Estrés
10 indicadores de que estás estancado
Si respondieras honestamente a "¿cómo estás?" dirías "meh".
14 de noviembre de 2020 Revisado por Matt Huston
Hasta hace un par de semanas, no tenía ni idea de que había estado estancada. Esta es una declaración extraña: ¿cómo puede alguien no darse cuenta de que se está estancando? Si tu carro se estanca en el lodo no dices: “no pasa nada, solo es cansancio”. Pero eso es lo bueno y lo malo de ser humanos, cuando estamos estancados, seguimos adelante.
Entonces, hablemos de cómo diagnosticar un estancamiento, empezando con una lista de verificación. Mientras más elementos te representen, más probable es que estés estancado.
- En tu día a día, no te entusiasman muchas cosas (excepto tal vez dormir o simplemente terminar lo que estás haciendo).
- Te gustaría hacer fluir tu creatividad, pero parece que está cerrada la llave.
- A pesar de que no dejas de tachar cosas de tu lista de pendientes, no se siente como que estés logrando mucho.
- Tus días se mezclan entre sí y no es raro que te estés preguntando en confusión si es martes o miércoles.
- Cuando por fin tienes “tiempo libre” estás demasiado cansado como para hacer algo interesante o simplemente no tienes ganas.
- Si respondieras genuinamente a la pregunta de “¿cómo estás?, genuinamente dirías algo como “meh”.
- Fantaseas sobre escapar (y no solo de vacaciones).
- Quisieras añadirle algo nuevo a tu vida, pero estás seguro de que nunca tendrás suficiente tiempo y energía para ello.
- Te estás cansando de escucharte quejarte sobre el estrés, el cansancio y la falta de satisfacción.
- ... y el síntoma número uno del estancamiento: incluso cuando crees que serías más feliz si hicieras un cambio, es más cómodo quedarte igual y lamentarte al respecto.
Si te reconoces o reconoces a alguien cercano a ti en los artículos de esta lista, podría ayudarte pensar en la psicología del estancamiento: ¿qué significa realmente estar estancado? Y¿es reconocido según el Manual Estadístico y de Diagnóstico de Trastornos Mentales como un trastorno de verdad?
Estos son algunos de mis pensamientos. Me encantaría escuchar los tuyos:
El trastorno más cercano a estar estancado según el manual se llama distimia
—la prima ligera y crónica de la depresión, los síntomas de los cuales son baja energía, un bajo sentido del humor, pérdida de interés y anhedonia (pérdida de placer) general. La distimia puede durar años y suele quedarse sin diagnosticar porque la vida sigue, aunque se siente como si los colores hubieran perdido su brillo. Esa sensación de pérdida de color es probablemente un resultado de una activación reducida en los centros de recompensa del cerebro. Por ejemplo en un estudio de cómo reaccionan los cerebros de las personas a su música favorita, los investigadores encontraron que los cerebros de los participantes sanos se emocionaban, mientras que los cerebros de los participantes deprimidos difícilmente parecían notar que estaba sonando música. Así se siente estar estancado: simplemente dejas de escuchar la música.
Pero los estancamientos pueden verse de maneras distintas. Tal vez tu variedad muestra estrés crónico, ansiedad crónica o agotamiento crónico. La palabra clave en todos estos tipos de estancamiento es crónico. Nuestros cuerpos no prosperan en estados crónicos. Por ejemplo, el estrés crónico ligero es mucho más dañino física y psicológicamente que eventos estresantes aislados.
¿Por qué son tan peligrosos los estados crónicos? Primero, no hay periodo de recuperación, no hay oportunidad de salir por aire y cambiar de dirección. Segundo, los estados crónicos nos agotan, reduciendo nuestros recursos para la recuperación (imagina un tapete expuesto a los mismos patrones de tráfico de pies una y otra vez, o un niño picándote con un dedo débil pero persistente en el mismo lugar todo el día). Finalmente, y esto es lo más peligroso, nos acostumbramos a los estados crónicos: para nuestros cerebros, ese mundo de colores deslavados, música desvanecida y estrés constante se vuelve normal. Tan normal, de hecho, que no parece ser importante. Cuando sentimos dolor o enojo extremos, nuestros cuerpos nos obligan a cambiar algo. Pero cuando la incomodidad es ligera y persistente, es difícil encontrar suficiente motivación para cambiar.
Con frecuencia, es solamente cuando logramos entrever un poco de alegría o incluso de angustia, es que podemos darnos cuenta de lo que nos falta y qué tanto más tiene la vida que ofrecer.
Si te identificas con esta lista, es recomendable buscar ayuda profesional, puedes encontrar a alguien cerca de ti en el directorio de Psychology Today.
A version of this article originally appeared in English.