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1. No a todo el mundo le gusta besarse. De hecho, según un estudio de la Universidad de Indiana realizado en 2015, menos de la mitad de las culturas del mundo (46 por ciento) disfrutan de besarse como demostración de romance. De las 146 culturas encuestadas, las de oriente medio fueron los besadores románticos más prevalentes, seguidos por los asiáticos con un 73 por ciento, los europeos en un 70 por ciento y los norteamericanos con un 55 por ciento. En contraste, hay poca evidencia de besos en América Central y algunas poblaciones dentro del África subsahariana, Nueva Guinea y el Amazonas. Mientras que la ciencia aún se pregunta por qué algunas sociedades símplemente no disfrutan besuquearse, los investigadores asumen que las prácticas de higiene oral podrían jugar un papel, ya que los besos pueden esparcir enfermedades.
2. A la derecha para el romance. ¿Te sientes de humor para el amor? Entonces probablemente levantas los labios y giras tu cabeza hacia la derecha. ¿Le vas a dar un besito en la mejilla a tus hijos? Entonces giras a la izquierda. Estos fueron los resultados de un estudio de 2016 que investigó el sesgo de inclinación al observar cientos de fotos de personas besándose. La razón por la que las parejas giran a la derecha podría explicarse por el centro de recompensas del hemisferio izquierdo del cerebro, ya que “las parejas asocian los besos con sensaciones de recompensa, por lo que los besos con giro a la derecha podrían asociarse con el aumento en el uso del hemisferio izquierdo del cerebro”. (El lado izquierdo del cerebro controla el lado derecho del cuerpo y viceversa).
3. Los animales son como nosotros. Específicamente, los chimpancés y los bonobos. Para los chimpancés, besarse no se trata de romance sino de reconciliación, parte de una rutina de besarse y arreglarse. Los bonobos, de manera mucho menos virtuosa que sus primos primates, besan con más frecuencia, prefiriendo la variedad francesa, usando la lengua. Esto no es de sorprender; después de todo, los bonobos se saludan mutuamente teniendo sexo. Es su visión de un apretón de manos. También es digno de notar que a pesar de este comportamiento, sus besos no se consideran románticos.
4. Es verdad que los hombres tienen más probabilidades de buscar un beso. En las pantallas, parece que los hombres usualmente son los que inician la acción, y también en la vida real. Un estudio universitario de 2017 encuestó a 48 parejas casadas en Bangladesh sobre su comportamiento y encontró que los hombres tenían 15 veces más probabilidades que sus esposas de iniciar los besos.
5. Un mal beso puede acabar las cosas. ¿Demasiada saliva? ¿Muy poca lengua? Un mal beso, especialmente cuando es la primera cita de una pareja, puede acabar con una relación antes de que empiece, según un estudio de 2009 de la Universidad de Albany. Con base en una muestra de mil estudiantes universitarios, los investigadores encontraron que las mujeres le daban mucha importancia a la satisfacción y calidad de los besos y que no llevarían a cabo encuentros sexuales sin ello, mientras que los hombres no hacían de los besos un prerrequisito para el sexo ni les importaba tener sexo con personas que besan mal. Y, en caso de que pensaras que las mentes han evolucionado desde entonces: un estudio de eHarmony realizado en 2016 encontró que el 20 por ciento de los australianos dicen que cortarían con alguien por sus capacidades para besar (o falta de ellas).
Imagen de Facebook: dekazigzag/Shutterstock
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