4 Señales emocionales de que necesitas límites más fuertes

El ochenta y cinco por ciento de los trabajadores dicen que su bienestar ha disminuido en el último año.

Fuente: Anna Tarazevich/Pexels

Los límites más fuertes en el trabajo son más importantes pero más difíciles de lograr que nunca debido a la pandemia. El ochenta y cinco por ciento de los trabajadores dicen que su bienestar ha disminuido en el último año debido en parte a la falta de separación entre el trabajo y la vida.

Esto le sucedió a una de mis clientas de coaching: Angie, directora senior de una agencia de publicidad. Si bien era excelente en su profesión, al final del día luchaba por desconectarse. Las preocupaciones del trabajo se desparramaban a en sus noches, y a menudo se encontraba distraída por los plazos en la mesa de la cena.

Es posible que seas como Angie y sepas que establecer límites es crucial, pero luchas para hacerlo. Muchos de mis clientes de coaching, a quienes me refiero como luchadores sensibles, enfrentan lo mismo. Piensan y sienten de forma profunda son dedicados y empáticos al punto que es casi un defecto. Luchan para decir que no y cargan tanto que es difícil para ellos averiguar por dónde comenzar a establecer límites.

Una excelente manera de empezar es mirando los datos de tus respuestas emocionales. Hay una evaluación interna simple que he creado que puede ayudar. Si tienes uno de cuatro sentimientos (tensión, resentimiento, frustración o incomodidad), es una señal de que se necesita un límite.

Al abordar situaciones en las que surgen estos "cuatro sentimientos", creas tiempo y espacio para más de lo que quieres y menos de lo que no quieres.

1. Tensión

La tensión presenta una sensación de presión o tensión que conduce a nerviosismo, temor o distracción persistentes. Percibes que algo en juego depende del resultado de tu desempeño. Te sientes responsable de una situación. Para algunas personas, esto puede ser positivo. La capacidad de desempeñarse bajo presión es una habilidad de liderazgo deseable porque activa tu atención o enfoque en una tarea.

Por otro lado, la tensión no resuelta puede significar que nunca te permitas estar quieto, descansar o recargarte porque sientes que siempre debes moverte para cumplir con la meta siguiente (establecida por otros o autoimpuesta). La próxima vez que empieces a sentir que surge este sentimiento, pregúntate: ¿qué situaciones desencadenan una sensación de temor? ¿Qué sabiduría está tratando de mostrarme mi cuerpo sobre dónde me estoy sobrecargando?

2. Resentimiento

De los cuatro sentimientos, esta es la señal más importante de que necesitas establecer mejores límites. El resentimiento es ira sin voz. Es una señal de que una regla, norma o expectativa importante en tu vida ha sido violada por otra persona (o tal vez incluso descuidada por ti). A menudo se ve como amargura, indignación o celos persistentes a largo plazo que sientes cada vez que piensas en una situación o interacción. También puede incluir sentirse poco apreciado o poco reconocido.

El resentimiento es una elección, lo que significa que puedes dejar de lado las viejas heridas y tomar medidas para defenderte y rectificar los desequilibrios. Sin embargo, el resentimiento hace que sea prácticamente imposible ejercer empatía o abordar situaciones objetivamente. Puede aumentar la autocompasión, no la resolución de problemas. Si te encuentras sintiéndote de esta manera, pregúntate: ¿dónde creo que me están tratando injustamente? ¿Cómo puedo aclarar y expresar mis expectativas de una manera valiente? ¿En qué necesito trabajar, si es así, en dejar ir?

3. Frustración

La frustración es un sentimiento común para muchos. La identificaría como estar molesto, irritado o disgustado con otra persona o contigo mismo como resultado de no poder cambiar o lograr algo; o que te sientes bloqueado o retrasado en tus metas. Es una señal clara de que tu enfoque actual ya no funciona, por lo que es hora de cambiar. O estás haciendo lo mismo una y otra vez y esperando un resultado diferente. También puede incluir sentirte frustrado de estar persiguiendo algo que es importante para ti, pero tu cerebro cree que puedes estar haciendo algo mejor para lograr tu objetivo. La frustración puede llevarte a rendirte y resignarte de lo que realmente quieres.

Cuando empieces a sentirte frustrado, considera: ¿qué puedo controlar? ¿Cómo puedo ser más flexible en mi enfoque? ¿Qué pequeño pensamiento o comportamiento puedo cambiar hoy que comenzará a marcar la diferencia?

4. Incomodidad

La incomodidad es una sensación persistente o de bajo grado de inquietud, impaciencia, culpa o incluso vergüenza. Por lo general, va acompañada de tu intuición diciéndote que algo no está bien. Cuando te sientes incómodo, esta es una señal que te dice que necesitas aclarar lo que quieres, y luego tomar medidas en esa dirección. La incomodidad leve e intermitente puede ser una señal de que te estás esforzando y desafiando a ti mismo para probar cosas nuevas y experimentar, o puede servir como catalizador para cambiar las circunstancias con las que no estás satisfecho. Pero un exceso de esta incomodidad puede sofocar el crecimiento. Empujarte más allá de tus límites es un camino seguro hacia el agotamiento.

Burnout Lecturas esenciales

Intervenciones efectivas para psicólogos agotados

El costo oculto del agotamiento de las aplicaciones de citas

Cuando reconozcas que tienes sentimientos de incomodidad, pregúntate: ¿dónde me estoy forzando a hacer algo con lo que no estoy de acuerdo? ¿Qué situaciones me quitan la energía o me dejan inquieto?

¿Cada situación en la que surgen estos cuatro sentimientos merece un límite? No. Pero busca patrones y temas recurrentes. Eso te guiará hacia oportunidades para crear nuevas reglas y hacer cambios para que puedas proteger tu energía mental y emocional, especialmente en las áreas donde es más difícil establecer límites: el trabajo, la vida personal, la salud y tu relación contigo mismo.

© 2021 Melody Wilding / / publicado originalmente en Fast Company