocurren cuando los padres y sus hijos comparten momentos de alegría juntos.

6. Navegar el alejamiento.

A veces, un miembro de la familia elige distanciarse, a menudo después de intentar resolver problemas familiares durante meses o años. La mayoría me describe el distanciamiento como sentirse como la única opción razonable que queda. La terapia familiar puede ayudar a los hijos adultos y a sus padres a procesar el distanciamiento, formar metas para el resultado ideal (ya sea la reconciliación o sentarse en la misma habitación durante la cena de Navidad) y navegar el complicado proceso.

Ya sea que los padres y los hijos quieran abordar problemas menores o traumas mayores, la terapia familiar ofrece un lugar seguro para explorar y resolver las cosas con un profesional que sabe cómo manejarlo. Cuando las cosas se sienten sin esperanza, la terapia familiar brinda esperanza y sanación.

Puedes encontrar un terapeuta familiar cerca de ti aquí en el directorio de Psychology Today.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Sarah Epstein LMFT

Sarah Epstein, es terapeuta matrimonial y familiar en Filadelfia, Pensilvania y autora del libro más vendido en Amazon Love in the Time of Medical School.

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